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Un pacto entre conservadores, socialistas y liberales asegura la presidencia de la Eurocámara al Partido Popular Europeo

La maltesa Roberta Metsola sustituirá al fallecido David Sassoli y se convertirá en la tercera mujer al frente del Parlamento Europeo

Manuel V. Gómez
Eurocamara
En pie, la presidenta en funciones del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, durante el homenaje al fallecido presidente de la Eurocámara, David Sassoli.GONZALO FUENTES (REUTERS)

La popular maltesa Roberta Metsola será elegida, salvo sorpresa mayúscula, nueva presidenta del Parlamento Europeo. Sustituirá al italiano David Sassoli, fallecido el pasado martes y a quien se le ha rendido este lunes un homenaje en la sede del Parlamento en Estrasburgo. La práctica certeza de la identidad de la nueva cabeza de la Eurocámara se tuvo este lunes por la tarde, cuando los tres grupos más numerosos, populares, socialistas y liberales, cerraron un acuerdo que renueva el pacto alcanzado en 2019 para repartirse las instituciones europeas y fijar la agenda legislativa.

Metsola es una parlamentaria respetada por casi todos los grupos pero a la que se mira con recelo desde los escaños de la izquierda por su oposición al aborto, una posición sobre la que en Malta hay un amplio consenso, pues también los progresistas suelen votar en el mismo sentido que ella cuando el Parlamento Europeo ha tenido que pronunciarse sobre el asunto. Será la tercera mujer que dirija la Eurocámara después de las conservadoras francesas Simone Veil y Nicole Fontaine.

El guion sobre la procedencia del sucesor de Sassoli en el habitual relevo en la presidencia del Parlamento Europeo a mitad de legislatura estaba escrito desde 2019. Sin embargo, la renuncia de Manfred Weber, quien parecía el candidato natural a la sucesión, puso en riesgo el plan inicial. Esto y la pujanza de los socialistas en las últimas citas electorales llevaron a Sassoli —su salud era frágil, pero el repentino fallecimiento ha sido una sorpresa— a jugar con la idea de continuar en el cargo, apuntan desde varios grupos parlamentarios. Finalmente, se impuso el criterio de la presidenta del grupo socialista europeo, la española Iratxe García, que ha defendido la estabilidad institucional y asegurar así la agenda legislativa pactada en 2019.

Junto a Metsola, también presenta su candidatura la española Sira Rego, de La Izquierda (ella es miembro de Izquierda Unida). La intención de Rego, presentando una candidatura que sabe que no resultará vencedora, es poner sobre la mesa las prioridades políticas de su grupo, según ella misma explica en conversación telefónica con este diario. También optará al puesto la sueca Alice Khunke, de Los Verdes. La familia ecologista no iba a dar la batalla por la presidencia en principio. Sin embargo, el pasado miércoles anunciaron que sí lanzaban su opción. La explicación es que el Partido Popular Europeo (PPE) no se ha sentado a negociar con ellos ninguna de sus reclamaciones: más transparencia en los gastos de los europarlamentarios y el desarrollo de cursos de igualdad de género para los miembros electos de la Eurocámara, explican desde este grupo.

El cuarto candidato, y único hombre, es el polaco Kosma Zlotowski, del partido gubernamental Ley y Justicia (PiS), integrado en el grupo Reformistas y Conservadores Europeos (ECR, por sus siglas en inglés), familia en la que se encuentra Vox.

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La demora en anunciar la renovación del pacto, difundido minutos antes de que comenzara el homenaje a Sassoli celebrado este lunes, la provocó la insistencia socialista en designar ellos al secretario general de la institución, un cargo que no se asigna a un funcionario de carrera. Ahora es el alemán de la CDU, es decir, popular, Klaus Welle. El pasado viernes, incluso, las posiciones estaban tan lejos que los progresistas llegaron a insinuar que podrían presentar una candidatura este lunes, algo que habían descartado a finales de 2021. Finalmente, el PPE conserva el puesto a cambio de ceder una vicepresidencia más al segundo grupo de la cámara, que obtendrá así cinco (hay 14). También lograrían los progresistas la presidencia de la Conferencia de Presidentes de Comsión y una comisión especial sobre la Covid-19.

Además del reparto de cargos, el acuerdo, recogido en tres páginas, señala 10 prioridades para lo que queda de legislatura. La primera de ellas está relacionada con la defensa del Estado de derecho en la Unión Europea y el impulso de las sanciones a los estados que incumplan con ello (aunque no lo dice con claridad, se refiere a Hungría y Polonia). En los otros nueve puntos, hay elementos ya presentes al comienzo de la legislatura, como la transición ecológica y digital o la migración y otros que se han incorporado después como las prioridades sanitarias o las amenazas híbridas en Europa.

También deja hueco el acuerdo para la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. “Queremos traducir nuestros objetivos políticos al marco fiscal de la Unión Europea, en particular al semestre europeo. Reclamamos un nuevo fondo para inversiones estratégicas en nuevas tecnologías, como parte de nuestra estrategia industrial”. Otro asunto que se toca en este aspecto es el comercio. En línea de lo que reclama la presidencia francesa habla de fortalecer los instrumentos comerciales.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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