El Gobierno de Johnson calcula que uno de cada cinco trabajadores podría contraer el coronavirus
El plan de actuación del Reino Unido contempla servicios mínimos para policía y bomberos
Uno de cada cinco trabajadores en el Reino Unido podría contraer el coronavirus, y servicios públicos como la policía o los bomberos podrían reducir su tarea a servicios mínimos fundamentales, según los cálculos más pesimistas de Downing Street.
El Gobierno del Reino Unido ha presentado este martes su plan de actuación ante “el peor escenario razonable” que podría representar la amenaza del coronavirus, que este martes habían contraído ya 51 personas en todo el país. Flanqueado por Chris Whitty, el máximo responsable sanitario británico, y Patrick Vallance, el principal asesor científico de Downing Street, el primer ministro Boris Johnson ha comparecido públicamente ―algo que le venía reclamando la oposición en los últimos días― para transmitir calma a los británicos. “Permítanme ser absolutamente claro: la gran mayoría de las personas que contraigan este virus tendrán síntomas leves y se recuperarán rápidamente, por lo que hemos visto hasta ahora”, ha asegurado Johnson, en una intervención en la que ha optado por la prudencia y la contención, para que fueran los expertos los que dieran las explicaciones correspondientes. Su principal aportación ha sido la de recomendar a los ciudadanos que no dejen de lavarse las manos, con agua caliente, “durante el tiempo en que uno tarda en cantar dos veces el Cumpleaños Feliz”.
El plan gubernamental anticipa que “dada la información que sigue apareciendo, y a pesar de que el impacto sobre la economía todavía es incierto, si estrechamos los escenarios es posible que uno de cada cinco trabajadores falte por baja médica durante los meses pico [de la enfermedad]. Este cálculo variará dependiendo de cada empresa concreta”.
El Gobierno británico plantea cuatro fases de respuesta ante la situación: contención, freno, investigación y paliación. Es la cuarta, en el hipotético caso de una amplia extensión del contagio, la que contempla las medidas de respuesta más extremas. “Los servicios de emergencia, incluida la policía y los bomberos, elaborarán planes de continuidad que aseguren el mantenimiento de un nivel de servicio que responda a sus tareas más críticas. Por ejemplo, si se produce una baja importante de personal, la policía se concentrará en responder a los delitos más graves y en mantener el orden público”, dice el documento.
Ante el riesgo razonable de que el personal del Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) contraiga el virus, el documento advierte de la posibilidad de que se modifique el criterio de admisiones hospitalarias (“las atenciones no urgentes podrán ser retrasadas”) y que se convoque incluso al personal médico ya jubilado o en situación de excedencia.
Los dos principales responsables que han comparecido junto a Johnson han insistido en la necesidad de que las respuestas sean graduales, para buscar el equilibrio entre coste social y eficacia. Los cálculos actuales estiman que quedan por delante seis meses de combate contra el coronavirus, y la prioridad, han explicado, es frenar al máximo su expansión hasta que llegue el verano. En ese momento los servicios de atención médica verán rebajado su actual nivel de estrés. “En torno al uno por ciento de las personas que contraigan el virus pueden acabar falleciendo, según datos basados en la experiencia china”, ha explicado Whitty, quien ha aclarado a continuación que el porcentaje puede ser inferior por el número de personas que hayan podido contraer el virus sin desarrollar síntomas o por la calidad y eficacia de los servicios sanitarios de cada país.
El Gobierno británico no descarta medidas extremas en el futuro como el cierre de colegios o incluso la imposición de cuarentena en algunas ciudades, pero se remite a la necesaria legislación de emergencia que aún no ha sido aprobada, y asegura que cualquier decisión se adoptará sobre la base de “criterios científicos”. “Lo más importante en estos momentos es que nos preparemos contra una posible extensión muy amplia del coronavirus entre la población del Reino Unido, algo que ciertamente está sobre la mesa”, ha dicho Johnson a la BBC.
Riesgo para la economía
El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ha advertido este mismo martes de que el coronavirus afectará negativamente a la economía del Reino Unido en los próximos meses. Los analistas han interpretado sus palabras como un aumento de las expectativas de un nuevo recorte de los tipos de interés. “Nos enfrentamos a una disrupción más que a una destrucción de la situación económica”, ha dicho Carney ante la Comisión de Economía de la Cámara de los Comunes. “Todo está empeorando, aunque es difícil precisar la magnitud o, lo que es más importante, la duración” de los daños económicos que puede acarrear el coronavirus, ha explicado el gobernador en SKY News. Carney se dispone a abandonar su puesto al frente de la máxima autoridad monetaria del país en los próximos días, y cualquier decisión para hacer frente a la amenaza quedará en manos de su sucesor, Andrew Bailey, a partir del 16 de marzo.
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