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Turquía ordena detener a 35 periodistas por usar una aplicación encriptada

La Fiscalía les vincula con la red del clérigo Gülen, al que se acusa del golpe de estado del año pasado

Andrés Mourenza
El presidente turco habla durante un encuentro de su partido en la provincia de Rize
El presidente turco habla durante un encuentro de su partido en la provincia de RizeHANDOUT (REUTERS)

La Fiscalía de Estambul emitió este jueves una orden de detención contra 35 periodistas y empleados de medios de comunicación a los que acusa de formar parte de la “estructura mediática” de la “Organización Terrorista Fethullah (FETÖ)”, como denominan actualmente las autoridades turcas a la vasta red dirigida por el clérigo Fethullah Gülen, antaño aliado de los islamistas que gobiernan el país desde 2002 y ahora su principal enemigo y acusado de dirigir el intento de golpe de estado del pasado año.

Por el momento, nueve personas han sido arrestadas. Algunos de ellos sí que habían trabajado en medios de comunicación abiertamente ligados a la cofradía de Gülen, como el diario Zaman, la agencia de noticias Cihan o el canal de televisión Samanyolu, incautados en los últimos años o prohibidos a raíz de la fallida asonada militar. Pero otros, pertenecen a medios sin relación con los gülenistas, como el columnista Ahmet Sagirli, quien hasta la semana pasada escribía para el periódico Türkiye, de línea marcadamente progubernamental. O Burak Ekici, editor digital del diario opositor e izquierdista BirGün.

La dirección de este rotativo ha emitido un comunicado en el que confirma la detención de su empleado y pide una rápida conclusión de las investigaciones: “La operación no se dirige contra nuestro diario, pero nuestros abogados están siguiéndola de cerca. Esperamos que se nos comunique con prontitud las alegaciones contra Ekici y que se concluya cuanto antes la investigación”.

La prueba que la Fiscalía cita para ordenar las detenciones es el supuesto uso por parte de los sospechosos del programa ByLock, una aplicación de mensajería móvil encriptada. Según declaró en una entrevista su creador, un turco nacionalizado estadounidense que atiende al nombre de David Keynes, la aplicación estuvo disponible en plataformas como App Store y Google Play durante varios meses en 2014, durante los cuales fue descargada por 600.000 usuarios, especialmente en Turquía y otros países de Oriente Próximo. El propio Keynes admitió que ByLock es un sistema poco conocido y que la mayoría de sus usuarios son gülenistas ya que se promocionó dentro de la red del predicador turco. Sin embargo, se trata de una aplicación poco profesional y ya a inicios de 2016 los servicios de inteligencia turcos habían logrado hackear su sistema de cifrado y acceder a su contenido.

El haber descargado dicha aplicación se ha convertido para la justicia turca en prueba irrefutable de culpabilidad. Tanto es así que, este martes, el mercado semanal de verduras de Aksaray (Anatolia Central) se vio sorprendido por la presencia de agentes antiterroristas, quienes se llevaron presa a una señora que vendía frutas. La orden de arresto procedía de la Fiscalía provincial y la razón era que se había descubierto que era usuaria de ByLock. Finalmente, la mujer fue puesta en libertad cuando se descubrió que había sido su nuera la que había descargado la aplicación utilizando el número de teléfono de la suegra.

No solo utilizar ByLock es problemático en la actual Turquía. En las últimas semanas, una veintena de personas han sido detenidas en diversos puntos del país -aunque la mayoría han sido luego liberados- por lucir camisetas con la palabra “Hero” (héroe en inglés) después de que uno de los acusados en los juicios por la asonada militar concurriera ante el tribunal con una prenda similar, lo que motivó enormes críticas por parte de las familias de las víctimas del golpe. De hecho, el Gobierno ha anunciado que obligará a todos los acusados en los macroprocesos judiciales por golpismo a vestir un uniforme de color marrón.

En virtud del estado de emergencia que rige en Turquía desde el año pasado, más de 50.000 han sido detenidas y otras tantas están siendo juzgadas en libertad con cargos por supuesta relación con el “golpismo” y el “terrorismo”. Unos 150.000 funcionarios han sido purgados de sus empleos. Según la Plaforma para el Periodismo Independiente P24, 163 periodistas permanecen entre rejas y 184 medios de comunicación han sido clausurados (en su mayoría gülenistas, prokurdos e izquierdistas) lo que, en palabras de las organizaciones internacionales para la libertad de prensa, ha convertido a Turquía en “la mayor cárcel de periodistas del mundo”.

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