Detenido en Libia Hisham Ashmawy, uno de los yihadistas egipcios más buscados
Exmiembro del Ejército, se le atribuye la planificación cruentos atentados en los últimos años
Miembros de una milicia leal al general Jalifa Hafter, el hombre fuerte del este de Libia, capturaron la mañana de este lunes en la ciudad de Derna a Hisham Ashmawy, uno de los terroristas más buscados en Egipto y al que se atribuye la planificación de algunos de los atentados más sangrientos y sofisticados cometidos contra las fuerzas de seguridad de este país árabe durante los últimos años. Su arresto fue anunciado por un portavoz del autoproclamado Ejército Nacional Libio y confirmado después a la agencia Reuters por fuentes militares egipcias. Antes de convertirse en un descollante estratega yihadista, Ashmawy había sido miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército egipcio.
Habida cuenta de las estrechas relaciones entre el régimen de Abdelfatá al Sisi y las fuerzas lideradas por el general Hafter, es de esperar que Ashmawy sea deportado a Egipto para ser juzgado. El terrorista ya fue condenado a muerte en rebeldía por un tribunal egipcio. No obstante, la ley egipcia obliga siempre a la repetición del juicio en caso de que la persona fugada sea posteriormente arrestada.
Poco después del anuncio de su captura, el Ejército Nacional Libio publicó varias fotografías en las que se puede ver a Ashmawy con la cara ensangrentada. Según fuentes libias, en el momento de su detención, el militante yihadista llevaba un cinturón de explosivos que no logró detonar y se hallaba acompañado de la esposa y los hijos del jeque Omar Rifai Surur, un predicador extremista egipcio que ostentaba el cargo de muftí del Consejo de la Shura de los Muyahidines, órgano de gobierno local de Derna.
Tras la guerra civil de 2011, esta ciudad costera, situada al este del país y a solo unos 250 kilómetros de la frontera egipcia, pasó a manos de diversas milicias islamistas, incluida una filial de Al Qaeda. En junio, y después de dos años de asedio y de aguerridos combates, las tropas del general Hafter se hicieron con el control de Derna.
Un oficial del Ejército que cambió de bando
A sus 40 años, Hisham Ashmawy está considerado un peligroso líder militar yihadista con una larga experiencia en actividades insurgentes. "Ashmawy recibió formación avanzada como miembro de las Fuerzas Especiales egipcias y tenía un conocimiento [del Ejército] desde dentro, lo que le convertía en un seria amenaza", comenta a través de un mensaje electrónico Allison McManus, investigadora del think tank TIMEP. "Su arresto significa una noticia muy positiva para la seguridad egipcia", concluye,
Al detectar su radicalización y proximidad a la ideología yihadista, Ashmawy fue expulsado del Ejército egipcio en 2012. Según sus familiares, su transformación ideológica se inició seis años antes debido a la tortura y asesinato de un amigo suyo en una de las comisarías del régimen Mubarak. Tras pasar varios meses en Siria en plena guerra civil, el activista volvió a Egipto para integrarse a las filas de la potente milicia yihadista Ansar Bait al-Maqdis, vinculada entonces a Al Qaeda y que opera sobre todo en la península del Sinaí.
Sin embargo, en 2014, Ashmawy se distanció del grupo terrorista cuando este juró lealtad a Abu Baker al Bagdadi, líder del autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), pues él prefirió mantenerse fiel a Al Qaeda, la organización liderada hasta su muerte por Osama Bin Laden. A partir de entonces, hizo de Derna su base de operaciones y ocupó una posición de liderazgo en la milicia al-Murabitun, que forma parte de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
Entre los atentados que se atribuyen a Ashmawy figura la emboscada en octubre del año pasado contra un convoy del Ejército egipcio en el desierto de Baharia que se saldó con la muerte de más de 30 soldados. Asimismo, las autoridades egipcias están convencidas de que también llevaron su sello el asesinato del fiscal general en 2015, el atentado frustrado contra el ministro del Interior en 2013, los ataques con coche bomba contra varias instalaciones policiales, y una emboscada contra una unidad del Ejército en el desierto de Farafra en 2014.
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