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El Supremo de Brasil confirma el fallo que permite a Lula ser candidato a la presidencia en 2022

El alto tribunal ratifica por ocho votos a tres la decisión adoptada por uno de ellos el mes pasado

Luiz Inacio Lula da Silva
El expresidente brasileño Lula Da Silva, en un evento en marzo pasado.Andre Penner (AP)

El Tribunal Supremo de Brasil ha decidido este jueves por la tarde, por ocho votos a tres, confirmar el fallo en solitario de uno de ellos que el mes pasado anuló las condenas contra el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción en el megaescándalo de la Lava Jato. Los tres magistrados restantes han votado en contra. Los jueces han ratificado que estos casos no debieron ser juzgados en Curitiba, en el juzgado que entonces ocupaba el juez Sergio Moro, por lo que las condenas allí impuestas quedan anuladas y los expedientes serán juzgados en Brasilia.

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La defensa del expresidente ha alabado la decisión del tribunal en una nota en la que afirma “refuerza el Estado de derecho” además de “restablecer la seguridad jurídica y la credibilidad del sistema judicial” brasileño. El propio Lula aún no ha hecho declaraciones en un primer momento, su único mensaje público ha sido tuitear una foto de sí mismo sonriente, de traje, en actitud pensativa.

El presidente, Jair Bolsonaro, se ha referido al asunto este jueves por la noche en su retransmisión semanal en directo. “Si Lula regresa por voto directo, por un voto auditable, está bien. Ahora, a ver que futuro le espera a Brasil con el tipo de gente que traerá a la Presidencia”, ha dicho el mandatario, que aspira a ser reelegido.

Lula da Silva, de 75 años, presidió Brasil entre 2003 y 2010. Acaba de recibir la segunda dosis de la vacuna de la covid. Cumplió 580 días encarcelado tras ser condenado por corrupción por Moro. Las dos penas, que sumaban más de 20 años, le impidieron presentarse a las elecciones presidenciales de 2018, que ganó el actual presidente, el ultraderechista Jair Bolsonaro. La defensa de Lula recurrió las condenas cuando Moro aceptó la invitación de Bolsonaro para ser ministro de Justicia, cargo que abandonó.

La anulación original de las condenas fue seguida días después por otro fallo del Supremo que supuso otra victoria judicial para el izquierdista. Los jueces sentenciaron que Moro no fue imparcial al juzgar a Lula.

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El fallo del Supremo de este jueves, televisado en directo como todas sus deliberaciones, despeja el camino de Lula hacia los comicios en los que Bolsonaro pretende buscar un segundo mandato. Están convocados para octubre de 2022. Algunas encuestas recientes dan a Lula como ganador con holgura en una segunda vuelta contra Bolsonaro. Los propios encuestadores advierten de que conviene tomar estos datos con cautela porque quedan todavía 18 meses. Aunque la pandemia se agrave (Brasil sigue a la cabeza en muertos diarios), los sondeos indican que un tercio del electorado mantiene su apoyo al mandatario actual.

El fundador del Partido de los Trabajadores (PT) oficializó su vuelta al ruedo en una comparecencia en la sede del Sindicato de los Metalúrgicos en São Bernardo do Campo, donde lideró las grandes huelgas obreras contra la dictadura. En un apasionado discurso, recordó los logros de los gobiernos del PT e hizo un discurso en tono de estadista sobre la necesidad de priorizar la gestión de la pandemia sin arrinconar asuntos centrales como combatir la desigualdad. También se esforzó por ofrecer una cara amable a la clase económica y a las élites, entre las que el antipetismo está notablemente extendido.

Aunque ha vuelto a colocarse como líder indiscutido de la izquierda brasileña, Lula genera notables reticencias en el resto del espectro político. Así quedó demostrado hace unas semanas cuando seis de los aspirantes a candidatos presidenciales difundieron, en el aniversario de la dictadura, un manifiesto conjunto a favor de la democracia y no le invitaron a sumarse. Los firmantes se ubican entre el centro-izquierda y la derecha clásica.

El expresidente salió de la cárcel a finales de 2019 por otra decisión del Supremo. Recobrada la libertad, pero aún inhabilitado para concurrir a las elecciones, tenía la intención de emprender una gira por Brasil, un plan que la pandemia arruinó. Durante estos meses se ha dedicado a reunirse con aliados y dar entrevistas.

El caso Lula es una enrevesada madeja de la que poco a poco se van deshaciendo nudos. El expresidente no ha sido absuelto. La decisión es que vuelva a ser juzgado por tres casos de corrupción en los que está acusado de recibir prebendas de empresas a cambio de contratos públicos. Ahora queda por analizar otro asunto que en principio no parece que vaya a afectar a una hipotética candidatura. El Supremo ha dejado para una próxima sesión la decisión de si todas las pruebas recabadas por Sergio Moro para condenar a Lula son válidas o quedan invalidadas por el fallo contra Moro.

La anulación de las dos condenas, el pasado 8 de marzo, fue una sorpresa para Brasil e incluso para el directamente afectado. Supuso un vuelco fenomenal en el panorama político brasileño. De repente, el izquierdista, que lideraba las encuestas cuando fue encarcelado en plena precampaña electoral hace tres años, era rehabilitado políticamente y podía regresar a la carrera. Lula no ha confirmado que se vaya a presentar, pero en este momento los comicios se perfilan como un duelo entre el antiguo sindicalista y el militar retirado. Ningún otro de los aspirantes les hace sombra hasta ahora.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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