Azerbaiyán y Armenia intensifican el choque armado en torno al enclave en disputa del Alto Karabaj
Ambos países se acusan mutuamente de ataques a la población civil mientras Moscú, la UE y la OTAN piden un alto al fuego inmediato
Las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán y de Armenia han intensificado este domingo los combates en la frontera entre ambos países, enfrentados desde el derrumbe de la URSS por el montañoso enclave del Alto Karabaj. Los enfrentamientos se producen tras duras acusaciones cruzadas de ataques contra la población civil en ambos países en las que se habrían producido muertos, aunque no hay ninguna confirmación oficial.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán ha lanzado una “contraofensiva” en respuesta a los ataques que, asegura, Armenia efectuó a primera hora de la mañana contra posiciones azeríes. Armenia, por su parte, acusa a Azerbaiyán de haber iniciado las hostilidades y declaró la ley marcial y la movilización militar en su territorio. Moscú, aliado de Armenia, donde tiene una base militar, la UE y la OTAN han pedido un alto el fuego inmediato que permita “comenzar las negociaciones” para calmar la situación. Mientras tanto Turquía ha ofrecido todo su apoyo a Azerbaiyán.
Según Bakú, Armenia violó el débil alto el fuego en la región al lanzar primera hora de este domingo “provocaciones a gran escala” con bombardeos intensivos contra las posiciones del Ejército azerí a lo largo de todo el frente y contra asentamientos en primera línea de la zona de conflicto. El Ministerio de Defensa aseguró haber causado al país rival severas pérdidas tanto en material bélico como en soldados. Además, Zakir Hasanov, ministro de Defensa azerí, informó de que habían tomado el control de seis aldeas y de varios puntos estratégicos. Los armenios lo han negado y sostienen, sin embargo, que consiguieron esquivar “exitosamente” los ataques, según el primer ministro, Nikol Pashinián.
Las fuerzas azeríes, apoyadas por tanques, misiles y artillería, aviación y drones, han destruido 12 sistemas de misiles antiaéreos de Armenia, según Bakú. Azerbaiyán ha admitido el derribo de un helicóptero de combate por parte de Armenia, pero afirmó que el piloto logró aterrizar y que no hubo pérdidas humanas. Al mismo tiempo, negó que hubieran perdido varios tanques, como habían informado horas antes los armenios.
En un mensaje de su cuenta de Twitter, Pashinián denunció la ofensiva de Azerbaiyán "con ataques aéreos y misiles contra Artsaj [nombre armenio del Alto Karabaj], y aseguró que el Ejército haría todo para proteger a su “patria de la invasión azerí”. “Preparaos para defender nuestra patria sagrada”, digo Pashinián a la población en un comunicado citado por la cadena británica BBC. Ante este aumento de las hostilidades, la OTAN ha llamado a ambos países a una solución pacífica. “Las partes deben cesar de inmediato las hostilidades que han causado ya víctimas civiles. No hay solución militar a este conflicto. Las partes deben reanudar las negociaciones para lograr una resolución pacífica, ha indicado la Alianza Atlántica en una declaración oficial atribuida al representante especial para el Cáucaso y Asia Central, James Appathurai.
Turquía, actor clave en este conflicto, ha respondido ofreciendo su “total apoyo” a Azerbaiyán y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que la “solidaridad” con Bakú “continuará y se incrementará”. Turquía mantiene como política estatal un apoyo sin fisuras a Azerbaiyán bajo el lema de que se trata de “dos Estados, una sola nación”. Ante esta situación, el mandatario armenio Pashinyan, pidió a la comunidad internacional que se asegure de que Turquía no se involucra en el conflicto de su país con Azerbaiyán por la región del Alto Karabaj, informa Reuters. Pashinyan advirtió de que el comportamiento de Turquía podría tener consecuencias destructivas para el sur del Cáucaso y las regiones vecinas.
Una escalada del conflicto preocupa a los países de la región porque temen que una nueva guerra pueda arrastrar también a Rusia –aliado de Armenia-, y a Turquía –que el domingo reiteró su apoyo a Bakú-, defendiendo a Azerbaiyán. Moscú de inmediato abogó por la calma y el restablecimiento del alto el fuego, mientras que Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, llamó a ambos países a detener las hostilidades y volver a las negociaciones “sin precondiciones”.
El enclave montañoso del Alto Karabaj (o Nagorno Karabaj), controlado por Armenia en suelo de Azerbaiyán, es escenario de uno de los conflictos territoriales que quedó enquistado tras el derrumbe de la Unión Soviética. Da la impresión que, desde la breve guerra de cuatro días que enfrentó a Armenia y Azerbaiyán en 2016, ambos Estados se han ido preparando para nuevos conflictos armados y, de hecho, los combates se han repetido de forma cada vez más frecuente y con mayor intensidad. Además, no sólo circunscritos al enclave del Alto Karabaj, sino a lo largo de la frontera entre ambos países, como ocurrió el pasado julio en la región de Tavush. Aquel fue un choque que dejó una quincena de muertos y que Bakú achaca a un ataque armenio en una zona estratégica de Azerbaiyán, ya que junto a ella discurren varias tuberías clave para el suministro de petróleo y gas del Caspio hacia Europa.
En 1994, Bakú y Ereván alcanzaron un alto el fuego y encauzaron una resolución al conflicto en el marco de diálogo del llamado grupo de Minsk (codirigido por Rusia, EE UU y Francia y bajo el amparo de la OSCE), pero desde entonces se han seguido produciendo incidentes.
Aumento en gasto militar
El gasto en Defensa de ambos países se ha disparado en la última década y se lleva un parte importante de su presupuesto: en torno al 4 % del PIB, según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Gracias a la bonanza petrolera que ha vivido Azerbaiyán desde la década de los 2000, Bakú ha modernizado sus Fuerzas Armadas y cuadriplicado su gasto militar hasta superar los 1.500 millones de dólares anuales, incorporando armamento puntero de origen ruso, israelí y turco. Armenia le ha tratado de ir a la zaga pero, debido a su que su economía es más pequeña, su presupuesto militar es un tercio del de su vecino y rival. Sin embargo, el Gobierno azerí se queja de que, en el último año, Ereván ha recibido 500 toneladas de material militar ruso y, según algunas informaciones, se trata de armamento de alta tecnología. “Hemos detectado envíos por avión y por tierra a través de Kazajistán, Turkmenistán e Irán. Hemos preguntado a nuestros colegas rusos qué han enviado y por qué, pero no hemos recibido ninguna respuesta”, lamentó el jefe del Departamento de Asuntos Exteriores de la Presidencia de Azerbaiyán, Hikmet Hajiyev, en un reciente encuentro con periodistas en Estambul al que asistió El País. “Sabemos que no es material de uso civil, sino militar, pero no sabemos en concreto de qué armas se trata. Además, hemos detectado en los últimos meses una concentración inusual de tropas armenias en la frontera”. Pero Azerbaiyán también ha reforzado sus posiciones con la llegada de militares turcos y, según denuncian diversos medios, rebeldes sirios como los que Turquía también ha empleado en la guerra de Libia.
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