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La compleja red de conexiones entre el equipo de Trump y el gobierno ruso

Varios miembros del círculo cercano al presidente han ocultado o mentido sobre sus reuniones con el embajador ruso en Washington

Donald Trump en el concurso de Miss Universo, celebrado en Moscú, en 2013.
Donald Trump en el concurso de Miss Universo, celebrado en Moscú, en 2013.Ivan Sekretarev (AP)

Hay un nombre en el centro del entramado que conecta al presidente de Estados Unidos y miembros de su equipo de campaña con el gobierno ruso, Sergei Kislyak. El embajador de Moscú en Washington se reunió en varias ocasiones con asesores hoy convertidos en parte de la Administración Trump, que desde un primer momento ocultó que esos encuentros tuvieran lugar.

La compleja red de contactos plantea una duda cada vez más intensa sobre la Casa Blanca: por qué, a pesar de que las conversaciones entre un equipo de campaña presidencial y miembros de gobiernos extranjeros son habituales, el presidente y sus allegados se han empeñado primero en negar tajantemente que existieran y después han dado versiones contradictorias sobre su contenido.

El primero en poner en evidencia los titubeos de la Administración Trump acerca de estas reuniones fue el general Michael Flynn, que apenas duró un mes en el cargo de asesor de Seguridad Nacional. Flynn dimitió tras conocerse que no sólo se había entrevistado con el embajador Kislyak en la Torre Trump en Nueva York durante la campaña, sino que además había mentido sobre el contenido de esa conversación cuando informó al vicepresidente, Mike Pence. Esta misma semana The New York Times reveló que el yerno y asesor de Trump Jared Kushner también estuvo presente.

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Una semana antes de que Trump tomara posesión del cargo, Flynn declaró en televisión que las conversaciones que tuvo con Kislyak, que coincidieron con las fechas en que el presidente Obama aprobó sanciones contra Rusia, “no tuvieron nada que ver con esas sanciones”. Un mes después, su carta de dimisión leía: “Desafortunadamente, di una información incompleta al vicepresidente con respecto a mis llamadas al embajador ruso”.

El segundo ha sido el mismo fiscal general encargado de liderar hasta ahora la investigación del Departamento de Justicia, del que es responsable, acerca de la posible coordinación entre Rusia y Trump en la estrategia de ataques informáticos llevados a cabo contra la campaña de Hillary Clinton. Sessions ocultó en su declaración jurada ante el Senado que se había entrevistado en dos ocasiones con Kislyak. Posteriormente añadió que debería haberlo revelado, pero sostiene que los encuentros ocurrieron en calidad de senador, no en su cargo de asesor de la campaña de Trump.

“Se me ha llamado asesor de la campaña una o dos veces y yo no tuve ningún contacto con los rusos”. Así respondió Sessions el 10 de enero, en la audiencia de confirmación de su cargo, a la pregunta de si conocía algún miembro del equipo electoral de Trump que hubiera hablado con operativos de Moscú. Esta semana, el fiscal general matizó que “debería haber dicho que sí me reuní con un oficial ruso un par de veces y que se trataba del embajador”.

La dimisión de Flynn y la decisión de Sessions de inhibirse de cualquier investigación sobre Trump y Rusia han ocurrido en los primeros 40 días del mandato republicano. Antes de que llegara a la Casa Blanca, Paul Manafort, uno de sus directores de campaña, también renunció al cargo tras conocerse que durante varios años recibió un total de 12 millones de dólares del presidente prorruso de Ucrania, Viktor Yanukovich.

La tela de araña también implica directamente al secretario de Estado, Rex Tillerson, presidente de ExxonMobil, que tiene intereses comerciales y vínculos con Vladímir Putin; el yerno de Trump, amigo personal de la esposa Roman Abramovich; Donald Trump Jr., que lidera actividades empresariales en Moscú en nombre de su padre, así como tres asesores de campaña del presidente, Carter Page, Roger Stone —que anticipó las revelaciones de Wikileaks obtenidas en uno de los ataques informáticos— y J.D. Gordon, exportavoz del Pentágono que también se reunió con Kislyak.

Page, asesor de Trump en política exterior durante la campaña electoral, aseguró en enero que no se había reunido nunca con funcionarios rusos. Tras estallar el caso Sessions esta semana, sin embargo, también cambió su versión. “No voy a negar que hablé con él”, dijo en una entrevista en MSNBC, reconociendo que se entrevistó con el embajador durante la Convención Nacional Republicana de julio.

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