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Rafael Correa no logra entrar a tiempo en la lista de precandidatos para las elecciones de Ecuador

El exmandatario debía firmar personalmente la aceptación de su postulación a vicepresidente hasta el miércoles a medianoche, pero lo hizo de forma remota desde Bélgica

El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, en Quito, en 2017.
El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, en Quito, en 2017.Patricio Realpe (GETTY)

“Ayer concluyó la etapa de aceptación de precandidaturas ante el Consejo Nacional Electoral. Quince binomios y un candidato presidencial cumplieron con este requisito de manera expresa, indelegable y personalísima”. José Cabrera, uno de los cinco miembros de la autoridad electoral zanjaba así, apoyado en la literalidad de la norma pero sin alusiones específicas, la polémica sobre la participación de Rafael Correa en las próximas elecciones de Ecuador. Hay oficialmente quince binomios -de presidente y vicepresidente- y un candidato presidencial que cumplieron hasta la medianoche del miércoles los trámites para seguir en la carrera a Carondelet del próximo año. Pero el exmandatario no está en la lista.

Ese “candidato presidencial” solitario mencionado por el consejero electoral es Andrés Arauz, compañero de fórmula de Correa. El CNE solo le ha incluido a él entre los aspirantes oficiales, de lo que se deduce que Rafael Correa no cumplió a tiempo con los requisitos de la normativa electoral ecuatoriana. El exmandatario ecuatoriano, como el resto de postulantes, tenía hasta el miércoles para firmar el acta que oficializaba su participación y debía hacerlo de forma personal y presencial, en territorio ecuatoriano, ante un delegado del Consejo Nacional Electoral. Pero lo hizo con firma electrónica, entregando un poder a su hermana Pierina y conectado por videoconferencia a través de una tablet, pese a que el CNE ya había aclarado anticipadamente las condiciones que exige el reglamento electoral. “La proclamación y aceptación de precandidaturas de postulación popular es expresa, indelegable y personalísima”, recoge la norma en su disposición transitoria segunda.

Pero si Correa hubiera regresado para cumplir con el trámite electoral, el exmandatario se habría expuesto a ser detenido por las autoridades, ya que contra él pesa una orden de prisión y una condena de ocho años por el caso Sobornos. Este proceso penal está pendiente de agotar los recursos judiciales este mismo jueves antes de declarar la sentencia como ejecutoriada y, por tanto, de saber si el político latinoamericano queda o no inhabilitado definitivamente para participar en las elecciones durante el tiempo que dure la pena.

A medianoche del miércoles, finalmente, se agotó el plazo sin que Correa apareciese físicamente y sin que su organización política optase a plantear otro nombre para la vicepresidencia. De ahí, que la opción electoral de Centro Democrático, siglas que cobijan a los cuadros correístas, solo tenga un precandidato en lugar de un binomio completo.

El exmandatario, residente en Bélgica desde 2017 tras entregar la banda presidencial a Lenín Moreno, protestó, también virtualmente, con una activa campaña en redes sociales desde su cuenta y de la de Unión por la Esperanza (UNES), la alianza de organizaciones políticas conformada para los comicios de 2021. “Evitemos que nos roben la democracia”, publicó a las cuatro de la tarde del miércoles, aún con margen para presentar una alternativa a vicepresidente, acompañando un mensaje de la cuenta de UNES en el que defendían que se había cumplido el trámite. “Rafael Correa Delgado, aspirante a la Vicepresidencia de Ecuador, cumplió con la aceptación de su candidatura. Más de 170 mil personas vieron la transmisión en donde firmó, electrónicamente, el formulario de aceptación”.

Como le pasó a Correa, otros dos aspirantes que están inmersos en procesos judiciales, quedaron fuera de la convocatoria por no firmar presencialmente el acta. Uno es Pablo Romero, exdirector de los servicios de inteligencia en el Gobierno correísta que está en prisión por el secuestro de un opositor en un proceso por el que también se juzga a Rafael Correa y que, en su caso, no puede avanzar debido a su ausencia. El otro es Abdalá Bucaram, otro expresidente que está en arresto domiciliario por su implicación en presunta corrupción hospitalaria.

Anticipándose al revés electoral, la opción del correísmo ya anunció que agotarán todas las vías para que el expresidente pueda participar en las elecciones de 2021. “Nosotros tenemos tres planes: el plan a, Rafael Correa Delgado; el plan b, Rafael Correa Delgado, con firma electrónica; y el plan c, Rafael Correa Delgado en todas las instancias legales que siguen en el tribunal contencioso electoral, en el consejo nacional electoral, en las cortes e incluso a nivel internacional”, defendió Arauz, el número uno del binomio que ahora queda en el aire.

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