Bélgica deja sin himno a su selección de fútbol entre acusaciones de sexismo a un rapero
Las organizaciones feministas critican al cantante Damso por componer letras machistas
Directo, belgo-congoleño, rapero. El trabajo de Damso es acelerar verbos hasta hacerlos entrar en ebullición. Sin esquivar ningún tema. Explícito. Nacido entre balas en Kinshasha hace 25 años, llegó a Matongé, el barrio africano de Bruselas, a los nueve. Huía de la guerra en su país. "Los disparos de kalash me impedían soñar", dice en una de sus canciones. "En tiempo de guerra no hay abrazos. Mata a todos, también a las mujeres embarazadas", canta en otra de sus crudas rimas. La ausencia de límites al expresarse aparece también cuando habla del suicidio o la marihuana, pero han sido sus controvertidas referencias a las mujeres las que le han puesto en el centro de la polémica en Bélgica: la federación de fútbol ha renunciado a que la selección tenga canción oficial en el próximo Mundial de Rusia ante las críticas de colectivos feministas a que sea Damso quien componga el tema por el contenido machista de algunas de sus letras.
La violencia, las drogas y el sexo son los tres ejes de la música de William Kalubi, su nombre real. Superventas en Francia y Bélgica, instalado en la cima del éxito, amigo de varios jugadores de la selección. La federación belga de fútbol pensó que podía ser el artista idóneo para componer el himno. Joven de origen inmigrante. Ejemplo de ascenso a lo más alto desde las catacumbas de la sociedad. Error. Pocos días después de su elección, los máximos responsables del fútbol belga daban marcha atrás arrastrados por la tormenta desatada por la decisión.
Ante la polémica, el rapero ha publicado un fragmento del himno que había compuesto. Ampliamente compartido, el tema amenaza con convertirse en la canción no oficial de la selección
Sus canciones eran antes y ahora sobradamente conocidas. En ellas, una de las alusiones que más ha movilizado a colectivos feministas es de una melodía de sus inicios, en la que califica repetidamente de "puta" a una mujer con la que el protagonista de la canción mantiene relaciones sexuales descritas con detalle.
Poco después de conocerse que Damso recibía el encargo de poner letra a la canción oficial de la selección, el Consejo de Mujeres Francófonas de Bélgica alertaba de su historial sexista en una carta dirigida a los patrocinadores de la selección belga. "Sus textos están llenos de repugnancia, desprecio y violencia verbal contra las mujeres". La campaña contra su elección estaba lanzada, y pronto se extendió a las redes sociales con un lema con guiño futbolístico: "el sexismo está fuera de juego".
En los cálculos de la federación no entraba en la ecuación la respuesta de las agrupaciones feministas. "Es inaceptable que alguien como Damso, conocido por su lenguaje grosero y sexista, represente a Bélgica como abanderado oficial musical", añadía la misiva. En medio de uno de los debates recurrentes en las democracias occidentales de hoy, el de los límites de la libertad de expresión, varios partidos —entre ellos liberales y nacionalistas flamencos— se posicionaron en contra de que compusiera la canción con la que los belgas apoyarán a su equipo en el Mundial. Al coro de voces se unieron patrocinadores como Coca-Cola, Proximus y Adidas. También columnistas de opinión. "Debe proponerse un artista que se parezca a los belgas. Con el que puedan identificarse", señalaba el abogado Etienne Dujardin en el diario Le Vif.
Finalmente, la federación, sobrepasada por la tensa disputa pública abierta en torno a la canción, pidió perdón a los que se sintieron ofendidos por la elección de Damso, y en lugar de sustituirle por otro cantante ha optado por una decisión salomónica: si hace cuatro años, durante el campeonato en Brasil, el tema Ta fête de Stromae se convirtió en un indiscutible éxito comercial, en el presente torneo el fenómeno no podrá repetirse, porque Bélgica no tendrá canción oficial en el Mundial de Rusia.
La rectificación no ha tenido una acogida unánimemente favorable. El diario flamenco Het Laatste Nieuws ha lamentado el cambio de postura de la federación, y ha advertido de que abre la puerta a "un festival de censura". La respuesta del rapero ante la polémica ha sido publicar un fragmento del himno que había compuesto sin añadir ningún comentario. Ampliamente compartido, el tema amenaza con convertirse en la canción no oficial de la selección. En una entrevista concedida en mayo al diario belga La Dernière Heure, el artista reconocía que utiliza un lenguaje directo en sus letras, pero rechazaba su carácter machista. "Hablar de sexo no significa ser sexista, son dos cosas completamente diferentes (...). Me gusta la mujer en todas sus formas. Son parte de mi vida. Pero la sexualidad también".
Algunos jugadores de la selección, de cuyas filas salió la idea de elegir a Damso, ya le han manifestado públicamente su apoyo. Mientras tanto, su popularidad alcanza máximos. Impulsado por los ecos del escándalo, el nombre de Damso y sus canciones retumban en redes sociales y medios de comunicación. "El jefe de marketing de Damso trabaja en la federación belga. Eso está claro. #Genio", escribió en Twitter Vincent Kompany, capitán de los Diablos Rojos.
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