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Victoria de las feministas indias: el Supremo permite la entrada de mujeres al templo hindú de Sabarimala

La prohibición afectaba a mujeres de 10 a 50 años, por estar en edad de tener la regla. El tribunal se opone así a la creencia de comunidades hindúes que estigmatizan la menstruación

Templo de Sabarimala.
Templo de Sabarimala. Wikipedia

El Tribunal Supremo de India ha vuelto a derrumbar otra ley de costumbres impuesta por hábitos arcaicos. Según la tradición, las mujeres entre 10 y 50 años no podían acceder al templo hindú de Sabarimala, en el estado sureño de Kerala. Ejercido con celo religioso por la administración y seguidores el templo dedicado a la deidad Ayyappan, el veto a las mujeres se basa en una creencia tan primitiva como machista, según la cual la menstruación es sinónimo de impureza y podría contaminar los lugares de culto.

"Las restricciones puestas por el templo de Sabarimala no son prácticas religiosas esenciales", afirmó el presidente del Supremo, Dipak Mistra, al leer el veredicto, la semana pasada. "El patriarcado de la religión no puede triunfar sobre la devoción que emana de la fe y la libertad de practicar la religión", concluyó el dictamen final de la Corte. Así, tres de los cuatro magistrados derrumbaron la decisión del Tribunal Superior de Kerala de 1991, que segregaba la entrada de las mujeres al venerado templo hindú al sur de India.

La decisión judicial pone fin a una tradición desafiada por religiosas y organizaciones feministas indias, como la Brigada Bhumata Ranragini (Mujeres Guerreras de la Tierra Madre). En 2017, las manifestaciones de este colectivo en contra de una prohibición similar para entrar en el santuario de Haji Ali, la famosa mezquita de Bombay, surtieron efecto. Entonces, el Tribunal Superior de esa ciudad obligó a las autoridades de la mezquita a habilitar un área dentro del santuario interior para las seguidoras de la fe musulmana.

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“Las mujeres no somos iguales a los hombres en India. Hay que empezar la lucha en algún aspecto, así que retomar los templos es nuestro punto de partida”, explica a EL PAÍS, la líder de la Brigada, Trupti Desai. La activista, que dice haber sido víctima de amenazas de muerte tras la decisión del tribunal, promete visitar Sabarimala durante este mes, como ya lo hizo con otros templos en los que se prohíbe la entrada a mujeres en edad de tener el periodo. Pese a que la libertad religiosa está protegida por la Constitución de India, Desai indica que las mujeres tienen restringido el acceso a un 15% de los espacios santos del país. Esta feminista religiosa espera que las decisiones judiciales permitan la libre entrada a todos los lugares de culto de India; donde hay más de 100.000 entre templos hindúes, mezquitas musulmanas, gurduaras sijs e iglesias cristianas.

Según recoge el diario The Hindu, la institución que administra los 1.248 templos hindúes existentes en Kerala promete levantar instalaciones especiales, como retretes, para las mujeres que visitarán Sabarimala desde mediados de octubre; cuando empiezan los 40 días de peregrinaje a este lugar santo. Pero la Asociación Nacional de Devotos de Ayyappa ha recusado la sentencia del Supremo al considerar que el grupo demandante no es seguidor de esta deidad y, por tanto, no debe interceder en una cuestión que afecta a otra comunidad religiosa que fundamenta su fe en la adoración del celibato eterno.

Cientos de seguidores radicales hindúes amenazan con evitar que se cumpla la ley. “Esas mujeres que vienen a adorar retando las tradiciones de nuestro templo tendrán que caminar por encima de nuestros cuerpos”, dijo a Reuters Rahul Easwar, presidente de Ayyappa Dharma Sena, uno de los grupos que se oponen a la decisión judicial.

Ante tal intimidación, el Gobierno de Kerala, que decidió no recurrir la sentencia del Supremo, sino proteger a las mujeres que visiten el templo, ha solicitado a otros estados el desplazamiento de efectivos policiales a la región. Los encargados de la gestión del templo esperan un 30% más de peregrinos este invierno, que se sumarán a los cerca de 40 millones de devotos que lo frecuentan cada año.

Un mes de sentencias judiciales progresistas

La decisión la Corte Suprema no ha sido la única que acaba con leyes discriminatorias amparadas en tradiciones arcaicas. Septiembre comenzó con la esperada anulación del artículo 377 del Código Penal, que perseguía como crimen todas las relaciones contra natura, y por el que se había condenado al ostracismo a los homosexuales indios desde hacía más de 150 años. Tras décadas de batallas legales, todos los magistrados del Supremo tumbaban la ley colonial británica, mientras enviaban un mensaje de tolerancia al considerar la "discriminación", "una violación de los derechos fundamentales". Tan opresora y arcaica, la ley del adulterio del Código Penal también fue invalidada por el Supremo a finales de ese mes. La norma, que solo perseguía a hombres que mantuviesen relaciones con mujeres casadas sin el consentimiento de sus esposos, era "absoluta y manifiestamente arbitrario e inconstitucional" a ojos de la máxima instancia judicial del país, que manifestó que "un marido no es el amo de su esposa". Entretanto, a mitad de mes, un decreto del Gobierno de India también prohibió la práctica del triple talaq (divorcio) instantáneo; que permitía que musulmanes obtuviesen el divorcio mediante la repetición de la palabra talaq tres veces y sin requerir su presencia física. Esta prohibición también se producía después de una batalla legal y social de grupos feministas musulmanes.

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