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Muere tiroteada una periodista palestina de Al Jazeera en una intervención del Ejército israelí en Cisjordania

Washington y la Unión Europea piden una investigación sobre la muerte de la reportera, que también tenía nacionalidad estadounidense

La reportera de Al Jazeera Shireen Abu Akleh ha muerto por disparos del Ejército israelí en Yenín (Cisjordania) en la madrugada de este miércoles, según han denunciado la cadena de noticias catarí y la Autoridad Palestina, que acusan a los militares de haberla “asesinado a sangre fría”, mientras que el Gobierno israelí asegura que su muerte se debe “probablemente” a fuego de fuerzas palestinas. Otro periodista, Ali Samudi, resultó también herido.

El embajador de Estados Unidos en Israel, Tom Nides, ha pedido una “investigación exhaustiva de las circunstancias” del fallecimiento de Abu Akleh, palestina que también tenía nacionalidad estadounidense. La Unión Europea (UE) ha respaldado esta petición y “condenado enérgicamente el asesinato”, a través de un portavoz del Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha expresado su consternación por la muerte de la periodista y ha exigido una “investigación independiente y transparente” sobre las circunstancias en que se produjo. “Estamos sobre el terreno para tratar de verificar los hechos”, ha subrayado en un tuit en el que reclama que “la impunidad cese”.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, ha responsabilizado a Israel de la muerte de la periodista, nacida en Jerusalén hace 51 años. Previamente, un portavoz palestino había declarado que Abu Akleh fue “asesinada” por fuerzas israelíes mientras informaba sobre la operación militar en Yenín, donde se han intensificado en las últimas semanas los enfrentamientos entre palestinos y soldados israelíes.

Al Jazeera mantiene que su reportera ha sido asesinada “a sangre fría” por soldados israelíes, en lo que califica de “un horrible crimen que quiebra las normas internacionales”. Abu Akleh era una conocida periodista que había trabajado para la agencia para los refugiados palestinos de la ONU, Radio Voice of Palestine, Amman Satellite Channel, Moftah Foundation y Radio Monte Carlo, hasta llegar a Al Jazeera en 1997.

La versión israelí es opuesta. Un comunicado del primer ministro israelí, Naftali Bennett, ha precisado que, de acuerdo con la información que Israel ha reunido hasta ahora, “parece probable que los palestinos armados que estaban disparando indiscriminadamente en ese momento fueran los responsables de la desafortunada muerte de la periodista”. El comunicado oficial sostiene que la Autoridad Palestina ha declinado la oferta de Israel de efectuar una autopsia conjunta del cadáver de la reportera y recoge lo afirmado previamente por el ejército israelí que, en su propia nota oficial sobre el suceso, asegura que sus soldados dispararon en respuesta a un “fuego masivo” por parte de militantes palestinos en Yenín.

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El Ministerio de Exteriores israelí ha anunciado que su país llevará a cabo una “investigación minuciosa” sobre la muerte de Abu Akleh, en la que instó a colaborar a Palestina. En el momento de su muerte, la reportera llevaba chaleco antibalas identificado con la palabra “prensa” y casco, pero una bala la alcanzó por debajo de la oreja, una zona no protegida.

Periodistas acompañan el cuerpo de la periodista de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, este miércoles en el hospital de Yenín (Cisjordania).
Periodistas acompañan el cuerpo de la periodista de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, este miércoles en el hospital de Yenín (Cisjordania).JAAFAR ASHTIYEH (AFP)

Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha pedido a su vez una investigación internacional independiente sobre la muerte de la periodista. “RSF no está satisfecha con la propuesta del ministro israelí de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, de que su país participe en una investigación conjunta sobre las circunstancias de la muerte de la periodista”, señaló en Twitter el secretario general de la organización, Christophe Deloire. “Debe iniciarse una investigación internacional independiente lo antes posible”, añadió.

“A sangre fría”

El periodista herido en la espalda en el tiroteo, Ali Samudi, del diario Al Quds, que se encuentra estable en un hospital de Yenín, ha acusado a las fuerzas israelíes de “haber abierto fuego de repente” contra el grupo de informadores: “No nos pidieron que nos fuéramos ni que dejáramos [de filmar]. Nos dispararon. Una bala me alcanzó a mí y otra a Shireen [Abu Akleh]. La mataron a sangre fría”, dijo a Reuters Samudi.

Otro de los reporteros presentes durante el tiroteo, Mujahed al Saadi, corroboró este relato, en declaraciones a la misma agencia de noticias. Al Saadi explicó que los disparos fueron deliberados y afirmó, al igual que su colega herido, que el grupo de profesionales había elegido situarse en “un punto en el que no había enfrentamientos” entre los palestinos y los militares israelíes. También confirmó que los periodistas se habían identificado como tales.

“En cuestión de segundos [tras entrar en el campo de refugiados de Yenín], se produjo el primer disparo. Dije a mis colegas: ‘Nos están disparando’. Me di la vuelta y vi a Shireen en el suelo y a Shatha Hanaysheh [otra periodista] escondida bajo un árbol y gritando. Los disparos continuaron durante más de tres minutos contra los equipos [de informadores]. Hirieron a Ali [Samudi] pero pudo cruzar la calle y llegar a un lugar seguro. Los disparos continuaron. Yo me refugié en el hueco de una escalera de la fábrica de cemento mientras el tiroteo proseguía. La última persona a la que podía ver el francotirador era nuestra colega Shatha. Los disparos contra ella seguían mientras estaba de pie bajo el árbol, y no pudimos prestarle los primeros auxilios a Shireen. También dispararon a los jóvenes que estaban en la calle y que intentaban sacar a Shireen. Cada vez que alguien avanzaba, disparaban”, relató Al Saadi.

La muerte de Abu Akleh ocurre casi un año después de la destrucción de la torre Jala, donde se encontraban las oficinas del canal catarí en la Franja de Gaza. El edificio fue destruido por un ataque aéreo israelí durante la guerra entre el movimiento islamista palestino Hamás e Israel.

A finales de abril, el palestino Lufti Labadi, de 18 años, también murió por fuego israelí, cuatro días después de ser alcanzado por una bala durante otra redada en la zona de Yenín. Las fuerzas de seguridad israelíes han intensificado en el último mes las redadas y lo que definen como “operaciones antiterroristas” en toda Cisjordania, y en particular en la zona de Yenín, en respuesta a la ola de ataques que ha sufrido Israel, en total seis desde finales de marzo, en los que han muerto 18 personas. Una treintena de palestinos han muerto durante esas operaciones, algunos de ellos civiles desarmados y sin vínculos con las milicias palestinas, y decenas han sido detenidos.

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