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Rusia cumple su amenaza y corta el gas a Polonia y Bulgaria

El gigante ruso Gazprom mantiene el suministro al resto de la UE a través de su red de gasoductos, incluidos los que discurren por territorio ucranio y polaco

El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, durante una rueda de prensa en una estación de gas compresora, cerca de Polonia, este miércoles.Foto: VASILY FEDOSENKO (REUTERS) | Vídeo: REUTERS-QUALITY

Rusia ha cumplido este miércoles su amenaza de cortar el suministro de gas a Polonia y Bulgaria por su negativa a pagar en rublos. La empresa estatal rusa Gazprom ha interrumpido totalmente sus exportaciones con destino a ambos países, según anunció el gigante energético en un comunicado y confirmaron posteriormente los Ejecutivos de los dos Estados europeos. Polonia y Bulgaria son los primeros países a los que Moscú, que representa para ambos su principal proveedor de gas, corta ese suministro, en lo que constituye la respuesta más dura del Kremlin a las sanciones impuestas por Occidente por la guerra en Ucrania. El gas sigue, sin embargo, fluyendo hacia el resto de los países de Europa a través de la red de gasoductos rusos, incluido el Yamal-Europa, que discurre por territorio polaco, y también los que atraviesan el territorio ucranio. Bulgaria ha pedido a Bruselas una postura común ante la medida adoptada por Moscú, que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha calificado de “chantaje inaceptable”.

“Gazprom ha suspendido completamente el suministro de gas a Bulgargaz (Bulgaria) y PGNiG (Polonia) debido a la ausencia de pagos en rublos”, asegura la compañía estatal rusa en un comunicado. “Los pagos por el gas suministrado a partir del 1 de abril debían hacerse en rublos utilizando los nuevos detalles de pago, sobre los que las contrapartes fueron informadas de manera oportuna”, prosigue el texto de la compañía.

Tanto Polonia como Bulgaria desconfían del sistema ideado por Rusia para el pago en rublos. En teoría, los contratos se abonan en una cuenta especial de Gazprombank en euros y dólares, y esta entidad los cambia en rublos en la Bolsa de Moscú. Sin embargo, el ministro de Energía búlgaro, Alexánder Nikólov, advirtió de que su país “no sucumbirá a las presiones” porque Sofía teme que, en caso de guerra, la implementación de los nuevos contratos podría ser cuestionada por Moscú.

Con todo, ninguno de los dos países ha quedado desabastecido. Este miércoles se ha multiplicado por cinco el volumen del gas bombeado desde Alemania a Polonia a través del gasoducto Yamal-Europa, según ha anunciado el operador Gascade. Además, el Gobierno polaco asegura que podrá sustituir el suministro ruso con exportaciones noruegas y con el gas natural licuado de Estados Unidos y Catar.

PGNiG ya contaba con la interrupción del flujo desde el viernes, cuando concluía el plazo de Moscú para empezar a pagar la factura de ese hidrocarburo en rublos, después de que el 31 de marzo el presidente Vladímir Putin formulara esa exigencia para los países que definió como “hostiles”. Finalmente, Gazprom informó el martes de que interrumpiría su suministro a Polonia y a Bulgaria a partir de este miércoles.

“Es un pretexto para castigar a los archienemigos (Polonia), traicionar a los hermanos menores (Bulgaria) y subir los precios para todos los clientes europeos”, opina Willem Coppoolse, asesor de las grandes gasistas ucranias y francesas. “Los contratos a largo plazo con Rusia están vinculados a los precios del mercado de gas natural de Países Bajos (el punto de comercio virtual TTF). Es una manipulación pura del mercado”, agrega el experto.

Polonia consideró que el decreto presidencial del Kremlin no era vinculante para su país. Tras confirmarse el corte de suministro del hidrocarburo, la titular de la cartera de Clima y Medio Ambiente polaca, Anna Moskwa, ha asegurado que “las existencias de gas almacenado en Polonia rondan el 80%” y que, por el momento, Polonia “no tendrá necesidad de buscar nuevos suministros de gas natural licuado (GNL)”. La ministra —que ha aludido a que Polonia puede acceder a suministros de gas a través de gasoductos que transitan por la República Checa y Lituania— ha recalcado que su país no sufrirá “escasez de gas” y ha garantizado que “los suministros están asegurados”. Varsovia había anunciado ya antes del anuncio de la interrupción del suministro su intención de no renovar el contrato con Moscú, que expira a finales de año.

La estatal polaca de gas, PGNiG, ha advertido a Rusia en un comunicado de que esta medida es “un incumplimiento del contrato” entre ambos países, por lo que “tomará las medidas adecuadas para restablecer la entrega de gas natural bajo las condiciones acordadas”. Y ha agregado que “se reserva la opción de reclamar sus derechos contractuales”.

El martes, el Gobierno polaco había divulgado una lista con los nombres de 50 compañías y particulares rusos con intereses comerciales en el país a quienes se impondrán nuevas sanciones. Entre las empresas afectadas, figura la filial polaca de Gazprom. Estas medidas incluirán la congelación de fondos y activos, así como la confiscación de sus derechos sobre acciones y dividendos obtenidos en Polonia.

“Chantaje inaceptable” a Bulgaria

El primer ministro búlgaro, Kiril Petkov, por su parte, ha anunciado antes de una reunión del Consejo de Ministros de su Gobierno que su país reconsiderará todos sus contratos con Gazprom, incluso uno de tránsito, en respuesta al “chantaje inaceptable” por parte de esa entidad estatal rusa. “El corte por parte de Gazprom es una violación de los contratos, un chantaje que consiste en aplicar un plan fuera de esos contratos de pago en rublos a través de terceras personas que no garantiza ni los suministros ni el dinero de los búlgaros. Nosotros no nos rendimos ante una extorsión así”, ha dicho Petkov, que ha asegurado que también su país tiene alternativas al gas ruso.

El comunicado de Gazprom de este miércoles no se limita a confirmar el cumplimiento de la amenaza de detener el envío de gas a Polonia y Bulgaria. El gasoducto Yamal-Europa, que atraviesa Bielorrusia y territorio polaco, no solo surte a esos países, sino que también sirve para encaminar parte del hidrocarburo ruso en dirección a otros Estados europeos como Alemania. Por ello, en la nota, Gazprom ha advertido a Polonia y Bulgaria de que no deben extraer “ilegalmente” el gas que continuará transitando por los gasoductos que discurren por sus respectivos territorios, so pena de ver cómo se interrumpe ese tránsito, lo que disminuiría el volumen de gas que reciben los otros clientes europeos de Moscú. La Agencia Federal de Redes alemana aseguró el martes en su informe diario que “el suministro de gas en Alemania es estable”. Tanto Berlín como el resto de los Estados de la UE, con la única excepción de Hungría, se han negado a pagar el gas ruso en rublos, al igual que Polonia y Bulgaria.

Viacheslav Volodin, presidente de la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, ha ido aún más lejos este miércoles en su canal de Telegram, al abogar por extender el corte del suministro del gas a otros países “hostiles”. “Bulgaria y Polonia tuvieron la oportunidad de aprovechar la propuesta de nuestro presidente de pagar el gas natural en rublos. El mecanismo está definido. Los líderes de estos países no querían. Que expliquen a sus ciudadanos cómo van a salir de la situación y qué intereses les guiaron”, escribió en su canal de Telegram.

Polonia es uno de los socios europeos que más aboga por poner fin a la dependencia de Rusia, país del que hasta ahora adquiría algo menos de la mitad del gas importado y que esperaba reducir a cero a partir de octubre. En e lcaso de Bulgaria, el porcentaje de gas ruso que recibe llega hasta un 90%. Como en el caso polaco, el contrato de Bulgargaz con Gazprom concluía este año y Sofía ya había anunciado su intención de no renovarlo. El ministro de Energía, Alexander Nikolov, anunció que el país está tomando medidas para garantizar el suministro y que por el momento no hará falta restringir el consumo de combustible.

Otros países europeos, como Alemania y Austria, advierten de que no están preparados para poner fin a esta dependencia. La Comisión Europea ha instado a recortar en dos tercios la importación de gas y petróleo rusos este año.

Fuera de la Unión Europea, otro país cuyo suministro de gas peligra a partir del 1 de mayo es Moldavia. El vice primer ministro moldavo, Andrei Spinu, ha advertido de que ni su Gobierno ni Moldovagaz han recibido una respuesta de Gazprom para posponer la auditoría de su deuda histórica con la gasista rusa que pactaron a finales de 2021. Su plazo expira a final de mes, pero según Chisinau, la ola de sanciones sobre Rusia ha dificultado encontrar dos compañías auditoras que asuman el trabajo.

El Yamal-Europa, que transcurre por Bielorrusia, país aliado del Kremlin, y por Polonia, es el más pequeño de la red de gasoductos rusos en dirección a los países de la UE. Su capacidad anual de transporte se limita a 33.000 millones de metros cúbicos, notablemente inferior a los 55.000 millones de metros cúbicos que se bombean anualmente a través del gasoducto Nord Stream 1, que conecta directamente Rusia y Alemania. Casi de forma paradójica, la joya de la corona de la red de transporte de gas ruso hacia Europa occidental transita por Ucrania, con una capacidad total de 140.000 millones de metros cúbicos.

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