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18 años con una hija robada

"Te quiero, pero no eres mía", confiesa en la vista judicial Gloria Williams a la joven que se llevó de bebé de un hospital

Gloria Williams, ante la Corte de Jacksonville (Florida), el pasado día 3 de mayo.Vídeo: WILL DICKEY (AP) / REUTERS-QUALITY
Pablo de Llano Neira

El 10 de julio de 1998, Gloria Williams entró en un hospital de Jacksonville (Florida) disfrazada de enfermera, persuadió a una madre de que le dejase a su hija nacida unas horas antes, la metió en una bolsa y se la llevó a su casa en Carolina del Sur para convertirla en su propia hija durante los siguientes 18 años. La niña creció sin saber que su cariñosa madre, Gloria, no era su verdadera madre. Que la había robado.

La bebé se llamaba Kamiyah Mobley. Williams le borró su identidad falsificando documentos para cambiarle el nombre por Alexis Kelly Manigo. La hija sustraída acabó descubriendo su historia antes de que todo saltase por los aires. Al querer sacar su carné de conducir no pudo, porque no tenía un acta de nacimiento válida.

La joven Kamiyah Mobley, en la vista judicial.
La joven Kamiyah Mobley, en la vista judicial.W.D.

Williams le contó entonces la verdad y la joven se lo confió solo a una amiga, no se le ocurrió ir a la policía. Pero el Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados recibió una pista anónima y en enero de 2017 los detectives arrestaron en su casa a la madre impostora y encontraron con 18 años de edad y en buen estado a la persona perdida durante hace casi dos décadas.

Gloria Williams, de 52 años, se ha declarado ahora culpable ante el tribunal y está a la espera de la sentencia que la juez dictará el 8 de junio. Se enfrenta a una condena de hasta 22 años de cárcel por secuestro e interferencia en la custodia de una menor. De haber defendido su inocencia e ido a juicio la pena podría ser incluso de cadena perpetua. En las audiencias celebradas este mes, previas al fallo de la magistrada, la madre biológica de la chica, Shanara Mobley, afirmó, cuando se le preguntó, que ella hubiera querido la pena de muerte para la ladrona de la niña. Relató que nunca había dejado de pensar en su hija y que durante casi dos décadas mantuvo en el congelador una tarta para celebrar su cumpleaños.

Kamiyah Mobley llama casi cada día a Williams a la cárcel y esta le pregunta, como si todo siguiera igual, cómo le van las cosas o en qué universidad quiere estudiar

Shanara Mobley era una adolescente de 16 años cuando tuvo a su hija. El padre, Craig Aiken, tenía 22 años y estaba en la cárcel. Kamiyah ha recuperado su nombre y poco a poco va construyendo una relación con sus padres biológicos. A la madre que la robó la ha perdonado. Si bien asume que cometió un delito grave que debe ser penado, en diversas entrevistas ha reiterado que la sigue queriendo: "Por supuesto que no voy a decir: ¡metedla en una celda y tirad la llave! No quiero que esté tantos años en la cárcel. Para mí sigue siendo una madre aun entre rejas". Kamiyah Mobley llama casi cada día a Williams a la cárcel y esta le pregunta, como si todo siguiera igual, cómo le van las cosas o en qué universidad quiere estudiar.

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En su testimonio ante la juez, Gloria Williams detalló los pormenores del secuestro. Un mes antes de tomar la decisión de robar a la bebé ella había sufrido un aborto ligado, según dijo, a los malos tratos que sufría por parte de su pareja. Previamente había perdido la custodia de dos hijos.

Williams sostiene que cuando se subió al coche en Carolina del Sur en dirección a Jacksonville no tenía en mente secuestrar a un bebé. "Me sentía como si fuese en piloto automático. Había perdido el control de mi vida. Lo había perdido todo", declaró, y describió sus nervios cuando salía con la recién nacida del hospital. "Recuerdo que mientras caminaba pensaba que en cualquier momento alguien me iba a coger del brazo y me iba a preguntar: ¿qué llevas en esa bolsa?".

La desaparición de Kamiyah fue una noticia que atrajo la atención mediática. Se activó un amplio operativo de búsqueda, pero la bebé nunca apareció. Gloria Williams lo había logrado. La tenía en sus manos a unos 300 kilómetros del epicentro de la investigación.

"Siempre te querré, siempre", dijo Williams emocionada a Kamiyah durante la audiencia en presencia de sus padres. "Pero no eres mía", confesó.

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