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El ISIS asume el atentado que causó cinco muertos junto una iglesia ortodoxa en el Cáucaso ruso

El autor, de 22 años, utilizó un fusil de caza y un cuchillo y fue abatido por la Policía

Pilar Bonet
Captura de un vídeo de la televisión rusa RU-RTR donde aparecen algunos fieles tras el ataque de este domingo a una iglesia en la ciudad de Kizlyar .
Captura de un vídeo de la televisión rusa RU-RTR donde aparecen algunos fieles tras el ataque de este domingo a una iglesia en la ciudad de Kizlyar .AP

La organización del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) ha asumido la autoría del ataque contra una iglesia ortodoxa de la ciudad de Kizliar, en la república de Daguestán, en el Cáucaso ruso, a resultas del cual perecieron cinco personas el pasado domingo. Para el Comité Investigador de Rusia, el terrorismo, sin embargo, es solo una de las hipótesis manejadas para esclarecer el comportamiento de Jalil Jalílov, un individuo de 22 años, que acudió a la iglesia de San Jorge con un fusil de caza y un cuchillo, se apostó a la entrada del templo y, al grito de “Allahu Akbar” (Dios es Grande, en árabe) comenzó a disparar contra los feligreses que salían de él.

Cuatro mujeres murieron en el lugar de los hechos y una quinta, en el hospital. Otras cuatro personas, entre ellas dos agentes policiales, permanecían hospitalizadas el lunes, dos de ellas con heridas de gravedad. Jalílov fue abatido por la Policía en el lugar del suceso y en un registro practicado en su domicilio se encontró un llamamiento grabado en vídeo sobre el fondo de una bandera del Estado Islámico, según informó la agencia Interfax. En el vídeo, Jalílov está enmascarado y junto a él se ve el arma con la cual dispararía después a quienes salían de la iglesia.

El patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Cirilo, ha calificado el suceso como un intento de provocar un enfrentamiento entre los cristianos y los musulmanes. Casi todas las iglesias ortodoxas de Daguestán (una veintena) han sido puestas bajo vigilancia policial, según el episcopado de Majashkalá, la capital de Daguestán. Por decidir está si la vigilancia se limitará a algunos días o si tendrá carácter permanente.

Daguestán está poblada por varias decenas de comunidades, en su mayoría musulmanes. En su inestable territorio se suceden con frecuencia los atentados y las redadas policiales con resultados fatales, pero la peculiaridad del suceso de Kizliar es que las víctimas son miembros de la comunidad cristiana local y no pertenecen a las categorías tradicionalmente más afectadas por la violencia local, por una parte jóvenes musulmanes acusados de terrorismo y por la otra policías culpados de abusos. Daguestán linda con la república de Chechenia, donde la población rusa en su mayoría tuvo que emigrar a consecuencia de las guerras que desde 1994 hasta principios de este siglo enfrentaron los separatistas chechenos locales y las tropas federales rusas.

La matanza de Kizliar, al igual que los datos que se van revelando sobre los combatientes rusos muertos en Siria alteran el clima de tranquilidad que las autoridades rusas quisieran crear en vísperas de las elecciones presidenciales que se celebrarán 18 de marzo. Citando a la agencia de propaganda Amaq, Reuters informó de que el atentado de Kizliar había sido asumido por el ISIS. Una fuente de los órganos de orden público en Daguestán contó al servicio RBK que Jalílov era miembro de una célula durmiente de esta organización.

En octubre de 2017, el Estado Islámico se responsabilizó de dos ataques en Daguestán, a saber el asesinato de unos policías en los distritos de Kizliar y Babaiurtsk. En 2017, en Daguestán se registraron 24 incidentes armados, en los cuales 44 personas perecieron y siete fueron heridas, según informó la agencia Kavkazkii Uzel. Estas cifras fueron inferiores a las del año anterior. 

El atentado de Kizliar se produce sobre el telón de fondo de la campaña contra la corrupción que Moscú ha emprendido en Daguestán, donde han sido cesados o encarcelados los miembros de la cúpula local, donde habitualmente se equilibraban los intereses de las distintas comunidades étnicas del territorio. Desde el pasado octubre, el jefe en funciones de Daguestán es Vladímir Vasíliev, un general de la policía enviado desde Moscú, que en el pasado fue vicejefe del comité de seguridad de la Duma Estatal (cámara baja del parlamento) y también vicejefe del Consejo de Seguridad de Rusia. En una visita al lugar del atentado, Vasíliev dijo ayer que las distintas comunidades de Daguestán están ahora “más unidas” que antes de que ocurriera la matanza.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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