Los incendios vuelven a golpear a California
Las llamas y el humo se extienden por el Estado por cuarto año consecutivo y agravan la lucha contra la pandemia
Los vecinos de California viven el verano con la maleta hecha por si hay que dejarlo todo atrás en cuestión de minutos ante el avance de los incendios forestales. Dos grandes fuegos en la región norte del Estado arden sin parar desde la semana pasada y ya han alcanzado 485.000 hectáreas y a 1.200 casas. La incertidumbre es mayor este año con el desarrollo de la pandemia del coronavirus que les plantea una paradoja: el consejo es quedarse en casa pero es necesario salir para alejarse de los incendios y el humo, que ha invadido los hogares de miles de californianos.
La amenaza latente de que los incendios se multipliquen en esta ocasión está ligada al clima. Los meteorólogos estiman que seguirá habiendo tormentas eléctricas sin lluvia y fuertes vientos, que harán más difícil que el fuego ceda. Al menos siete personas han muerto desde que comenzaron las llamas el 15 de agosto y más de 100.000 ya han sido evacuadas de sus hogares.
Este es el cuarto año consecutivo que California padece históricos incendios que arrasan no solo con los bosques, sino también con algunas localidades, principalmente rurales. Antes, las miradas apuntaban a causas externas como detonantes de las chispas, como las torres eléctricas o los descuidos de algunos ciudadanos, pero en 2020 los incendios han sido mayoritariamente atribuidos a la naturaleza: unos 12.000 relámpagos en 72 horas contribuyeron al crecimiento de las llamas el pasado fin de semana.
Clave el cambio climático
La profundidad del problema ha sido puesta de relieve por Gavin Newsom, gobernador de California, que asegura que en este mismo punto en 2019 se habían declarado 4.292 incendios forestales que quemaron 22.600 hectáreas, mientras que en este año ya se han registrado 7.002 fuegos que abarcan 485.000 hectáreas. La temporada de tormentas eléctricas aún no termina y las temperaturas seguirán siendo altas durante varias semanas. “Si no creen en el cambio climático, visiten California”, dijo el gobernador. Unos 14.000 bomberos trabajan sofocando el fuego, pero Newsom ha reconocido que los equipos son insuficientes frente a la magnitud de los incendios.
El segundo y tercer incendios más grandes de la historia de California se desarrollan cerca de la región de San Francisco. Uno de ellos arde en la zona vitivinícola de Napa, en los condados de Sonoma y Lake, donde se estima que 130.000 hectáreas ya han sido alcanzadas por el fuego. Mientras que el otro, con una magnitud de casi 137.500 hectáreas, se registra al este de San José, en los condados de Santa Clara, San Joaquín y Alameda, donde el humo ha llegado hasta la región de Silicon Valley. Este es el segundo mayor incendio de la historia del Estado. Los bomberos han informado de que solo un 22% del fuego se encuentra controlado.
Con el avance de las llamas, también ha comenzado el desplazamiento del humo hacia los centros urbanos. La preocupación entre los habitantes en ciudades como San Francisco y San José es que la contaminación del aire agrave los efectos en sus ciudadanos del avance de la pandemia del coronavirus. Según investigadores de la Universidad de California en San Francisco, la inhalación de humo debilita el sistema inmunológico y vuelve al cuerpo humano susceptible de adquirir diversas enfermedades, entre ellas la covid-19. Además, de que puede afectar a personas con enfermedades respiratorias previas.
Por si las complicaciones por los incendios y la pandemia no fueran suficientes, algunas zonas de California padecen además importantes cortes de luz en los que 30.000 personas se han quedado sin servicio. Las compañías eléctricas han explicado que las altas temperaturas y el uso masivo y generalizado de los aires acondicionados han añadido una presión adicional al sistema.
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