A las órdenes de una mujer

Que una mujer ocupe un alto cargo todavía es noticia, aún más si se trata del estamento militar. Antes de que tomara posesión en la ceremonia oficial el 3 de febrero en la base aérea de Rygge, a 60 kilómetros de Oslo, el nombramiento de Tonje Skinnarland al frente de los más de 1.400 oficiales y civiles que integran la Real Fuerza Área Noruega ya había dado la vuelta al mundo desde que el departamento de Defensa lo anunciara en su web a finales de enero. Con 49 años y dos estrellas en la solapa, los galones que designan su rango de general mayor, esta oficial es la primera mujer en ostentar el mando del Ejército del Aire del país nórdico, con un currículo de más de tres décadas de servicio.

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En 1987, siendo una joven de 19 años, decidió alistarse a filas como una "posibilidad excitante" para su formación. "La experiencia me planteó unos desafíos emocionantes y la oportunidad de continuar formándome. El Ejército me ha dado unas posibilidades profesionales interesantes y variadas. Defender nuestro país da profundidad y significado a nuestra labor, es algo más grande que nosotros mismos", expresa la general Skinnarland, quien reconoce a este diario sentirse orgullosa de la buena acogida de su designación entre sus compañeros y sus conciudadanos.

Perteneciente a la tercera promoción de mujeres de las fuerzas armadas del país (las primeras ingresaron en 1985), su trayectoria le ha permitido asistir a la evolución de la mujer en el Ejército. "Hoy, el foco está en las propias habilidades, más que en la perspectiva de género. Antes, quizás, muchas mujeres debían demostrar que tenían cualidades suficientemente buenas para su puesto. Las mujeres, como los hombres, son muy distintas y sienten las cosas de forma diferente, y, como jefe, pienso que es importante que las mujeres ocupen posiciones de liderazgo para el desarrollo del Ejército. Ha habido muy buenas reacciones por mi nombramiento y me encanta romper barreras. Sin embargo, las razones del jefe del Ejército son más importantes para mí. No es por ser mujer, sino por mi competencia, por tener una experiencia relevante y unas habilidades personales que hacen que yo sea la adecuada para liderar el Ejército del Aire en un tiempo exigente", resalta Skinnarland.

Su llegada al más alto cargo de la rama aérea, que se produjo de forma interina en octubre tras el fallecimiento de su predecesor, coincide con otro hito en el camino de la paridad en el ámbito militar. Desde el pasado verano, y por primera vez, las noruegas cumplen el servicio militar obligatorio, como resultado de la medida aprobada en 2014 por el Parlamento nórdico de extender la mili también a las mujeres.

"El Ejército necesita, especialmente ante la nueva situación de la política de seguridad, un personal con habilidades para resolver un amplio espectro de tareas, y eso requiere el reclutamiento de personas con distintos orígenes y competencias. El servicio militar obligatorio universal da al Ejército las bases para reclutar a los hombres y las mujeres jóvenes más adecuados y motivados de toda la población, creando una paridad más natural", celebra Skinnarland.

Ante las tensiones con la vecina Rusia, cuyos últimos desencuentros se cristalizaban con la denegación del visado a dos parlamentarios noruegos, uno de los retos de la jefe Skinnarland será situar a sus unidades entre las más avanzadas del mundo. "Estamos en un proceso de desarrollo y modernización expansivo. En pocos años cambiaremos la mayor parte de nuestros sistemas de tierra y aire, con nuevos conceptos y competencias, reforzando nuestros operativos, y con cambios en nuestra base y organización para mantener a nuestro personal y nuestra competitividad. A su vez, nuestro objetivo principal es aprovisionar las misiones en cualquier momento, así como la vigilancia aérea y la operatividad de Noruega y la OTAN".