El día en el que Kiev despertó con el impacto de un misil contra un edificio de apartamentos
El enviado especial de EL PAÍS, Luis de Vega, relata en esta crónica de audio la tensión que se vive en la capital
Los intercambios de disparos, las detonaciones y las sirenas se siguen escuchando en distintas zonas de la capital. En el tercer día, desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó atacar esta exrepública soviética. Desde entonces han muerto 198 personas, según fuentes oficiales ucranias. En las calles es cada vez más fácil no sólo ver a militares y policías, sino también a civiles armados que colaboran con las fuerzas de seguridad en las tareas de controlar los movimientos de las personas que salen de sus casas.
Los controles policiales están provocando también problemas inesperados. La tensión entre unos y otros lleva a los propios policías a amenazar y apuntar a compañeros que no se detienen lo suficientemente pronto en esos controles. El sábado ha amanecido en Kiev con el ataque a un edificio de viviendas donde vivían civiles. Un proyectil ha impactado en mitad del edificio causando graves daños en cinco plantas. No ha habido muertos, pero sí una treintena de heridos, según los servicios de emergencia que se han desplazado hasta al zona, en el barrio ubicado al oeste de la ciudad. Según las autoridades de Kiev, que han hecho público un vídeo del ataque, el edificio se sitúa cerca del centro de la capital. Allí siguen sonando las sirenas, pero no hay constancia de que hayan llegado tropas del Kremlin durante la mañana del sábado. Los refugios subterráneos siguen siendo el principal recurso de la población civil para buscar cierta tranquilidad.