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Hong Kong se plantea activar poderes especiales de la era colonial para frenar las protestas

La ley de Regulaciones de Emergencia confiere amplios poderes a la jefa del Gobierno autónomo, Carrie Lam, sin necesidad de pasar por el Parlamento

Macarena Vidal Liy
Un grupo de estudiantes se manifiesta en la Universidad China de Hong Kong el 3 de octubre.
Un grupo de estudiantes se manifiesta en la Universidad China de Hong Kong el 3 de octubre.MOHD RASFAN (AFP)

El Gobierno autónomo de Hong Kong se plantea invocar una ley de la era colonial que confiere amplios poderes al jefe del ejecutivo, la ley de Regulaciones de Emergencia, para prohibir llevar máscara en lugares públicos, según varios medios locales. La medida busca impedir las protestas que desde hace cuatro meses colapsan las calles de la antigua colonia británica para reclamar reformas democráticas y una investigación sobre la violencia policial, entre otras exigencias.

Según el periódico South China Morning Post y la cadena de televisión TVB, la jefa del ejecutivo autónomo, Carrie Lam, se reunirá este viernes de urgencia con su Consejo Ejecutivo, tras lo cual se anunciará la prohibición.

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Para ello invocará la ley de Regulaciones de Emergencia, de la época británica, que permite al jefe del ejecutivo adoptar “cualquier tipo de regulación” en caso de peligro público inminente o situación de emergencia. Esta ley, que data de 1922, se aplicó por última vez en 1967, en las peores revueltas que ha conocido Hong Kong en la época contemporánea. Entonces, grupos izquierdistas llevaban a cabo una campaña de violencia, con el apoyo de China continental, en la que murieron más de cincuenta personas.

La invocación de esa ley representaría una drástica escalada en la respuesta del gobierno autónomo a las protestas. Probablemente aumentaría aún más la furia de los manifestantes, que el miércoles por la noche cometieron numerosos actos de violencia en protesta por el balazo al pecho que un policía disparó a un manifestante de 18 años  durante los choques del martes, los peores en la ola de protestas hasta la fecha y que llegaron el día que China celebraba el 70 aniversario de la fundación de la República Popular.

En esa jornada, la Policía detuvo a 269 personas y lanzó 1.400 rondas de gases lacrimógenos, 900 balas de plástico y 190 pelotas de goma, mientras que los manifestantes lanzaron cócteles molotov, líquido corrosivo, provocaron incendios y numerosos destrozos. Más de setenta personas quedaron heridas

La prohibición de llevar máscara entraría en vigor en un muy corto plazo de tiempo, según el South China Morning Post. El periódico cita a una fuente anónima que asegura que “no tiene sentido esperar a la semana que viene”. El Parlamento autónomo, cuya sesión legislativa se reanudará el próximo día 16, solo podría introducir enmiendas al veto una vez que la medida estuviera en marcha.

El uso de máscaras, ya muy habitual de por sí por motivos sanitarios en Hong Kong, se ha generalizado durante las protestas, particularmente aquellas de carácter violento o no autorizadas por la Policía, para ocultar la identidad de los participantes. Quienes están en primera línea de las protestas y los manifestantes más radicales llevan además gafas protectoras, máscara de gas y manguitos para evitar el contacto con los gases lacrimógenos.

Aunque se apruebe el veto a las máscaras, es improbable que los manifestantes hagan caso. En una situación en la que la desconfianza entre los movilizados y la Policía es mutua y absoluta, desde hace semanas los participantes en las protestas hacen caso omiso cuando este cuerpo prohíbe una concentración, algo que desde mediados de agosto se ha convertido en algo habitual. El martes, decenas de miles de personas, incluidos ancianos y familias recorrieron el centro de Hong Kong en protesta contra China, pese a que el acto no había recibido autorización.

Además, el hábito de llevar mascarilla por motivos sanitarios está muy extendido en Hong Kong desde la epidemia de SARS en 2003. Es muy habitual ver personas que la llevan para protegerse de posibles gérmenes, o para evitar dispersar los suyos, en lugares públicos.

Al menos 15 países occidentales, recuerda el South China Morning Post, han aprobado legislación que prohíbe ocultar el rostro con máscaras o pañuelos en lugares públicos. Entre ellos se encuentran Estados Unidos, Alemania o Francia.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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