“Cuanto más toques el claxon, más tiempo estará el semáforo en rojo”: la lucha contra el ruido de Bombay
La megalópolis india instala medidores de decibelios en los semáforos para penalizar a los conductores ruidosos con más tiempo de espera
Exuberante y abrumador, como casi todas las vivencias que ofrece India, el tráfico de sus ciudades es parte de la idiosincrasia del subcontinente. Más allá del sabor de su comida o el olor de sus especias —e incluso de la música de Bollywood— el sonido del claxon de los vehículos eclipsa el resto de experiencias sensoriales en el país asiático. Su molesto pitido se usa indiscriminadamente para cualquier maniobra de los vehículos y se vuelve ensordecedor en las superpobladas megalópolis como Bombay (con más de 20 millones de habitantes en su área metropolitana), donde todo transporte, motorizado o no, colapsa las calles.
Como medida para mitigar su irritante estridencia, la capital financiera de India instaló medidores de ruido en semáforos de varias intersecciones de la ciudad. Cuando el ruido de bocinas alcanza los 85 decibelios, el contador del semáforo obliga a los atónitos conductores a esperar el doble de tiempo.
Conocida como "la señal de castigo", las autoridades de Bombay han instalado los medidores en aquellos semáforos en los que había contadores de tiempo de espera para que los conductores que abusaban del claxon viesen la reanudación de la cuenta atrás junto al medidor de ruido.
El sistema, probado a finales del año pasado en tres localizaciones céntricas durante periodos de 15 minutos, se ubicó en una decena de intersecciones de la ciudad el pasado enero. Para completar la campaña de concienciación, bajo el lema "pita más, espera más", la mordaz cuenta de de la policía de Bombay dio a conocer la iniciativa con un ingenioso vídeo en el que mostraba las reacciones de conductores y viandantes ante el sistema.
Horn not okay, please!
— Mumbai Police (@MumbaiPolice) January 31, 2020
Find out how the @MumbaiPolice hit the mute button on #Mumbai’s reckless honkers. #HonkResponsibly pic.twitter.com/BAGL4iXiPH
En el anuncio, que enfatiza el marcado acento característico de los bombatíes, una voz presenta Bombay como la capital mundial de los pitidos y hace escarnio del comportamiento de los conductores de la ciudad: “Aquí la gente toca la bocina incluso cuando el semáforo está en rojo. Quizá piensan que si pitan pueden hacer que la señal pase a verde más rápido...”.
El vídeo, que alcanzó más de tres millones de visitas en los primeros días, mostraba así los “efectos perjudiciales de la contaminación por ruido”, según explicó a CNN Pranay Ashok, portavoz de la policía local. El Índice de Tráfico TomTom, que enumera las ciudades en función de la congestión de sus calles, posiciona Bombay como la cuarta ciudad del mundo con peor tráfico y registra que sus conductores malgastan 8 días y 17 horas cada año en los atascos.
“Pitar en exceso es peligroso. Así que la iniciativa es genial pero deberían haber informado a la gente, porque los que están lejos de la señal no saben qué pasa y se frustran”, criticaba entonces Palash Anchlia, motorista de Bombay. Las calles de la capital del entretenimiento indio normalmente superan los 80 decibelios de ruido, muchos más de los 60 considerados dañinos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La polución acústica es tan perjudicial como la del aire y la del agua que ya contaminan muchas megalópolis de la superpoblada India.
Las autoridades locales de otras ciudades valoran instalar el mismo sistema para disuadir del uso y abuso del claxon. "Aunque pitar no es un problema tan serio en Bangalore como lo es en Bombay estamos planeando imponer el sistema en las principales intersecciones de tráfico de la ciudad para inculcar un poco de disciplina vial”, explicaba a The Indian Express Bhaskar Rao, jefe de policía en la ciudad al sur de India. Conocida por ser centro de las empresas tecnológicas del país, Bangalore también sufre interminables atascos que le llevan a ser considerada como la peor ciudad del mundo por su tráfico, según el Índice TomTom. A esto se une la falta de personal de tráfico, que ha llevado a las autoridades a usar maniquíes vestidos de agentes a principios de año para disuadir a los conductores de cometer infracciones.
La falta de seguridad vial no solo afecta a las megalópolis indias, sino que gran parte de la población del país está acostumbrada a no respetar las normas de circulación. Así, a finales del mes pasado, se hizo viral el vídeo de una mujer increpando a los motociclistas que usaban la acera para sortear un semáforo en Pune, segundo centro urbano del estado de Maharastrha, después de Bombay. Pocos segundos después de que esta ciudadana voluntaria se plantase —brazos en jarra bajo el sari— en medio del bordillo, un grupo de viandantes se unieron para regular el tráfico, demostrando el hastío de los peatones en India.
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