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México restringe el acceso a los centros de detención migratorios a las organizaciones de derechos humanos

Al menos seis asociaciones que visitan regularmente estaciones migratorias denuncian trabas y negativas por parte del instituto de migración, sobre todo en la frontera sur

Una familia hondureña, en el campamento de la caravana en Guatemala este miércoles. En vídeo, Aspectos de los centros de detención al sur de México.Vídeo: AFP / VIDEO: REUTERS
Pablo Ferri

Un grupo de organizaciones que defienden los derechos de los migrantes en México ha denunciado que el Instituto Nacional de Migración, INAMI, les está impidiendo el acceso a sus centros de detención. Estas organizaciones gozan de permisos permanentes de acceso y un calendario de visitas acordado con la propia institución. Las organizaciones señalan que el problema afecta principalmente a la frontera sur, a los dos centros de detención de Tuxtla, el de Tapachula y el de Comitán, en Chiapas y a los de Tenosique y Villahermosa, en Tabasco. Organizaciones que trabajan en Ciudad de México denuncian que en el centro de la capital existe una situación parecida. La restricción coincide con la llegada de una caravana migrante a la frontera mexicana el pasado fin de semana, aunque en algunos casos viene de antes. Los grupos de la caravana llegaron a los límites de Guatemala con Tabasco y Chiapas el sábado.

Desde entonces, la situación en algunos puntos fronterizos ha sido caótica. La intención de los migrantes, más de 3.000, era atravesar México y seguir su viaje a Estados Unidos, pero el Gobierno mexicano se negó. "No daremos salvoconductos", dijo la semana pasada la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Buena parte de la caravana optó entonces por entregarse a las autoridades migratorias, algunos pidieron asilo, otros trabajo y a otros los deportaron. Muchos permanecen o han pasado por los centros de detención del INAMI, siempre en el punto de mira por las condiciones de alojamiento de los migrantes. Algunos han intentado cruzar a la fuerza y seguir su viaje a Estados Unidos, pero la Guardia Nacional les ha cerrado el paso, a veces a pedradas y patadas.

Este jueves, el último grupo de migrantes de la caravana que se resistía a entregarse ha cruzado el río Suchiate, en Chiapas, con dirección a Tapachula, burlando el cerco del Gobierno. Eran cientos y han cruzado por un lugar poco habitual, el puente internacional de mercancías, algo más al norte del paso fronterizo peatonal. De esa manera han logrado despistar al INAMI y a la Guardia Nacional. Por la tarde, los agentes han detenido a muchos de sus integrantes.

Para las organizaciones que trabajan en la frontera sur de México han sido días frenéticos. A la dificultad de monitorear los diferentes grupos que trataban de acceder a México por diferentes pasos fronterizos se suman ahora las trabas para acceder a las estaciones migratorias.

Alejandra Macías, de la organización Asylum Access, explica que ellos visitan regularmente los centros de Acayucan, en el Estado de Veracruz, de Villahermosa y Tenosique, en Tabasco, de Palenque, en Chiapas y otros en Tijuana y Ciudad de México. "En Tenosique no nos han dejado entrar. Esto fue el viernes. Nos dijeron que no estaba la encargada de la estación y que no había nadie que nos pudiera permitir. Y en Villahermosa, el equipo fue el lunes a la estación de ciudad industrial pero no nos dejaron entrar, porque en ese momento, dijeron, había una contingencia en la estación migratoria y que no estaban dejando entrar a nadie. Fuimos el martes y ese día tampoco nos dejaron".

Cada años, asociaciones civiles como Asylum Access tramitan un permiso ante el INAMI para acceder a las estaciones migratorias y ofrecer ayuda o asesoría a migrantes. El permiso establece unos días y un horario de visita determinados para una o varias estaciones migratorias. El permiso no depende de la opinión del encargado del centro, o la voluntad del delegado regional del instituto.

Igual que Macías, Alejandra Elizalde, de FOCA, dice que han tenido problemas en centros, en este caso de Chiapas. "Hemos tenido negativa en San Cristóbal de las Casas. Eso fue el lunes 13 de enero. El motivo que nos dieron es que estaban haciendo reorganización. Y este lunes nos dijeron que no, porque estaban en contingencia pero al final nos dejaron pasar. En el de Comitán nos dijeron que no, les dijimos que nos dieran un oficio de por qué no. Y entonces nos dejaron pasar. Lo que vemos es que están restringiendo el contacto con estas personas. No había habido algo así antes".

Aldo Ledón, de Voces Mesoamericanas, explica que han tenido problemas en los dos centros de Tuxtla y también en el de San Cristóbal de las Casas. "No nos dicen 'no' de manera directa, pero nos retrasan y al final se agota el tiempo que te toca por horario. Y ya no te dejan entrar. Y en el caso de La Mosca -uno de los dos centros de Tuxtla- no nos dejaron entrar. En San Cristóbal, ayer pudimos entrar finalmente a la 1 de la tarde, después de una pelea muy grande con la delegada local. Y al final nos dejaron claro que nos dejaban entrar porque ella quiso, pero no porque tengamos derecho. Se convierte en una cadena de favores. Y no, esto es algo institucional".

David Tobasura, del Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos del Sureste Mexicano, constata los problemas para acceder en los cuatro centros de Chiapas. "Eso nunca había pasado antes. Nosotros monitoreamos desde hace años y nunca. Ni siquiera en 2018, con la gran caravana", dice, en referencia al grupo de miles de migrantes que llegó a Chiapas en octubre de 2018. "Ni cuando estaba Peña Nieto pasó, ni cuando fue el cambio con la política migratoria en junio y julio". Es decir, cuando México aceptó endurecer su política migratoria tras las amenazas arancelarias del Gobierno de Estados Unidos.

En algunos casos, la negativa de acceso ha sido frontal. Es la situación del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, con sede en Tapachula. Desde hace años, el Frayma, como se le conoce popularmente, accedía a la estación migratoria de Tapachula, donde caen muchos de los migrantes que llegan a Chiapas. Esta semana informaron de que el INAMI les había cancelado el permiso. "El INAMI ha intentado con anterioridad y en diversas ocasiones, bloquear el acceso del CDH Fray Matías a la estación, siempre alegando razones de tipo burocrático", explicó ayer el centro en un comunicado. "Esto sucede tras un año, 2019, en el que sucedieron multitud de irregularidades y violaciones a derechos humanos al interior de la estación: extremo hacinamiento del centro, graves problemas de salud e higiene, intentos de evasión y amotinamientos reprimidos por la fuerza, intentos de suicidio y hasta la muerte en aislamiento de una persona de nacionalidad haitiana".

Esta situación no se reduce al sur. También en Ciudad de México, el INAMI está poniendo trabas a las organizaciones para acceder al centro de detención migratorio, ubicado en Iztapalapa. Gerardo Talavera, del Programa Casa Refugiados, explica que a ellos directamente no les han dado permiso para entrar "por saturación", porque según el instituto, ya hay demasiadas oenegés.

Alejandra Macías, de Asylum Access, explica que también han tenido problemas en Ciudad de México. Su caso es más grave, ya que ellos sí cuentan con permiso. "El martes no nos permitieron entrar. Nos dijeron que regresáramos después del 28 de enero, porque en ese momento iban a llegar personas a la estación. Fue la primera vez".

Cuestionado al respecto, el INAMI no ha dado explicaciones, más que en el caso del Fray Matías de Córdova. "La negativa para ingresar a la Estación Migratoria Siglo XXI -la de Tapachula- se sustenta en conductas poco profesionales del personal de ese centro, como ingresar a espacios no autorizados, proporcionar información poco veraz o no respetar los horarios (...) Distintas autoridades locales han recomendado no autorizar el contacto del Centro Fray Matías de Córdova con niñas, niños y adolescentes, porque en reiteradas ocasiones el personal de esa organización brinda información poco veraz", han explicado.

El instituto dice sin embargo que aún permite el acceso de trabajadores de la organización a otras tres "estancias". Lo que no explica es por qué si lo ha vetado de un centro por conductas poco profesionales, lo admite en otras.

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Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

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