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“Los líderes del Partido Demócrata no quieren que salga Bernie”

Las victorias de Biden en el Supermartes de las primarias empañan la celebración del resultado de Sanders en California

Seguidores de Bernie Sanders en Los Ángeles. En vídeo, Sanders se dirige a sus votantes en Vermont este martes, tras conocer los primeros resultados de la carrera demócrata.Vídeo: ETIENNE LAURENT (Efe) | EPV
Pablo Ximénez de Sandoval

La fila daba la vuelta a la manzana para entrar el martes por la noche en la fiesta que la campaña de Bernie Sanders había organizado en una discoteca de Echo Park, Los Ángeles, para celebrar los resultados de las primarias en California. El predicamento del senador entre el perfil joven, latino y urbano del Estado era manifiesto solo con un vistazo. Un cómico sobre el escenario hacía reír a la gente diciendo que “Joe Biden es como el inspector Gadget, va en patines y marcha atrás, hay que pararlo”.

La importante victoria de Sanders en California justificaba la fiesta, pero no se podía ocultar la realidad de que la noche había sido como poco agridulce. La campaña de Bernie Sanders ha pasado de esperar comerse la nominación en el primer mes de primarias a estar a la defensiva ante el empuje del exvicepresidente Biden. De los 14 Estados que votaban en el Supermartes, Sanders ganó el suyo, Vermont, y el Oeste: Colorado, Utah y California. Biden ganó todo lo demás, incluidas tres sorpresas mayúsculas y significativas de cara al futuro: Massachusetts, Minnesota y Texas.

Con el 90% escrutado, Sanders ganaba California con el 33% de los votos. Biden era segundo con el 25%. California repartía este martes 415 delegados, un tercio de todos los del Supermartes. La victoria de Sanders, que llegaba como favorito al Supermartes, tenía que ser el golpe definitivo. “El que gane en California tiene muchas posibilidades de ganar la nominación”, dijo en un mitin el sábado. Al final de la noche, California era un muro defensivo frente a lo que estaba pasando en el resto del país. Los resultados definitivos tardarán días.

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En el interior de la fiesta, René Spellman, una de las directoras de la campaña de Sanders en California, decía que la victoria la había conseguido una coalición de sindicatos, latinos y jóvenes que viene trabajando desde 2016 (Sanders perdió California frente a Clinton en junio de aquel año 53%-46%, pero estuvo sorprendentemente ajustado para lo que anunciaban las encuestas). “Lo importante es que esa coalición de votantes jóvenes sigue creciendo”, decía Spellman a EL PAÍS. En el mitin de Sanders en Los Ángeles el sábado había jóvenes que aún no pueden votar.

Las encuestas a pie de urna de CNN revelaban que Sanders tenía el voto del 55% de los latinos en California y Biden el 20%. Sanders tenía el 70% entre los votantes menores de 30 años. Las primarias demócratas de 2020 ya son una batalla entre dos bandos: Bernie Sanders con su coalición de jóvenes y latinos; y Joe Biden con su coalición de, aparentemente, todos los demás.

Cuando se pregunta a los votantes de Sanders por qué les parece la única opción suelen contestar siempre con la palabra “consistencia”, es decir, que confían en él porque lleva décadas denunciando asuntos (el sistema de salud, la deuda universitaria) que ahora son la base del discurso de todos los demócratas. El martes, Vasthy Mompoint, de 39 años, votó por Sanders en un centro de votación de Los Feliz, Los Ángeles. “Soy negra, inmigrante y mujer. Necesito a alguien que defienda todas estas cosas”, decía. “No es que Biden no sea esa persona, pero es que Bernie ha sido el primero que ha estado luchando por estas cosas”.

“Bernie sigue en la carrera y sigue siendo un candidato viable”, respondía Stephanie Schoen en la fiesta de Sanders. Ella y su amiga Maneoli Rashed, una californiana de origen iraní que nunca había participado en política hasta que descubrió a Sanders, se quejaban de la coalición de candidaturas alrededor de Biden en las últimas 48 horas que parece haber sido la clave de su contraataque. “El liderazgo del Partido Demócrata no es la gente. Esos son los que no quieren que salga Bernie, porque les va a quitar el tinglado”.

“El Comité Nacional Demócrata ha decidido que tiene que pararlo y por eso han forzado a abandonar a Pete (Buttigieg) y a Amy (Klobuchar), porque si no, Biden no lo habría hecho tan bien”, opina Schoen. “Todo está calculado. Pero cuando los demócratas presentamos a alguien que ofrece esperanza y cambio, ganamos. Como pasó con Obama. Por eso ganó Trump también”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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