La resistencia demócrata deja en el aire el control del Congreso en un escrutinio muy ajustado
Los republicanos están en condiciones de conquistar la Cámara de Representantes por la mínima, pero el Senado se les complica al no desatarse la ola roja que pronosticaba Trump
Joe Biden ha evitado la arrolladora ola roja que pronosticaba Donald Trump. En un país dividido y castigado por la inflación, los estadounidenses han rechazado a muchos de los candidatos más extremistas patrocinados por el expresidente. Los resultados [cuya evolución puede seguir aquí en directo] muestran al Partido Republicano en disposición de conquistar la Cámara de Representantes, pero con un escaso margen y sin nada cerrado del todo. En el Senado, los demócratas tienen posibilidades de mantener el control, aunque es probable que el escaño decisivo quede pendiente de una segunda vuelta en Georgia en diciembre. La resistencia demócrata ha sido mayor de lo que se esperaba.
Una mezcla de alivio y resignación cunde en las filas del Partido Demócrata. El retroceso es menor del que temían, pero su margen de maniobra era muy escaso. Aunque el resultado parezca una victoria moral, son conscientes de que si los republicanos logran, como parece, el control de la Cámara de Representantes, tratarán de hacer la vida imposible al presidente, bloqueando sus iniciativas legislativas y sometiendo a un severo escrutinio a su Gobierno. El propio Biden reconocía en sus últimas declaraciones tras el cierre de campaña que a partir de ahora todo va a ser “mucho más difícil”.
El control de una sola Cámara ya basta para torpedear al Gobierno de Biden, al que los electores han castigado por la inflación desbocada, pero si los demócratas salvan el Senado, al menos tendrán un respiro. Habrá que esperar para saberlo con seguridad. Todo depende de tres Estados con el resultado ajustado.
El escrutinio de Nevada y de Arizona va lento y cada partido va por delante en un Estado. Si ninguno logra los dos, todo dependerá de Georgia, donde ni el candidato trumpista Herschel Walker ni el demócrata Raphael Warnock han superado el listón del 50% y tendrán que ir a una segunda vuelta dentro de cuatro semanas, como ya ocurrió en 2020. Si ese escaño resulta decisivo, el control del Senado seguirá sin aclararse hasta diciembre.
Candidatos negacionistas
En las elecciones han salido elegidos más de un centenar de candidatos republicanos que comulgan con el bulo de que a Trump le robaron las elecciones presidenciales de 2020. También muchos negacionistas electorales van a ocupar puestos estatales clave para la organización y supervisión de las elecciones, con los riesgos que eso conlleva para el futuro de la democracia. Hay también signos de esperanza: el secretario de Estado de Georgia, el republicano Brad Raffensperger, que se negó a “encontrar” los votos que Trump le pedía para ganar en ese Estado en 2020, ha sido reelegido.
Entre los candidatos más directamente respaldados por Trump, muchos han vencido con comodidad, pero casi todos ellos en terreno favorable. En otros, parece haber pesado su perfil polémico. El candidato a gobernador de Pensilvania, Doug Mastriano, nacionalista cristiano que acudió al Capitolio el 6 de enero de 2021, ha salido derrotado con claridad. Mehmet Oz, el famoso Doctor Oz de la televisión, ha perdido frente al izquierdista John Fetterman también en Pensilvania, un Estado decisivo y donde Trump y Biden se han bregado a fondo. Al haber conquistado los demócratas ese senador que antes era de los republicanos, ahora estos necesitarían ganar dos para conquistar la Cámara alta.
Nevada es el eslabón demócrata aparentemente más débil, pero si los trumpistas Blake Masters (Arizona) y Herschel Walker (Georgia) tampoco lograsen ser elegidos senadores, las peculiares designaciones del expresidente le pueden haber costado a los republicanos el control del Senado. Eso expone las limitaciones de Trump como candidato presidencial para 2024, muy querido por las bases del partido y gran favorito para arrasar en las primarias, pero que provoca rechazo y división a nivel nacional. Él planea anunciar su candidatura el próximo martes, pero el escenario es diferente del que imaginaba antes de las elecciones.
Trump no se ha dado por aludido: “174 victorias y 9 derrotas, UNA GRAN NOCHE, y los falsos medios de comunicación, junto con su socio en el crimen, los demócratas, están haciendo todo lo posible para restarle importancia. ¡Increíble trabajo de unos candidatos realmente fantásticos!”, ha escrito en su red social. Trump respaldó a muchos candidatos después de que ya fuesen claros favoritos para ganar y ahora pretende anotarse el mérito de sus victorias.
Triunfos demócratas en Nueva York y California
En las elecciones de mitad de mandato se eligen miles de cargos diferentes. Entre todas las votaciones, además de la renovación por completo de la Cámara de Representantes (435 miembros) para una legislatura de dos años y algo más de un tercio de los 100 senadores con un mandato de seis años, destacaba también la elección de 36 gobernadores, la máxima autoridad de cada Estado. En esos comicios no ha habido hasta ahora sorpresas.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha ganado de forma arrolladora y sale reforzado como posible alternativa republicana para la carrera presidencial de 2024. También ha conservado su puesto la gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, que parecía en peligro si los republicanos tenían un gran día. El de California, Gavin Newson, también ha ganado con comodidad y se erige como alternativa demócrata a Biden.
La generación Z irrumpe en política
Las elecciones han dejado también un nuevo catálogo de protagonistas que hacen historia. Entre ellos, el primer congresista de la generación Z, Maxwell Alejandro Frost, un demócrata de 25 años, que será representante de uno de los distritos de Orlando (Florida). Maura Healy, de 51 años, será la primera gobernadora mujer en el Estado de Massachusetts y también la primera gobernadora de todo el país abiertamente lesbiana. El nuevo gobernador de Maryland será el demócrata Wes Moore, de 44 años, que se convertirá en el primer afroamericano en su Estado en ocupar el cargo y el tercero en todo el país.
Tradicionalmente, el partido del presidente pierde escaños en las elecciones de mitad de mandato. Es así desde que existen las elecciones intermedias directas y así ha ocurrido salvo en 1934 (Franklin D. Roosevelt), 1998 (Bill Clinton) y 2002 (George W. Bush). En el Senado hay alguna excepción más, pero no demasiadas: en el último siglo solo lograron mejorar su posición Roosevelt (1934), John F. Kennedy (1962), Richard Nixon (1970), George W. Bush (2002) y Donald Trump (2018).
Para la media de los últimos presidentes, Biden parece haber salido bastante bien parado. Los republicanos perdieron 40 escaños en la Cámara de Representantes con Trump en 2018. Con Obama, los demócratas perdieron 63 en 2010 y 13 en 2014. Y George W. Bush, que ganó 8 en 2002, perdió 32 en 2006. Si los republicanos querían que esto fuese un referéndum sobre Biden, el resultado ha sido mucho menos concluyente de lo que esperaban.
Sospechas y dudas alentadas por Trump
Las elecciones se han celebrado con las reglas que fija cada Estado. La complejidad de las papeletas, con tantas votaciones a la vez, las diferentes normativas sobre el voto anticipado y por correo, el uso de colegios electorales con demasiados votantes (a veces de forma deliberada, para provocar colas y disuadir de votar en las zonas que las autoridades estatales consideran más hostiles), siempre han complicado el escrutinio. A eso se suman ahora las dudas y desconfianza sobre la limpieza del sistema, lanzadas principalmente por los seguidores de Trump, incapaces de digerir su derrota en las presidenciales de 2020. Estas elecciones, las primeras desde el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, son también una prueba de fuego para el sistema electoral, sobre todo en la fase de escrutinio de las circunscripciones más ajustadas, aún en marcha.
El expresidente Trump ya sembró dudas el martes en plena votación: “Llegan informes desde Arizona de que las máquinas de votación no están funcionando correctamente en áreas predominantemente republicanas/conservadoras. ¿Es posible que esto sea cierto cuando la gran mayoría de los republicanos esperaron hasta hoy para votar? ¿Aquí vamos de nuevo? ¡¡El pueblo no lo tolerará!!”, escribió en su red, Truth Social. Los republicanos pidieron prorrogar los horarios de los centros electorales, pero los tribunales lo rechazaron. En el cómputo de los votos, la polémica puede estallar de nuevo.
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