_
_
_
_

Las alumnas de institutos se convierten en el nuevo blanco de la represión en Irán

Las fuerzas de seguridad irrumpen en los centros para registrar y detener a las adolescentes, según un medio iraní en el exilio. Los estudiantes de secundaria se han sumado a los universitarios en las protestas contra el régimen

Una mujer huye de la policía durante las protestas por la muerte de Mahsa Amini, el sábado en Teherán.Foto: STR (EFE) | Vídeo: Center for Human Rights in Iran

Las adolescentes que estudian en los institutos de Irán se han convertido en el último blanco de la represión del régimen. Alumnas de secundaria se han sumado a las protestas contra las autoridades en las que han muerto al menos 185 personas, entre ellas 19 niños, a manos de las fuerzas de seguridad, según la organización de derechos humanos en el exilio Iran Human Rights. El domingo, segundo día lectivo de la semana en el país —el fin de semana es el jueves y el viernes—, agentes gubernamentales irrumpieron en diversas escuelas de niñas en varias ciudades, según Iranwire, un medio de comunicación iraní con sede en el Reino Unido.

Iranwire ha accedido a testimonios e imágenes que muestran a miembros de las fuerzas de seguridad penetrando en los institutos en furgonetas blancas, algunas sin matrícula, y registrando los teléfonos móviles de las adolescentes, en busca de pruebas que permitan incriminarlas por su participación en las protestas. De acuerdo con un refugiado iraní en un país europeo con el que contactó este diario —y que transmitió bajo condición de anonimato información recibida de un familiar en Irán—, en un instituto de la localidad de Qazvin, a unos 144 kilómetros al oeste de Teherán, los agentes se llevaron detenidas a algunas de las alumnas después de registrarlas. “Están secuestrando a las chicas en los colegios”, denunció la citada fuente.

La semana pasada numerosas adolescentes se sumaron a unas manifestaciones que, en los días anteriores, tuvieron como uno de sus focos principales universidades como la Sharif de Teherán. Después de tres días de asueto —el miércoles, víspera del fin de semana iraní, era festivo—, el país vivió el sábado una de las jornadas más duras de las protestas, que ya suman más de tres semanas, desencadenadas por la muerte bajo custodia policial el 16 de septiembre de Mahsa Amini. La joven de 22 años había sido detenida tres días antes por la policía de la moral acusada de llevar mal colocado el velo.

Cientos de manifestantes salieron a la calle el sábado por la tarde en el barrio de Nazi Abad, en Teherán, según Iranwire, desafiando la enorme presencia de las fuerzas de seguridad. El centro de la capital fue escenario de fuertes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes que coreaban: “¡Muerte al dictador!”, asegura el portal iraní en el exilio, mientras muchas mujeres se quitaban el velo e interrumpían el tráfico.

“La multitud que he visto hoy [por el sábado] era única. El número de mujeres y niñas era muy elevado. No tienen miedo de nada”, declaró un residente de Teherán al medio iraní. “Ellos [la policía] estaban disparando balas reales alrededor de la estación de metro de Saadi”.

Al día siguiente, las manifestaciones se repitieron en docenas de ciudades iraníes. El proyecto de seguimiento de la crisis en Irán de la plataforma Critical Threats, del centro de estudios conservador estadounidense American Entreprise Institute, y del Instituto de Estudios de la Guerra, recibió información de hasta 18 protestas en 15 provincias iraníes el domingo. Usuarios de las redes sociales han difundido imágenes de colegialas y de universitarias que participaron en algunas de esas manifestaciones coreando cánticos, entre ellos el que ya se ha convertido en el lema de las protestas: “Mujeres, vida, libertad”.

Amenazas

Una alumna de un instituto de Zanjan, a unos 325 kilómetros al oeste de Teherán, relató a Iranwire que varias mujeres policía irrumpieron el domingo en su escuela. “Estábamos sentadas en nuestra clase cuando la directora abrió la puerta, acompañada de cuatro agentes de policía. Empezaron a revisarnos y se llevaron nuestros teléfonos. Luego nos pidieron que nos quitáramos los pañuelos. Parecía que buscaban a algunas chicas en concreto. No sé por qué, pero dijeron a las estudiantes con el pelo largo que se lo cortaran. Nos advirtieron de que no participáramos en las protestas, o no nos permitirían volver a la escuela”, explicó la adolescente. Otra estudiante de Karaj, a 42 kilómetros al oeste de la capital, denunció que la policía detuvo a varios de sus compañeros después de que las fuerzas de seguridad penetraran en sus casas durante la noche.

En algunos de los vídeos cuya credibilidad da por cierta el medio iraní en el exilio, se observa cómo un grupo de chicas de un instituto de la ciudad meridional de Bandar Abbas, a casi 1.300 kilómetros de la capital, camina por la calle coreando “muerte al dictador”, algunas de ellas sin velo. En otra grabación, se ve a estudiantes fuera de otra escuela coreando: “Mujeres, vida, libertad”, mientras miembros de las fuerzas de seguridad revisan los teléfonos de algunas de sus compañeras, que estaban dentro del edificio.

El fiscal general de Irán, Mohammad Jafar Montazeri, admitió la semana pasada que estudiantes menores de edad estaban participando en las protestas. “El hecho de que las jóvenes de 16 años estén presentes en estos acontecimientos se debe a las redes sociales”, acusó. La presencia de niñas en las manifestaciones supone un quebradero de cabeza añadido para un régimen que, incluso antes del estallido de estas protestas, ya lidiaba con una pésima reputación por su nefasto historial de derechos humanos, especialmente contra mujeres y niños.

De los al menos 185 muertos en la represión de estas protestas —las más importantes desde 2019 en términos absolutos, y las más masivas con reivindicaciones políticas desde 2009— al menos 19 eran menores de edad, según Iran Human Rights. Esta organización de derechos humanos sostiene que “en muchos casos, sobre todo en los de niñas, las fuerzas de seguridad han sometido a las familias a detenciones y coacciones para obligarlas a anunciar ante las cámaras la muerte de sus hijos como un suicidio o para que se mantuvieran calladas”.

Las imágenes de la ira de las adolescentes iraníes y la represión que también alcanza a estas niñas es para analistas como Sina Toossi, del Center for International Policy de Washington, una muestra de lo “incontrolables” que se están volviendo las protestas para las autoridades iraníes. “A menos que [el régimen] quiera empezar a golpear y arrestar a colegiales, no hay vuelta atrás”, argumenta Toossi en un tuit, que incluye un vídeo en el que, supuestamente, un grupo de alumnas increpa al director de su instituto.

Un primo de Mahsa Amini denuncia amenazas de muerte del régimen

Un primo de Mahsa Amini —la joven de origen kurdo de 22 años cuyo fallecimiento bajo custodia policial desencadenó las protestas en Irán— ha denunciado, en declaraciones a la cadena británica BBC, que la familia ha recibido amenazas de muerte para que se mantenga en silencio sobre las circunstancias del deceso de la mujer el 16 de septiembre, tres días después de ser detenida en Teherán acusada de llevar mal colocado el velo. 

"Nuestra familia ha estado sometida a una inmensa presión por parte de los funcionarios de la República Islámica, por lo que no hablamos con organizaciones de derechos humanos ni con canales fuera de Irán, ni informamos a nadie del mundo exterior sobre su fallecimiento", aseguró Erfan Mortezai, primo de la joven y combatiente de Komala, un partido de la oposición kurda iraní en el exilio, con sede en Irak. 

"Los funcionarios del régimen nos han amenazado a través de Instagram con cuentas falsas, y han dicho a los miembros de la familia en Irán que si se involucran en las protestas, podrían ser asesinados", aseguró el hombre a la cadena británica.

Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_