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Las cartas que tardaron ocho años en llegar a Palestina

Israel entrega 10 toneladas de envíos postales retenidos desde 2010 en la frontera jordana

Juan Carlos Sanz
Cartas y paquetes acumulados en la oficina postal de Jericó (Palestina).
Cartas y paquetes acumulados en la oficina postal de Jericó (Palestina). ABBAS MOMANI (AFP)

Casi nadie escribe ya cartas, pero si se quiere remitir una misiva a Palestina es mejor informarse antes de echarla al buzón. Diez toneladas de envíos postales se acumulan esta semana en las dependencias de Correos de la ciudad Cisjordania de Jericó. Israel, que ocupa militarmente el territorio desde 1967 y controla todos sus accesos, los había retenido a partir de 2010 por razones de seguridad no precisadas. Ahora han sido entregados para cumplir un acuerdo con la Autoridad Palestina, suscrito por las autoridades israelíes en 2016 aunque aún no había sido aplicado.

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Cartas atrasadas procedentes de todo el mundo se amontonan en grandes fardos en la estafeta de Jericó, según la información de la agencia France Presse, junto con miles de paquetes dirigidos a palestinos que habían efectuado compras a través de Internet. Los funcionarios hacen horas extras ante la acumulación de cajas con todo tipo de mercancías. Muchas son de medicamentos que nunca llegaron a su destino. Incluso hay una silla de ruedas remitida desde Turquía con destino a la franja de Gaza en 2015, al año siguiente de la última guerra librada en el enclave mediterráneo.

Ramadán Ghazaui, responsable de la oficina postal palestina, precisa que “Israel ha autorizado hace poco la entrega de mas de diez toneladas de envíos bloqueados en Jordania por motivos administrativos”, en referencia a los controles de seguridad impuestos por el Ejército en la aduana de la frontera del puente de Allenby sobre el río Jordán. Ghazaui ha confirmado a France Presse que se tardará al menos dos semanas en clasificar cartas y paquetes.

Los Acuerdos de Paz de Oslo de 1993, que sentaron las bases para la creación de la Autoridad Palestina, asignan a Israel la vigilancia de la frontera en el valle del Jordán, al hallarse dentro de la denominada Área C (un 60% del territorio de Cisjordania), donde el Ejército ejerce el control absoluto, tanto militar como civil. La ocho veces milenaria ciudad de Jericó, un tórrido oasis situado 250 metros bajo el nivel del mar, se encuentra en el Área A (que ocupa el 18% de la superficie cisjordana), bajo administración exclusiva de las autoridades palestinas.

El centro militar israelí de enlace con la población civil palestina considera que el acuerdo cerrado en 2016 para que el correo internacional se entregue directamente a Palestina sin pasar antes por la inspección israelí aún no ha entrado plenamente en vigor, aunque se ha autorizado ahora el paso de los envíos acumulados para desatascar la retención postal.

Tras el el largo bloqueo sufrido, abundan los sobres descoloridos y los paquetes dañados en las sacas de la oficina de Jericó. El ministro palestino de Telecomunicaciones, Alam Musa, responsabilizada a las autoridades israelíes por haber retrasado deliberadamente la aplicación del acuerdo. Cuando los destinatarios palestinos comiencen a recibir la correspondencia pendiente desde 2010, está previsto que lleven una nota adjunta con un texto que bien podría rezar así: “El servicio de Correos palestino no se hace responsable de los daños causados por Israel”.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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