Más de tres horas para quitarle la piel a un hombre que pidió que se conservaran sus tatuajes tras su muerte
Fue la última voluntad de Chris Wenzel, famoso tatuador canadiense. Una empresa estadounidense se encargó del procedimiento a cambio de unos 80.000 dólares
Miles de personas asistieron del 12 al 14 de abril a la Saskatoon Tattoo Expo, cita ineludible en esta ciudad canadiense para los adeptos a las tintas y las agujas. Los tatuajes sobre la piel de Chris Wenzel —calaveras, serpientes, flores, entre otras figuras— acapararon la atención de los visitantes, y no por los colores empleados o la finura de los trazos, sino porque Wenzel falleció hace casi medio año. Antes de morir, este tatuador profesional pidió a su esposa, Cheryl, que hiciera todo lo posible para conservar los dibujos que lució con orgullo durante años. “Los tatuajes eran lo más importante en la vida de Chris. Adoraba tatuar a los clientes que venían a nuestro estudio”, declaró Cheryl Wenzel a la cadena CBC.
Chris Wenzel se sintió atraído desde muy joven por la decoración corporal y gozaba de fama en Saskatoon por su trabajo en el Electric Underground Tattoo, donde empuñaba la máquina para realizar auténticas obras de arte sobre el cuerpo de sus clientes. Wenzel, de 41 años, murió el 28 de octubre víctima de un problema intestinal. Sin embargo, antes de fallecer pidió a su compañera que buscara la forma de preservar la mayor cantidad de sus tatuajes (su cuerpo estaba cubierto desde el cuello hasta las rodillas) para que sus cinco hijos, sus amigos y sus futuros nietos pudieran admirarlos. “Siempre pensó que perdía el tiempo haciéndose tatuar si el producto final se iba con él a la tumba. Dijo que preferiría ver la obra de arte exhibida para los demás”, afirmó la viuda.
Cheryl Wenzel se puso en marcha rápidamente y contactó con Save My Ink Forever, una compañía estadounidense —con sede en Ohio— especializada en la conservación de los tatuajes de personas fallecidas. “Queremos asegurarnos de que el espíritu y el legado de sus seres queridos perduren para las generaciones futuras”, reza la página web de la empresa. “Usted recibe el tatuaje real convertido en una obra de arte enmarcada y que se presenta a los herederos de una forma digna”, explican los responsables de la empresa.
Kyle Sherwood, uno de los dueños de Save My Ink Forever viajó dos semanas después a Saskatoon para obtener el 70% de la piel del difunto, según la agencia The Canadian Press. El trabajo llevó más de tres horas. La pareja del tatuador comentó el proceso en redes sociales: "Novedades. Chris @chris_wenzel tenía muchos tatuajes... llevamos tres horas y casi hemos terminado. Creo que estamos haciendo historia, cariño". La piel fue trasladada a Ohio en una solución especial para continuar con el procedimiento.
Tres meses después, la viuda de Chris Wenzel recibió los tatuajes enmarcados y protegidos de los rayos ultravioleta por un vidrio especial. Las cuatro piezas muestran los dibujos en muslos, brazos y espalda del fallecido. Los servicios de Save My Ink Forever costaron cerca de 80.000 dólares canadienses (unos 53.000 euros). 3.600 fueron recaudados a través de una campaña de crowdfunding. Hasta el momento, ha sido el trabajo más importante realizado por la empresa.
La piel tatuada del canadiense se pudo contemplar por primera vez en el Saskatoon Tattoo Expo, pero también ha estado expuesta hace unos días en otra muestra en Vancouver. Cheryl Wenzel ha explicado que el objetivo final es colocarlos permanentemente sobre las paredes del estudio que fundó con Chris Wenzel. Donde también ella espera que acaben los suyos cuando deje este mundo.
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