_
_
_
_

La gran coalición alemana pacta un nuevo destino para el polémico jefe del espionaje

Maassen pasará a ser asesor especial en el Minsiterio de Interior y se anulará la subida de sueldo prevista

Ana Carbajosa
El ex jefe del espionaje alemán, Hans-Georg Maassen (izquierda), junto al ministro de Interior a mediados de septiembre el el Parlamento en Berlín.
El ex jefe del espionaje alemán, Hans-Georg Maassen (izquierda), junto al ministro de Interior a mediados de septiembre el el Parlamento en Berlín. ODD ANDERSEN (AFP)

Otra negociación in extremis. Otra cita extraordinaria para sofocar la amenaza existencial de una gran coalición alemana paralizada por las tensiones internas. La noche del domingo, los partidos del Ejecutivo alemán pactaron un nuevo destino laboral para Hans-Georg Maassen, el díscolo jefe de los servicios secretos internos alemanes, con el objetivo de aplacar el agrio debate que ha llevado al Gobierno de Berlín al borde de la ruptura. Maassen será nombrado asesor especial en el ministerio de Interior que dirige su valedor, Horst Seehofer, quien anoche adelantó el pacto en conferencia de prensa.

El ex jefe del espionaje, quien desató una oleada de críticas al minimizar la violencia neonazi, asesorará ahora en asuntos europeos e internacionales relacionados con el asilo entre otros. Está por ver cómo reaccionarán los miembros del partido socialdemócrata (SPD), miembros de la coalición de Gobierno y muy críticos hasta ahora con las negociaciones en torno al destino de Maassen.

El pasado martes, el bloque conservador que dirigen Merkel (CDU) y Seehofer (CSU) y el SPD acordaron el cese de Maassen, pero también dieron el visto bueno a una espectacular patada hacia arriba que encumbraría a Maassen hasta la secretaría de Estado del ministerio de Interior. El resultado era una promoción en toda regla, con un sustancioso aumento de sueldo incluido (de 11.500 euros al mes a 14.000), que escandalizó a la clase política y a la ciudadanía y provocó una nueva crisis interna en el Gobierno de Berlín. Porque aunque el asunto del destino de Maassen podría parecer a primera vista menor, es un síntoma inequívoco de lo tirantes que están las costuras de una coalición de gobierno instalada en una crisis casi permanente.

El origen de la crisis se remonta a principios de septiembre, cuando Maassen relativizó la violencia ultraderechista que en Chemnitz estalló tras el apuñalamiento de un ciudadano alemán supuestamente a manos de extranjeros. El jefe de los servicios secretos internos dudó incluso de la veracidad de las imágenes en las que manifestantes xenófobos corren por las calles de Chemnitz tratando de dar caza a extranjeros. Maassen se alineó así con las teorías conspiratorias de la ultraderecha sin aportar prueba alguna para refrendar sus afirmaciones y se enfrentó de paso con Merkel, quien había condenado firmemente la xenofobia de Chemnitz.

Con su primer acuerdo el pasado sábado, los primeros espadas de la gran coalición midieron mal. Seehofer insistió en promocionar a su protegido y los demás pensaron que con cesar a Maassen bastaba para calmar la indignación, pero se equivocaron. En el SPD, pero también en el CDU el malestar fue en aumento, conscientes de que el ciudadano de a pie no comprendía ni aceptaba cómo se podía premiar a un responsable político por su incompetencia.

El SPD volvió a acabar convertido en el daño colateral de las tensiones que resquebrajan el bloque conservador y el enfrentamiento entre Merkel y su ministro de Interior. A medida que avanzaba la semana, la presión interna en el SPD se volvió insoportable y la credibilidad de la líder de un partido en horas muy bajas comenzó a peligrar seriamente. El viernes, Andrea Nahles (SPD) comprendió que su supervivencia y al del Ejecutivo pasaba por rectificar y solicitó a la canciller por carta reabrir las negociaciones sobre el futuro laboral del jefe de los espías.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

El SPD de Baden-Württemberg llegó a pedir la dimisión de Seehofer, al que consideran, como no pocos alemanes el gran culpable de los males que aqueja la maltrecha coalición de Gobierno. “Merkel permite al ministro de Interior ir de escándalo en escándalo, torpedeando durante meses al Gobierno […] gobernar es liderar, señora Merkel, exigimos la dimisión de Horst Seehofer”, indicó en una resolución la agrupación regional. "Ha llegado el momento de decir 'basta", consideró Johannes Kahrs, representante del ala más centrista del SPD.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_