Polonia investiga el incidente del misil con el apoyo de Estados Unidos y los aliados de la OTAN
Varsovia mantiene el estado de alerta elevado en sus tropas pese a descartar que el proyectil que mató a dos personas el martes en Przewodów, junto a la frontera con Ucrania, fuese un ataque intencionado
Dos agentes de la policía apostados en la entrada de Przewodów —la aldea polaca donde el martes cayó un misil que mató a dos personas, activando así la posibilidad de una peligrosa escalada en la guerra de Rusia en Ucrania— impedían el miércoles la entrada al pueblo mientras expertos en balística y misiles de Polonia y países aliados analizaban las pruebas recabadas. Tras el susto monumental, el mundo ha empezado a respirar más aliviado un día después del incidente. Las autoridades polacas, después de una investigación preliminar, consideran que el proyectil cruzó la frontera ucrania hasta caer seis kilómetros más allá por accidente; y que no parece necesario activar el artículo 4 de la Alianza Atlántica, que prevé consultas entre aliados en caso de amenaza a “la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes”. Varsovia sigue recogiendo pruebas para aclarar el incidente con el apoyo de Estados Unidos y el resto de países de la OTAN.
La guerra ya había impactado en esta aldea del sureste polaco, que vio pasar por sus caminos a miles de refugiados ucranios. En esas primeras semanas del conflicto se instalaron dos centros de acogida ante el inmenso flujo de personas que huía de la guerra. Pero lo del martes fue otra cosa, la constatación del terror. En el silo alcanzado por el cohete murieron dos trabajadores, de 58 y 68 años, según Reuters. Podía haberle tocado a cualquier vecino. En la gélida y lluviosa noche del campo del sureste polaco se refugiaban en sus casas mientras en los accesos de la aldea equipos de periodistas se guarecían en una veintena de coches. Un informador de la TVP Info, apostado en la entrada del pueblo, aseguraba que en general ya se encontraban más tranquilos.
El Ejecutivo activó el martes el estado de alerta elevado en las tropas. Todos los servicios que dependen del Ministerio del Interior se encuentran también “en alerta máxima” desde entonces y el departamento asegura que ha enviado unos 500 agentes a la zona del incidente. “Estamos en constante contacto con todos los servicios aliados. De allí también obtenemos confirmación de las pruebas que han recopilado nuestros servicios y que pronto se utilizarán para sacar conclusiones”, explicó el miércoles el primer ministro, Mateusz Morawiecki. El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, habló con su homólogo polaco, Rau Zbigniew, para “reiterar el total apoyo de Estados Unidos a la investigación en curso”. Los ministros del Interior y de Servicios Especiales de Polonia también se reunieron con el director de la CIA, William Burns, para hablar de la actual situación de seguridad ante la agresión rusa contra Ucrania. En el encuentro abordaron también la cooperación polaco-estadounidense en materia de seguridad.
Morawiecki aseguró por la tarde ante el Parlamento que Polonia está “a salvo” y que tiene el apoyo de los socios de OTAN y la UE. “No existe ninguna amenaza inmediata para la seguridad del país en este momento”, dijo el primer ministro ante los diputados. El Gobierno ultraconservador del PiS intenta tranquilizar a los residentes, que han visto más movimientos de lo habitual de aviones polacos y de los aliados.
Horas antes de intervenir en el Parlamento, Morawiecki compareció ante la prensa tras una nueva reunión del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa con ese mensaje tranquilizador después de la tensión que el incidente causó en toda Europa. “Las fuerzas ucranias, al contrarrestar un ataque masivo ruso, lanzaron ayer [por el martes] sus misiles para derribar proyectiles rusos. Hay muchos indicios de que uno cayó en territorio polaco, sin ninguna intención de ninguna de las partes”, aseguró.
En la misma conferencia de prensa, el presidente, Andrzej Duda, reconoció que “no hay indicios de que fuese un cohete disparado por Rusia” y sí de que fue un misil antiaéreo. “Fue un desafortunado accidente”, concluyó Duda, que afirmó que el misil era un viejo S-300, de fabricación soviética. El mandatario explicó además que no parece que se produjera una explosión, sino que el proyectil cayó al suelo. Si hubo algún tipo de detonación, en todo caso, no fue la típica de estas armas, sino una explosión del combustible, detalló.
“La reacción de nuestros aliados ante este incidente demuestra que podemos contar con nuestros socios, que estamos en una alianza que ha funcionado”, añadió Morawiecki. Polonia no cierra del todo la puerta a invocar el artículo 4 de la Alianza, pero el primer ministro cree que, a la luz de los acontecimientos, no será necesario por ahora. La reunión de urgencia de este miércoles entre los socios de la OTAN no formaba parte de la activación de ese artículo, que se ha puesto en funcionamiento siete veces. La última fue el 24 de febrero, cuando Rusia lanzó la invasión de Ucrania.
Unidad con Occidente
Por la tarde, el primer ministro insistió en la misma idea de unidad de Occidente ante el Sejm, la Cámara baja: “Creo que cuando estamos juntos, nadie puede vencernos. No estamos solos, tenemos muchos amigos”, afirmó, citando “la alianza militar más poderosa en la historia del mundo: la OTAN y la Europea”. En la misma intervención no quiso desechar ninguna hipótesis sobre el incidente: “No se puede descartar que el bombardeo de infraestructura ucrania cerca de la frontera fuese una provocación intencionada hecha con la esperanza de que una situación así se produjera”. “Polonia no puede dejarse intimidar”, afirmó el primer ministro, que lanzó: “Viva una República segura, independiente y soberana”.
Las primeras informaciones en la tarde del martes generaron confusión. De inmediato se apuntó hacia Moscú. Polonia todavía no había confirmado ningún detalle del suceso, pero mientras se reunía el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa con carácter de urgencia, fuentes estadounidenses citadas por la agencia AP señalaban la autoría rusa. Esa teoría llevó a los aliados y vecinos de Polonia a cerrar filas con Varsovia y se comenzó a especular con la necesidad de invocar el artículo 5 de la OTAN, mucho más grave que el 4. Según ese punto, cuando un socio de la Alianza es atacado lo son todos. Y, por tanto, garantiza una respuesta conjunta. Durante la noche los ánimos se fueron templando cuando la hipótesis de un accidente empezó a cobrar fuerza.
Por la mañana, el presidente de EE UU, Joe Biden, transmitió esa información a sus socios del G-7 y la OTAN. El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, confirmó también lo que anunciaron las autoridades polacas.
Pese a que el misil accidentado fue lanzado por las defensas antiaéreas ucranias, nadie culpa a Kiev. “Esto no es su culpa. La responsabilidad última es de Rusia, que continúa esta guerra ilegal contra Ucrania”, dijo Stoltenberg, en la misma línea que otros líderes occidentales.
Ucrania insiste, sin embargo, en que Rusia está detrás del incidente, algo que Moscú volvió a rechazar el miércoles. Kiev ha pedido participar en la investigación en el lugar del impacto. Pero las autoridades polacas responden que antes debe aprobarlo con Estados Unidos.
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