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Otros dos presos huyen de una prisión de Berlín

La fuga se suma a la de siete reos desaparecidos del mismo penal en menos de una semana

Imagen captada por las cámaras de seguridad en la que varios presos se fugan de la cárcel de Plötzensee, en Berlín, Alemania, el 28 de diciembre de 2017.Vídeo: BERLIN SENATE ADMINISTRATION FOR (EFE)

La cárcel berlinesa de Plötzensee más que una prisión, empieza a parecer un coladero. Otros dos reclusos se han dado a la fuga en año nuevo, después de que la semana pasada cuatro reclusos protagonizaran una espectacular evasión. Con los dos del lunes, ya suman en total nueve los reos fugados del penal de Plötzensee en apenas cinco días, según las cifras oficiales. La policía busca todavía a siete de ellos, mientras que dos se han entregado. Las nuevas evasiones corren el riesgo de encender la mecha política en un contexto en el que la seguridad se ha convertido en un tema central del debate nacional.

El lunes, cuando los guardas de la prisión hicieron la primera ronda del nuevo año y el recuento de las siete de la mañana, se dieron cuenta de que faltaban otros dos presos. Esta vez los fugados eligieron la ventana de la celda de otro recluso que forzaron para escapar, según detallan varios medios alemanes. Los presos se encontraban en régimen de tercer grado, por lo que podían salir a la calle durante el día, pero debían volver a la cárcel para dormir. Uno de ellos ha regresado al penal por su propio pie, aunque tras la fuga, perderá el beneficio del tercer grado. “Incomprensible. De nuevo”, titulaba la edición digital del diario Bild.

El pasado jueves cuatro reclusos habían protagonizado una evasión de película de la misma cárcel de Plötzensee. Con herramientas de un taller mecánico del penal, lograron doblegar un orificio del sistema de ventilación y colarse por un agujero de 30 por 70 centímetros que abrieron en el cuarto de la caldera. Una cámara de seguridad grabó la escapada y se puede ver en las imágenes con claridad cómo dos hombres vestidos de oscuro emergen de una de las paredes de la cárcel. Aún así, la alarma solo se activó 41 minutos después de que las cámaras captaran la huida.

El responsable de Justicia del Senado de Berlín, Dirk Behrendt, ha explicado que Plötzensee no es una cárcel de alta seguridad y que en cualquier caso se reforzaría la protección. Behrendt ha anunciado este martes que uno de los cuatro fugados ha contactado con su abogado y se ha entregado. El reo será trasladado a una cárcel de alta seguridad. El viernes pasado, un quinto recluso simplemente no regresó después de su permiso. Otro hizo lo mismo el sábado y otro más el domingo.

Consciente de que las evasiones han cobrado ya la categoría de escándalo nacional y de que la indignación popular va en aumento, Behrendt ha emitido además este martes un comunicado en el que pidió disculpas y trató de tranquilizar a los ciudadanos. “Las fugas del régimen abierto han causado enfado y es comprensible. Lo lamento. Estamos analizando las medidas de seguridad en Plötzensee y vamos a reforzar el personal de la prisión”, aseguró Behrendt, al tiempo que publicó las cifras de evasiones del penal berlinés. En 2017 se escaparon 42 personas, una menos que el año anterior, en el que se batió el récord de los últimos siete años. La mayoría, lo hacen violando las condiciones del régimen abierto.

La oposición berlinesa de centro-derecha, la CDU, ha cuestionado la capacidad del responsable de Justicia de la capital. Burkard Dregger, portavoz de Interior de la CDU en el senado de Berlín, consideró las fugas “un incidente explosivo”. “Este caso es muy ilustrativo y revela la incapacidad de la alianza de la izquierda en el Senado de Berlín [socialdemócratas, Verdes y La Izquierda (Die Linke)] para proteger a los ciudadanos de criminales sentenciados”, escribió en su web. “En año nuevo, día de puertas abiertas en la prisión de Berlín”, tuiteó con sarcasmo Sven Kohlmeier, portavoz de asuntos jurídicos el partido socialdemócrata.

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Otras 362 personas continúan encerradas en la cárcel de Plötzensee, al oeste de Berlín. Esta prisión es trágicamente famosa por haber servido de centro de ejecuciones al régimen nazi. A cerca de 3.000 personas se les aplicó la pena capital en Plötzensee.

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