Desaparecen 97 inmigrantes frente a las costas de Trípoli
Aumenta en Libia el negocio del tráfico ilegal de seres humanos frente a la división del país
De nuevo, una tragedia frente a las costas de Libia vuelve a sacudir las conciencias de Occidente. Al menos 97 inmigrantes subsaharianos se encuentran desaparecidos tras un naufragio que se produjo a 10 kilómetros de Trípoli, según informó el portavoz de la marina del llamado Gobierno de Unidad Nacional de Libia, el general Ayub Kacem. La misma fuente añadió que sobrevivieron 23 hombres de distintas nacionalidades y entre los desaparecidos se encontraban quince mujeres y cinco niños. La industria del tráfico ilegal de inmigrantes crece en Libia a medida que se perpetúa la división del país en varios Gobiernos.
El llamado Gobierno de Unidad, asentado en Trípoli, apenas acierta a extender sus poderes más allá de los edificios donde se encuentran instalado. El poder real en Trípoli lo detentan decenas de milicias, que se alían o se declaran la guerra de un día para otro en función de intereses económicos que poco tienen que ver con la ideología ni la religión. En Misrata son otras milicias las que Gobiernan la ciudad, supuestamente leales a ese Gobierno de Unidad, pero con un gran margen de independencia. Y en el este del país es el general Jalifa Hafter quien con la ayuda de Egipto mantiene un control sobre esa zona del país, pero en guerra permanente contra distintos grupos yihadistas y sin reconocer al Gobierno de Unidad, apoyado por la ONU. En ese contexto, son las milicias quienes se lucran con el negocio de la inmigración ilegal.
A dinghy carrying 120 people capzised off the Libyan coasts. 97 missing migrants:77 men,15 women,5 children. 23 rescued and brought to Libya
— Flavio Di Giacomo (@fladig) April 13, 2017
La Organización Internacional para las Migraciones (IOM en su siglas inglés), integrada en la ONU, aseguró este martes haber recogido testimonios sobre la existencia de un “mercado de esclavos”, donde los traficantes venden o compran a migrantes subsaharianos que intentan zarpar hacia Italia por entre 200 o 400 euros.
El portavoz de la Marina del Gobierno de Unidad explicó que las malas condiciones meteorológicas hicieron imposible en un primer momento encontrar ni un solo cadáver. Las primeras investigaciones, citadas por la agencia Reuters, indicaban que se había abierto una vía de agua en el fondo del casco de la embarcación.
En abril de 2015 sonó la alarma sobre las conciencias de los dirigentes europeos cuando se fundió frente a Libia un barco con cientos de inmigrantes. Primero se creyó que los muertos eran 700, después se supo que llegaron hasta 950. Pocos meses después, en noviembre de 2016, se produjeron otros dos grandes naufragios con 239 ahogados.
La UE, y sobre todo, Italia, reforzaron las medidas de vigilancia y llegaron a rescatar entre 2013 y 2014 a 150.000 inmigrantes. Además, varias ONG continuaron apoyando las operaciones de salvamento. Pero eso no impidió la escalada: en 2012, un año después de la caída de Muamar el Gadafi, la ONU registró 500 muertes en altamar, en 2013 fueron 600, un año después, 3.500; en 2015 llegaron a 3.771 y así hasta el récord de 5.000 muertos en 2016. En lo que va de año ya han desaparecido más de 600 personas en el Mediterráneo. En un informe del pasado mayo, Europol estimaba que en Libia se encontraban al menos 800.000 personas a la espera de intentar zarpar hacia Italia.
Por lo demás, en Trípoli todo sigue igual: desempleo, secuestros, cortes de luz y decenas de puestos de control en cada barrio, que es la forma que tienen las milicias de fijar los límites de su territorio.
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