Putin fija para el 1 de julio la votación sobre la reforma que le permite perpetuarse en el poder
Con la popularidad tocada por la crisis sanitaria y la economía en retroceso, el líder ruso convoca la consulta ciudadana pese a los 9.000 infectados diarios que registra el país
Vladímir Putin tiene prisa. Con los índices de popularidad más bajos de las últimas dos décadas y las perspectivas de aún más contracción económica, el presidente ruso ha fijado para el 1 de julio la consulta ciudadana sobre la reforma de la Constitución, que incluye una enmienda que le permitiría perpetuarse en el poder hasta 2036. Con unos 9.000 casos nuevos de coronavirus registrados cada día, el líder ruso y su Gabinete sostienen que dentro de un mes la situación será adecuada para celebrar la crucial votación, que había sido aplazada por la epidemia de la covid-19. El proceso será una semana después del gran desfile militar conmemorativo por el 75 aniversario de la victoria del Ejército rojo sobre la Alemania nazi, que también se celebra con retraso.
La fecha de la consulta es “impecable”, ha dicho Putin este lunes. Para entonces, Rusia habrá recuperado ya cierta normalidad, dijo el líder ruso. “No solo en lo que se refiere a la votación, sino a la vida en general, en el puesto de trabajo, en el transporte y demás. Por eso, necesitamos esos 30 días”, apuntó en una reunión por videoconferencia sobre el coronavirus, transmitida por los canales estatales. Solo pudo verse que era un falso directo cuando Putin se dispuso a llamar al ministro de Enseñanza para tratar la conveniencia de la fecha y la conversación se recortó.
“Acudir a una mesa electoral será más seguro que ir a la tienda”, aseguró la presidenta de la Comisión Central Electoral, Ella Pamfilova, que recalcó que solo podrían estar ocho personas a la vez dentro del centro de votación. Todos los participantes y observadores recibirán mascarillas, guantes y bolígrafos desechables en los colegios. Y se analizará a los miembros de las comisiones electorales para verificar que no tienen coronavirus. Rusia, con 145 millones de habitantes, ha registrado más de 400.000 infectados y más de 4.800 muertos por la covid-19, según datos oficiales, que las autoridades revisaron en ciertos casos al alza tras la controversia y las sospechas por las bajas cifras. El país ha iniciado la etapa de desconfinamiento, poco a poco, y por regiones. Aunque en Moscú todavía no se puede salir libremente, solo desde este lunes se puede pasear por grupos o hacer deporte.
La votación estará abierta durante seis días antes de la fecha fijada y se podrá participar por Internet en algunas regiones. Un sistema duramente criticado por la oposición que sostiene que se presta a fraude. “Se ha ideado este sistema porque poca gente va a acudir a las urnas y hay que aumentar la participación”, sostiene Andréi Buzin, de la organización de observación electoral Golos, declarada “agente extranjero” por las autoridades. “El Kremlin no se preocupa mucho del resultado, parece tenerlo claro, así que la participación es muy importante. Y se aumentará gracias a estos métodos artificiales de votación, como la extensión durante casi una semana de la consulta”, añade Buzin. Según VTsIOM, la encuestadora estatal, un 46% de los sondeados planea ir a votar. Y de los que acudirán a las urnas, el 61% lo hará para apoyar la reforma constitucional.
Putin ha diseñado una reforma de la Constitución más nacionalista y conservadora. Traza un sistema aún más presidencialista, cierra las puertas al matrimonio entre personas del mismo sexo, señala la importancia de la “educación patriótica”, marca que Rusia es “heredera de la URSS”, menciona la “fe en Dios” e introduce alusiones a los rusos como “pueblo vertebrador del Estado”. Y más allá: se ha añadido un punto que permite al líder ruso, de 67 años, poner su contador de mandatos a cero y saltarse así la norma que permite solo dos periodos consecutivos en el sillón del Kremlin. Esto le permitiría volver a presentarse a las elecciones presidenciales de nuevo en 2024 y otros seis años después.
Pero la pandemia de coronavirus y el impacto económico de esta emergencia sanitaria unido al desplome de los precios del petróleo está afectando al ya tocado bolsillo de los ciudadanos. De ahí las prisas de Putin, según distintos analistas. Y de ahí que la consulta se celebre poco después del desfile militar para capitalizar la gran fecha patriótica en la que Putin centra gran parte de su discurso nacionalista. “Se apuran porque el descontento se está acumulando y todavía no ha brotado”, remarca Buzin.
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