Tranquilos, talentosos y solidarios: así eran los estudiantes de cine asesinados en Jalisco
Salomón, Daniel y Marco murieron a manos del Cartel Jalisco Nueva Generación mientras rodaban un corto de terror en Tonalá, en la zona metropolitana de Guadalajara
Salomón Aceves Gastélum, Daniel Díaz, Marco García Ávalos. Tres nombres han quedado en el centro de la última tragedia que ha conmocionado a México. Tres jóvenes estudiantes de cine que murieron en un crimen atroz a manos del Cártel Jalisco Nueva Generación, mientras grababan un corto de terror para una tarea de la universidad en Tonalá, Jalisco. Asesinados y disueltos en ácido por estar en el lugar equivocado, a la hora equivocada. Ese es el resultado de las investigaciones de la Fiscalía de Jalisco después de que desaparecieron en marzo pasado. Tranquilos, talentosos, solidarios: así recuerdan familiares y amigos a Salomón, Daniel y Marco.
"Siempre fue muy alegre, solo lo vi triste un día, cuando falleció una amiga que era muy joven", cuenta Aylin Michelle, que conocía a Marco desde hace cinco años. Marco, de 20 años, vivía en Tepic (Nayarit) y acababa de llegar a Guadalajara para estudiar cine. Apenas había pasado al segundo cuatrimestre en la Universidad de Medios Audiovisuales CAAV. "Su sueño era ser el mejor director y nadie lo dudaba porque todos sabíamos lo talentoso que era y el don que tenía para comunicarse con la gente", recuerda su amiga, con quien cursó la secundaria y la prepa.
"Pienso que todos deberían ver este lado humano, no solo 'era un estudiante", afirma Michelle. Hablar de él en pasado aún le resulta extraño. Marco estaba "cada vez más centrado" en su objetivo y cada vez "le echaba más ganas a la escuela". "Le caía bien a toda la gente, no tenía enemigos, él era quien le daba lo divertido a nuestras reuniones de amigos", agrega su amiga. Marco era un talentoso de la posproducción audiovisual. El manejo de programas de edición como Adobe Premiere y After Effects eran sus bazas, según los testimonios que sus compañeros de clase han dado a los medios locales. Su familia pagaba su estancia en Guadalajara donde compartía un departamento con un amigo también originario de Nayarit.
En el CAAV conoció a Daniel, también de 20 años, y a Salomón, el mayor de los tres, de 25. Salomón llegó a Guadalajara de Mexicali, una ciudad que se encuentra en la frontera con Estados Unidos. El cine y la música lo apasionaban, y tocaba la batería en la banda de death metal llamada Betray Me. La batería de Salomón luce en "Exile", uno de los sencillos del grupo, al compás de riffs rápidos y gritos que se funden con una potente melodía.
"Nos sentimos enojados, muy tristes, buscando explicaciones de por qué a ellos, es injusto, no se vale que se los hayan llevado así y hayan regresado sin vida", lamentaba su hermana Michelle Gastélum en una publicación de Facebook. "No puedo creer que no estés aquí, conmigo", confesaba su hermana menor, poco después de agradecer el apoyo de familiares, amigos y conocidos que acompañaron la búsqueda y las protestas por la desaparición de los tres estudiantes.
En la publicación, Michelle recuerda cuando lo visitó y lo orgullosa que se sintió al verlo. "Creciste demasiado como persona, te vi haciendo lo que más te gusta", contaba. Salomón subió algunos cortos de suspenso y de terror a su canal de YouTube para documentar sus primeros pasos como realizador. Cámara en mano, grababa igual el recorrido por una casa de noche o la persecución de una víctima por un parque. Pero no todo era tétrico. Salomón también subía vídeos de chascarrillos y en uno de ellos da un salto al frente de la cámara y encarna al Mítico, una parodia de un conocido icono de la lucha libre mexicana. Su distintiva barba castaña salía por debajo de la máscara de luchador, la capa del disfraz volaba mientras corría por las calles y no aguantaba la risa mientras firmaba autógrafos para "fanáticos" de su álter ego.
Daniel, en cambio, alternaba el fútbol con su pasión por el cine y llevaba muletas cuando desapareció por una lesión que se hizo mientras jugaba. Sus amigos lo describen como un muchacho tranquilo y pacífico. El joven estudiante compartía varias fotos en las que se veía muy sonriente al lado de amigos o con paisajes espectaculares de fondo. Daniel, oriundo del puerto de Los Cabos en Baja California Sur, estaba en Canadá cuando se hizo la foto que se viralizó durante las protestas en Jalisco y aparece con una sudadera de capucha que lo resguarda de la nieve.
"Eran muy unidos, todo el tiempo estaban juntos". "Cuando salgo a la calle tengo miedo de que mis sueños me sean arrebatados". "Estamos abandonados, traicionados, no hay nadie que nos respalde". "Es una sensación sofocante que desaparezcan de un momento para otro". Ese es el testimonio en vídeo de los compañeros de Marco, Daniel y Salomón. "No somos tres, somos todos". Ese es el grito de indignación que han lanzado los universitarios de Jalisco y que se ha hecho eco en contra de la violencia que azota a México. "Hoy fue un compañero de nuestra universidad, mañana puede ser alguien de tu universidad, tu vecino, tu amigo, tu familiar". Ese es el drama de estar en el "lugar equivocado" a la "hora equivocada" y vivir en un país donde hay más de 32.000 desaparecidos.
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