Arranca en Alemania el juicio por el asesinato de un rebelde checheno del que la Fiscalía acusa a Moscú
El acusado disparó presuntamente a la víctima desde una bicicleta a plena luz del día en un parque berlinés
Un hombre en una bicicleta y un disparo mortal a plena luz del día en un céntrico parque berlinés. Ese crimen, cometido el año pasado, es el que se juzga a partir de este miércoles en Berlín. Aunque en realidad, lo que se juzga en la corte berlinesa trasciende con creces el asesinato y amenaza con enturbiar más las ya tensas relaciones entre Berlín y Moscú, a causa del envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni.
La fiscalía acusa a Vadim Krasikov, de 55 años y detenido poco después del crimen, de haber actuado por encargo de agencias del Gobierno ruso. La víctima, Zelimkhan Khangoshvili, de 40 años, era un ciudadano georgiano que combatió contra Rusia en Chechenia y estaba refugiado en Alemania desde 2016, donde trató, según la acusación en vano, de poner distancia con Moscú.
La reconstrucción de los hechos indica que en agosto del año pasado el asesino se acercó en una bicicleta hasta Khangoshvili, que caminaba por el Kleiner Tiergarten en el centro de Berlín y le disparó con una pistola Glock 26 con silenciador. Una vez abatido, le disparó dos veces más en la cabeza antes de darse a la fuga. El asesino se deshizo después de la bicicleta y la pistola tirándolas al río y fue enseguida detenido por la policía en una zona cercana.
El asesinato sembró la indignación en el Gobierno alemán, ante la posibilidad de que un gobierno extranjero decida liquidar a un disidente en suelo alemán a plena luz del día. La apertura del juicio, la mañana de este miércoles, en medio de fuertes medidas de seguridad, llega en un momento muy complicado de las relaciones entre Rusia y Alemania. El archienemigo del Kremlin Alexéi Navalni se encuentra en Berlín tras haber sido envenenado con un agente nervioso fabricado por militares rusos. Berlín y otros países de la Unión Europea han pedido explicaciones a Moscú sobre su posible implicación en el intento de silenciar al destacado opositor. Alemania discute ahora con sus socios europeos las represalias por el envenenamiento, después de que el martes la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) confirmara que se habían encontrado muestras de un agente nervioso de la familia del Novichok en el cuerpo de Navalni.
El año pasado, después de que la fiscalía general asumiese el caso que ahora se juzga y trascendiera que contaba con evidencias de que Moscú estaba detrás del crimen, Berlín ya ordenó la expulsión de dos diplomáticos rusos.
La acusación sostiene que Rusia ordenó liquidar a Khangoshvili debido a su “oposición al Estado ruso, al Gobierno de las Repúblicas autónomas de Chechenia e Ingushetia y del Gobierno prorruso de Georgia”. Los investigadores alemanes consideran en concreto causas del asesinato las acciones de Khangoshvili como rebelde checheno entre 2000 y 2004. Sostiene la Fiscalía, además, que en 2008 reunió una unidad de voluntarios para luchar en Osetia del Sur durante el breve enfrentamiento entre Georgia y Rusia en agosto de ese año. La Fiscalía cree que el acusado “aceptó la orden estatal de matar porque esperaba una recompensa financiera o compartía la motivación de matar a un disidente”. Moscú niega cualquier relación con el asesinato de Khangoshvili, un hombre clasificado como terrorista por las autoridades rusas.
Se prevé que el juicio dure hasta principios del año que viene y verse en parte sobre la verdadera identidad del acusado, quien la mañana del 22 de agosto de 2019 voló desde Varsovia hasta Berlín. Para entrar en el espacio Schengen, Vadim K. utilizó un pasaporte falso expedido por el Servicio de Inmigración en Briansk, al suroeste de Moscú.
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