Turquía levanta el veto al velo en el Ejército
Las Fuerzas Armadas son la última institución del Estado en poner fin a la prohibición
El ministerio de Defensa de Turquía anunció este miércoles que, a partir de ahora, las militares que así lo deseen podrán cubrirse la cabeza con el velo en las dependencias de las Fuerzas Armadas, la última institución del Estado –y la más simbólica- en levantar esta prohibición. La medida supone la victoria final del movimiento islamista que lidera el presidente Recep Tayyip Erdogan en este asunto, que durante décadas había sido su caballo de batalla, y la derrota del que otrora fuera poderoso establishment kemalista (seguidores de la ideología republicana, laica y nacionalista del fundador de la moderna Turquía, Mustafa Kemal Atatürk).
“Las mujeres oficiales, suboficiales y cadetes de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire podrán cubrirse la cabeza (con un pañuelo o velo) bajo el casco, gorro o visera siempre que no les cubra la cara y sea del mismo color que el uniforme y no tenga dibujos”, será el texto que se incluirá en la normativa sobre vestimenta de las Fuerzas Armadas y que entrará en vigor en cuanto sea publicada en el Boletín Oficial del Estado.
El simbolismo de la liberalización del uso del velo radica en que las Fuerzas Armadas se autoproclamaban las defensoras del estricto laicismo vigente en Turquía hasta hace unos años (lo sigue estando de forma oficial pero no en la práctica). Fueron además los militares quienes, tras derrocar en 1997 al Gobierno de Necmettin Erbakan, el padre ideológico de Erdogan, obligaron a todas las instituciones a cumplir a rajatabla las normativas que impedían el uso del velo en las dependencias del Estado. “Era el año 2007. Fuimos a visitar a mi cuñado, un veterano de la guerra de Chipre, que se encontraba en el (hospital militar) GATA. En la puerta nos dijeron que nos permitirían entrar a mi madre y a mí, que llevábamos la cabeza cubierta”, recordaba este miércoles Hilal Kaplan, columnista del diario progubernamental Sabah.
Tras su llegada al poder en 2002, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan prometió relajar la mentada prohibición en las universidades, lo que estuvo a punto de costarle la ilegalización de su formación política. Entonces, esta medida liberalizadora contaba con el apoyo de parte de la intelectualidad, ciertas formaciones de la izquierda no kemalista y de representantes de la Unión Europea, pues se consideraba la prohibición una medida injusta que se cebaba en las mujeres veladas que querían cursar estudios universitarios. En cambio, los hombres con ideas islamistas no sufrían los mismos obstáculos a la hora de acceder a los centros de educación públicos fuese cual fuese su atuendo y el resto de estudiantes podían vestir prendas con otros símbolos políticos sin apenas cortapisas (cosa que no es el caso actualmente ya que el actual Ejecutivo islamista ha introducido en los últimos años diversas regulaciones que impiden a los alumnos lucir ciertos símbolos políticos).
El intento de levantar esta prohibición fue una de las razones que citó la Fiscalía para exigir la prohibición del AKP en 2008. Si bien la ilegalización del partido de Erdogan fue rechazada por el Tribunal Constitucional, los jueces reconocieron en su sentencia que se había convertido en “un centro de actividades antilaicas”. En 2010, una vez que los islamistas habían incrementado su influencia en la judicatura disipando el peligro de que los tribunales tumbasen la medida, el AKP decretó el fin de la prohibición del velo en la universidad, que luego ha ido ampliando hasta los escalafones más bajos de la educación; llegándose a producir situaciones absurdas como la de padres islamistas que llevan veladas a sus hijas a la escuela primaria cuando, teóricamente, el Corán habla de cubrir el cabello una vez las niñas se han convertido en mujeres.
Más tarde, el Gobierno dio la posibilidad de que las funcionarias de la Administración Pública llevasen el velo y también se permitió por primera vez acceder con la cabeza cubierta al Parlamento. En 2015 fue el turno de las juezas y fiscales y, el año pasado, se levantó la prohibición del pañuelo islámico en la Policía.
Muchas organizaciones turcas de defensa del laicismo y la principal formación de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), se han declarado sistemáticamente en contra de permitir el velo en las instituciones públicas, cosan que ven como un ataque a los principios laicos de la República. Además, alegan que, en un país donde la práctica totalidad de la población es musulmana y en el que el 60 % de las mujeres se cubre la cabeza, la presencia de mujeres veladas en las instituciones lleva a aquellas que no lo portan a sentirse presionadas y taparse el cabello.
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