_
_
_
_
_

Una cantante egipcia, encarcelada por un videoclip ‘erótico’

La joven artista Shyma aparece en el videoclip en lencería mientras come un plátano y un manzana y se insinúa a varios hombres

Fotograma del videoclip 'Aindy duruf'.
Fotograma del videoclip 'Aindy duruf'.

En Egipto, ninguna ley prohíbe comer un plátano. Ni tan siquiera, en lencería. Ahora bien, el riesgo de acabar en el calabozo aumenta cuando una lo hace frente a una cámara, en el transcurso de un videoclip, reproduciendo el ambiente de un aula y con un “Clase 69” escrito en la pizarra. Esta fue la osadía que cometió Shyma, una joven cantante egipcia desconocida hasta hace poco. El hecho de que acompañara la ingesta de la banana con miradas lascivas, y luego vertiera leche encima de la fruta, sin duda, no facilitó la labor de su abogado en un país tan conservador como Egipto, donde la propensión de la judicatura a dictar penas de cárcel se ha intensificado después del golpe de Estado de 2013.

El pasado martes, un tribunal condenó a Shyma a dos años de prisión y a pagar una multa de 10.000 libras (unos 500 euros) por los cargos de “incitación al libertinaje” y “difusión de un vídeo vil”, según informó la prensa local. La misma suerte corrió el director de la controvertida grabación, Mohamed Gamal, que fue juzgado in absentia. El abogado de Shyma recurrió enseguida la sentencia, y una corte de casación fijó para el próximo 1 de enero la sesión de revisión de la sentencia.

Por si la sensual actuación de la cantante en el videoclip, frente una audiencia exclusivamente masculina y en estado de excitación, no fuera suficiente para llamar la atención, el título de la canción completaba la jugada de márketing: Aindy duruf (“tengo un apuro”), una expresión utilizada habitualmente en Egipto como eufemismo para referirse a la regla. La estrategia funcionó. La grabación promocional de Aindy duruf, de estilo pop oriental, se convirtió en viral en cuestión de pocos días, cosechando más de 300.000 visitas en YouTube. De hecho, quizás su problema es que tuvo demasiado éxito ...

Más información
Una sirena barbuda para cada mes del año
El crimen que las redes sociales chinas ya han juzgado
El pescador que da sepultura a los inmigrantes sin nombre

Tras estallar el escándalo, Shyma, de 21 años, publicó un mensaje en su página de Facebook en el que se excusaba, lo que no impidió su posterior arresto. “Pido perdón a la gente que vio el vídeo y se ofendió. Se lo tomaron de forma inadecuada”, rezaba su comentario. “Nunca imaginé que todo esto sucedería y que sería sometida a un ataque tan contundente por parte de todo el mundo, siendo una joven cantante ... que ha soñado desde joven en ser una artista”, agregó. Según el periódico Youm7, en el juicio, Shyma argumentó en su defensa su anhelo de alcanzar la fama, y acusó al director del videoclip de haberla manipulado.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La sentencia contra Shyma es el último capítulo de la cruzada moral en la que se ha embarcado el régimen del mariscal Abdelfatá Al Sisi para ocultar sus fracasos políticos y económicos, y que cuenta con la judicatura como punta de lanza. Entre las víctimas de su campaña represiva, figuran homosexuales, escritores, asociaciones culturales, librerías, editoriales, etcétera. Si bien se puede acusar a los jueces egipcios de mojigatos, hay que reconocer que, en su celo liberticida, no hacen diferencias en función de la popularidad del imputado. El próximo 23 de diciembre, se iniciará el juicio contra la rutilante cantante Sherine Abdel Wahab, procesada por haber bromeado sobre el agua del Nilo, un atentado al orgullo nacional.

Síguenos en Twitter y en Flipboard

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_