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Del ‘Frexit’ a una Europa reforzada

Los candidatos al Elíseo propugnan desde la salida de la UE a un refuerzo del proyecto europeo

Silvia Ayuso
Panfletos de los candidatos en las elecciones francesas de este domingo
Panfletos de los candidatos en las elecciones francesas de este domingoEFE

El Brexit podría bien no ser el único proceso de descomposición de la Unión Europea que se produzca este año. Francia, eje fundamental del proyecto europeo, se cuestiona seriamente su pertenencia al bloque. Y no es un debate vacío. Entre los 11 candidatos al Elíseo, varios proponen la salida de la UE de forma más o menos brusca. Dos de ellos tienen serias posibilidades de pasar a la segunda vuelta: la ultraderechista Marine Le Pen y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.

Muestra de la gravedad de la amenaza es la inquietud creciente tanto dentro como fuera de las fronteras, todavía abiertas, de Francia. Europa sigue con ansiedad el baile de encuestas y las altas cifras de indecisos que pueden mantener la tensión hasta el último momento. El presidente francés, el socialista François Hollande, ha roto su silencio para advertir, sutilmente, del avance de Mélenchon —de Le Pen ya lo ha hecho con anterioridad— y de la importancia de defender el proyecto europeo. “El próximo presidente deberá hacer avanzar Europa”, sostiene en una entrevista testamento de su mandato en la revista Le Point.

Tampoco el sector financiero y empresarial esconde su preocupación con las propuestas antieuropeas de los candidatos. “El Frexit sería una catástrofe absoluta”, advierte François Soulmagnon, director general de la Asociación Francesa de Grandes Empresas (AFEP).

Estas son las propuestas de los principales candidatos a la presidencia francesa.

MARINE LE PEN, UN REFERÉNDUM PARA ABANDONAR EUROPA

Salvo por el “Frexit puro y duro” al estilo del Brexit que propone el candidato François Asselineau, al que apenas se da intención de voto, el programa de la líder del ultraderechista Frente Nacional es el más eurófobo de la campaña presidencial. Le Pen, que dice que se niega a convertirse en una “vicecanciller de Angela Merkel”, reclama un “patriotismo económico” que pasa por “reconquistar el territorio perdido de la República”. Para ello, propone el “restablecimiento de la soberanía económica, monetaria, legislativa y territorial” que implica sacar a Francia de la “prisión” que considera son la UE y de la moneda única para “establecer una moneda nacional adaptada a nuestra economía”, es decir, el restablecimiento del franco. También denunciará el “calamitoso acuerdo de Schengen” y contratará hasta 6.000 agentes de aduanas en las restablecidas fronteras nacionales.

Le Pen dice que propondrá una “negociación con los socios europeos” a la que de todos modos le seguirá, en los seis primeros meses de gobierno, un referéndum sobre la permanencia o no en la UE. Pero ya ha advertido de que, si el resultado de esa consulta no le es favorable, dimitirá porque una permanencia de Francia en la UE impediría, dice, la implementación del 70% de su programa.

JEAN-LUC MÉLENCHON, UN PLAN A PARA CAMBIAR DRÁSTICAMENTE EUROPA Y UN PLAN B PARA ABANDONARLA

“La UE, o la cambiamos o la abandonamos”. Esta es la premisa, o condición, del candidato de Francia Insumisa. Para Mélenchon, “la Europa de nuestros sueños está muerta” y lo que ahora existe no es más que “un mercado único” con pueblos “sometidos a la dictadura de los bancos y de las finanzas”. Para seguir apostando por el proyecto europeo, se requiere de una “refundación democrática, social y ecológica” de la Unión.

Mélenchon, que acusa a sus rivales proeutropeos de no hacer más que “entrenarse a decirle ‘sí’” a la canciller alemana, Angela Merkel, propone para ello un primer intento, el “Plan A”, que reconoce será difícil de digerir por sus socios, especialmente Alemania. El proyecto pasa por “la salida concertada de los tratados europeos mediante el abandono de las reglas existentes por todos los países que lo desean, y la negociación de otras reglas”. Como poner fin a la independencia del Banco Central Europeo, modificar sus estatutos para permitir la compra de deuda pública directamente a los Estados, devaluar el euro para que regrese a su paridad inicial con el dólar, introducir una moratoria en el pago de la deuda o imponer un “proteccionismo solidario” que ponga fin, entre otros, a la libre circulación de capitales y productos entre la UE y terceros países.

Si esto no funciona, Mélenchon amenaza con un Plan B: “La salida unilateral de Francia de los tratados para proponer otras cooperaciones”. Es decir, abandonar la UE y el euro. Tanto el plan A como el B deberán ser validados por los franceses mediante un referéndum.

FRANÇOIS FILLON, UNA EUROPA DE ESTADOS FUERTES

El líder del partido de la derecha tradicional, Los Republicanos, sigue apostando por Europa. Pero una Europa que sea capaz de reformarse y reforzarse, porque el proyecto europeo está en “peligro de muerte” y el “inmovilismo”, advierte, será el fin del liderazgo francés y europeo. Fillon sueña con una “Europa de las naciones, de los jefes de Estado”, con Francia y Alemania a la cabeza. “La realidad en Europa son los Estados, las naciones. La idea de un pueblo europeo es un fantasma romántico, no una realidad”, dijo en la presentación de su programa europeo.

Fillon considera que Europa tiene que fijarse dos prioridades: recuperar su poderío económico y garantizar la seguridad. Eso pasa por un lado por dotarle a la zona euro de un “verdadero gobierno económico, compuesto por los jefes de Estado y de gobierno” que cuenten con el apoyo de una secretaría independiente de la Comisión Europea que acabe convirtiéndose en un futuro departamento del Tesoro europeo. La eurozona debe fijarse también como objetivo hasta 2025 la convergencia fiscal. En materia de seguridad, quiere poner fin a las “ampliaciones permanentes” del bloque y “definir sus fronteras”. Turquía se queda fuera, subraya. Y hay que “reorganizar profundamente el espacio Schengen” y abordar de forma conjunta tanto las demandas de asilo como la expulsión de los solicitantes denegados, reclama el candidato conservador.

BENOÎT HAMON, UNA EUROPA MÁS SOLIDARIA Y ECOLÓGICA

Para el candidato socialista no cabe duda: Francia no se concibe sin Europa. Pero esta puede ser más solidaria, con un mayor énfasis en la protección social en vez del libre mercado y, también, más ecológica, con estrategias medioambientales comunes. Hamon, que ha caído a la quinta posición en la carrera por el Elíseo, propone asimismo una “democratización” de la zona euro, con la creación de una asamblea democrática representativa que controle decisiones de los jefes de Estado y que se convierta en el epicentro del debate del presupuesto de la eurozona o de la armonización fiscal.

EMMANUEL MACRON, FRANCIA DENTRO DE UNA EUROPA MÁS FUERTE

El candidato del centrista movimiento ¡En Marcha! es el favorito de las élites europeas, por su cerrada defensa de sus instituciones, que no busca sacudir, como algunos de sus rivales. Para Macron, Europa hace más fuerte a Francia, a cada uno de sus miembros. Por eso propone que cada país organice “convenciones democráticas” ciudadanas para discutir las prioridades del bloque y restablecer la confianza en un proyecto del que parte de la ciudadanía se ha “distanciado”. Macron, al contrario que Fillon, no rehuye el concepto de “soberanía europea” y está dispuesto a inculcar este sentimiento de pertenencia al bloque en los jóvenes de los que depende su futuro, con la ampliación del programa Erasmus, entre otros. En materia económica, propone un refuerzo de la eurozona con la creación de un presupuesto propio para los países de moneda común que pueda atender emergencias o responder a crisis económicas. Este presupuesto estará a disposición de un ministro de Economía y Finanzas de la zona euro, que responderá a su vez ante un Parlamento de la Eurozona. En materia de seguridad, Macron prevé reforzar las fronteras comunes con 5.000 agentes más y la creación de un fondo europeo de defensa.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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