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Biden defiende en Arabia Saudí la influencia de EE UU en Oriente Próximo frente a China y Rusia

El presidente estadounidense expone los principios que regirán su política en la región, dominada por cuestiones de seguridad y la integración con Israel

Joe Biden y Mohamed Bin Salmán (en el centro), junto a representantes de varios países del Golfo, este sábado en Yeda (Arabia Saudí). Foto: DPA VÍA EUROPA PRESS (DPA VÍA EUROPA PRESS) | Vídeo: EPV
Marc Español

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó este sábado durante una cumbre de los países del Golfo Pérsico, Egipto, Jordania e Irak celebrada en Yeda, y enmarcada en su primer y polémico viaje a Oriente Próximo, que su país “no se irá y dejará un vacío” en la región, y expuso las líneas maestras de la política que seguirá su Administración en la zona. El mandatario estadounidense recalcó que con ello quiere dejar claro que Washington seguirá siendo “un socio activo y comprometido” en la región, y que no tiene intención de ceder el espacio que ahora ocupa a China, Rusia e Irán.

Bajo la atenta mirada de los líderes de nueve Estados de la zona, Biden detalló que su nuevo marco de actuación se basa en cinco grandes principios, que pivotan principalmente en torno a cuestiones de seguridad e integración. Así, el presidente se comprometió a reforzar sus vínculos con los países presentes y a asegurar que pueden defenderse de las amenazas externas, así como a no permitir que potencias regionales pongan en peligro la libertad de navegación en sus aguas, en una doble alusión velada a Irán, el gran rival de algunos de los asistentes.

Biden también avanzó que Estados Unidos trabajará para reducir tensiones y desescalar conflictos en la zona, incluido mediante su compromiso a evitar que Teherán se haga con un arma nuclear, que apoyará lazos políticos y económicos con sus socios para una mayor integración regional, y que promoverá los derechos humanos. “Estados Unidos está comprometido con la construcción de un futuro positivo en la región en colaboración con todos ustedes. EE UU no va a ir a ninguna parte”, aseveró.

El viaje de Biden a Arabia Saudí ha levantado fuertes críticas porque durante la campaña de 2020 que lo llevó a la Casa Blanca prometió convertir al reino del desierto en un paria internacional por la responsabilidad que los servicios de inteligencia estadounidenses atribuyeron al líder de facto del país, Mohamed bin Salmán, en el asesinato del periodista saudí crítico Jamal Khashoggi en el consulado en Estambul en 2018. La noche del viernes, poco después de haber aterrizado en Yeda y tras reunirse con las autoridades saudíes, Biden aseguró que había abordado el caso de Khashoggi con Bin Salmán, que fue “franco y directo al discutirlo” y que le dejó “muy clara” su opinión sobre los hechos.

La cadena de noticias saudí Al Arabiya, citando a una fuente sin identificar, informó este sábado de que el príncipe Bin Salmán le respondió a Biden que han tomado medidas para evitar otro crimen similar. Pero aprovechó para recriminarle que Estados Unidos también ha cometido errores, como la invasión de Irak, y le recordó su tibia postura con la muerte de la veterana periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh, abatida en mayo por fuego israelí mientras cubría una incursión del ejército de Israel en la ciudad de Yenín (Cisjordania).

Conscientes de la sensibilidad del asunto, Biden trató de restar importancia a su encuentro con las autoridades saudíes en las semanas previas a su viaje, e insistió en que el principal objetivo de la visita era en realidad acudir a la cumbre de los países del Golfo con Egipto, Jordania e Irak para conocer en persona a sus líderes y abordar intereses comunes.

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Sin embargo, el frío saludo inicial entre Biden y Bin Salmán en Yeda pronto dio paso a un clima más distendido y ambos han sido fotografiados juntos y sonriendo en distintos momentos de la visita. Antes de desplazarse a Arabia Saudí, Biden visitó también Israel y brevemente los territorios ocupados palestinos para reunirse con sus respectivos líderes.

De hecho, pese a intentar quitarle relevancia a la parte bilateral de su visita, Biden realizó los anuncios de mayor envergadura del viaje tras reunirse el viernes con las autoridades saudíes, y el líder estadounidense volvió a destacar algunos de ellos el sábado en la cumbre con nueve países de la región. El más esperado de ellos fue el anuncio de la retirada a finales de año de las fuerzas para el mantenimiento de la paz desplegadas en la estratégica isla de Tirán, en la desembocadura del Golfo de Aqaba, en el mar Rojo, en virtud del tratado de paz de 1979 entre Egipto e Israel. En 2018, el Tribunal Supremo de Egipto aprobó, pese a una fuerte oposición pública, un acuerdo para transferir la soberanía de las islas de Tirán y Sanafir a Arabia Saudí. Pero dado que su estatus estaba regulado por el tratado de paz, la finalización del traspaso requería del visto bueno de Israel. El anuncio del viernes representa de esta forma una nueva muestra de sintonía entre las autoridades israelíes y saudíes, pese a no mantener aún relaciones diplomáticas.

La mañana del viernes Arabia Saudí también anunció la decisión de abrir su espacio aéreo a aviones procedentes y con destino a Israel, que hasta ahora tenían que rodear el país, en otro signo de la creciente integración regional del Estado judío, que ya ha normalizado relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Bahréin, Egipto y Jordania. Las delegaciones estadounidense y saudí revisaron asimismo los avances para crear una arquitectura de defensa aérea regional más integrada, y que debería incluir a Israel.

Otro de los temas clave del viaje de Biden a Arabia Saudí ha sido la energía. Aquí, el líder estadounidense afirmó la noche del viernes que está haciendo todo lo posible para aumentar el suministro de petróleo, cuyo precio se encuentra disparado desde la invasión rusa de Ucrania, y se mostró optimista con un anuncio en esta dirección “en las próximas semanas”, una alusión que apunta a la reunión que celebrará la OPEP+ el 3 de agosto. Sobre este asunto, el príncipe Bin Salmán aseguró no obstante este sábado que adoptar políticas ambiciosas sobre la reducción de emisiones conducirá en los próximos años a una inflación sin precedentes y a un incremento de los precios de la energía.

El líder estadounidense también trató de frenar con su visita al reino del desierto la influencia de Irán, Rusia y China en Oriente Próximo. Y como parte de este objetivo, anunció que va a colaborar con Arabia Saudí para desarrollar redes de 5G y 6G para competir con la china Huawei y que trabajará para ampliar el alto el fuego en vigor en Yemen desde abril y para impulsar un acuerdo de paz en el país.

Biden mantuvo asimismo el sábado reuniones bilaterales con los líderes de Irak, Qatar, Jordania, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos, que estuvieron marcados, según los comunicados de la Casa Blanca, por cuestiones de seguridad, económicas y relacionadas con una mayor integración regional —que incluya a Israel—, a expensas de otros asuntos como el respeto a los derechos humanos y el futuro de Palestina.

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