Bielorrusia veta al principal rival de Lukashenko para las presidenciales
La comisión electoral rechaza registrar a Viktor Babariko, detenido desde junio, como candidato a las elecciones de agosto, marcadas por la represión y las protestas
Viktor Babariko, considerado el principal rival de Alexandr Lukashenko a la presidencia de Bielorrusia, no podrá concurrir a las elecciones de agosto. En un movimiento previsible, la Comisión Central Electoral bielorrusa ha rechazado este martes registrar la candidatura del banquero, de 56 años, detenido por el servicio secreto desde el pasado junio, casi a la vez que otros opositores. La comisión asegura que la declaración del aspirante, que está acusado de delitos financieros, tiene inconsistencias entre sus ingresos y propiedades y que recibe financiación del exterior. El abogado de Babariko, que reunió cuatro veces más firmas de las necesarias para oficializar su candidatura, ha asegurado que recurrirá el veto. Afirma que las acusaciones son maniobras para impedirle participar en unos comicios marcados por la represión y las protestas sociales y que, por primera vez en décadas, podrían ser una prueba para Lukashenko, que ha gobernado con mano de hierro Bielorrusia durante 25 años.
Babariko, que dirigía Belgazprombank, la filial bielorrusa de Gazprombank de Rusia, fue arrestado el 18 de junio y acusado poco después de evasión de impuestos y lavado de dinero. Su hijo, Eduard, que se ocupa de recaudar fondos para promocionar la campaña, también fue detenido. Desde entonces, permanecen en la prisión del servicio de seguridad del KGB (Bielorrusia es el único país de la antigua URSS que mantiene el nombre de la agencia de inteligencia).
Las autoridades electorales han vetado también la candidatura de Valeri Tsepkalo, que fue embajador en EE UU y que es el fundador de un exitoso parque de nuevas tecnologías. Alegando que no ha reunido las 100.000 firmas necesarias para inscribirse. Su equipo asegura que ha recopilado más de 160.000 y que están todas verificadas.
Sin Babariko y Tsepkalo en la papeleta electoral, se ha eliminado casi cualquier amenaza a la presidencia de Lukashenko. Están autorizados ahora cinco candidatos. Y ninguno de ellos representa una amenaza para el presidente, según los analistas. De hecho, solo una de ellos está considerada como oposición real, aunque no de primera mano. Se trata Svetlana Tijanóvskaya, esposa del bloguero y popular youtuber opositor Serguéi Tijanovski, que se presenta en lugar de su marido, que también está arrestado y vetado; se le acusa de delitos financieros y de ser un “agente extranjero”. Tijanóvskaya, no obstante, ha suspendido la campaña por temor a una nueva ola represiva.
Después de una inédita gran marea de protestas ciudadanas contra la represión a los opositores, seguida de detenciones, sigue habiendo protestas aunque más puntuales en las calles de Minsk y de las principales ciudades de Bielorrusia (9,5 millones de habitantes). Este martes, tras conocerse el esperado veto a Babariko, cientos de personas han salido a la calle en la capital bielorrusa y otras ciudades para protestar contra la decisión de la comisión electoral y en solidaridad con el exbanquero. La policía detuvo a varias decenas de manifestantes.
El descontento con Lukashenko, de 65 años y que ha llegado a decir que las protestas son parte de un complot internacional contra Bielorrusia, sigue latente. La economía debilitada, dependiente de Rusia y falta de reformas, y la gestión del coronavirus ha indignado a la sociedad. Lukashenko, que se ha jactado de que beber vodka y tomar saunas puede ayudar contra el virus, no declaró medidas de confinamiento y se lanzó a celebrar un enorme desfile militar el 9 de mayo. El país ha registrado 65.269 casos y 474 fallecidos, cifras en las que gran parte de la sociedad no confía. Ahora, además, en medio de ese clima, la falta de competencia real a los comicios presidenciales puede socavar su autoridad dentro y fuera del país.
El alto representante de política exterior de la UE, Josep Borrell, ha lamentado el veto a los opositores. “La exclusión aparentemente arbitraria de candidatos limita la posibilidad de que el pueblo bielorruso exprese su voluntad y ya socava la integridad general y la naturaleza democrática de las elecciones. Al negar el registro de Viktor Babariko y Valeri Tsepkalo, las autoridades bielorrusas no han logrado garantizar una contienda política significativa y competitiva”, señala el jefe de la diplomacia comunitaria en una nota.
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