Cinco migrantes mueren en los últimos días en Europa por la ola de frío
Cerca de mil personas permanecen en tiendas de campaña y en dormitorios sin calefacción en la isla griega de Samos
La ola de frío extremo que azota Europa está teniendo consecuencias gravísimas para los refugiados y migrantes a la intemperie, o en centros paupérrimos. Organizaciones de derechos humanos y de ayuda a los solicitantes de asilo han lanzado la voz de alarma por las condiciones en las que estas personas están afrontando las bajas temperaturas y han alertado de que la situación se puede agravar, además, en los próximos días ya que se prevé que hará todavía más frío en países como Bulgaria. "Se trata de salvar vidas, no de papeleos y de cumplir las disposiciones burocráticas", advirtió a última hora del viernes la ONU a través del Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur), después de que cinco migrantes hayan perdido la vida en los últimos días en Europa debido a la ola de frío y nieve.
Y estos no son los únicos fallecidos por las bajas temperaturas —en los últimos 14 días puede haber una decena, aunque los recuentos no están confirmados— mientras los Gobiernos de la Unión Europea asisten casi en su totalidad impasibles a la tragedia. La ONU ha dado un toque de atención a los Gobiernos del Viejo Continente y apunta que deberían ayudar a estas personas en lugar de rechazarles en las fronteras y someterles a violencia y confiscaciones.
En Serbia, en la frontera con Bulgaria, los migrantes y refugiados tratan de mantenerse calientes con hogueras y con protecciones elaboradas con cartones. En Belgrado, unos 1500 refugiados duermen en parques, bodegas abandonadas y en estacionamientos para vehículos, sin apenas nada para guarecerse. Allí, en la capital serbia, varios migrantes combatían este sábado las bajísimas temperaturas lavándose con jarros con agua hirviendo. En los campamentos de Grecia y en Bulgaria, la situación también es dramática, según las ONG sobre el terreno.
"Los niños son particularmente susceptibles en una época como esta", ha apostillado Sarah Crowe, portavoz del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) en una comparecencia en Ginebra. "La situación más extrema está ahora en Grecia", ha precisado. Miles de personas se encuentran en tiendas de campaña y en dormitorios sin calefacción en las islas griegas del noreste del Egeo, por lo que han reclamado su traslado a alojamientos en mejores condiciones en la península.
Cecile Pouilly, portavoz de Acnur, ha detallado que en los últimos días han encontrado los cuerpos de dos hombres iraquíes y una joven mujer somalí cerca de la frontera de Turquía con Bulgaria —donde, además, dos adolescentes somalíes han sido hospitalizados por congelaciones tras pasar cinco días en un bosque—. Además, a finales de diciembre, apareció el cadáver de un paquistaní en la misma zona fronteriza.
Otro joven afgano de 20 años murió tras cruzar el río Evros, en la frontera terrestre de Grecia con Turquía, en una noche en la que las temperaturas estuvieron por debajo de los diez grados negativos. Y las autoridades hallaron el cadáver de otro chico paquistaní en la zona turca de la frontera con Bulgaria.
“La situación de los refugiados en la frontera de Hungría con Croacia y Serbia es terrible”, señala Der Spiegel. “Decenas de personas viven en improvisadas tiendas de campaña. Durante la semana solo se permite el ingreso de diez personas”. Todos los campamentos que ha organizado el Gobierno húngaro carecen de calefacción.
"Dadas las duras condiciones del invierno, estamos especialmente preocupados por las informaciones que señalan que las autoridades de todos los países de la ruta de los Balcanes continúan intentando echar a los refugiados e inmigrantes de su territorio a países vecinos", ha afirmado Poully. Los inmigrantes han denunciado que la policía les ha tratado con violencia y que les han llegado a romper o confiscar los teléfonos móviles para impedir que pidieran auxilio.
"Algunos incluso han denunciado que les han quitado prendas de ropa para dejarles más expuestos a las duras condiciones de invierno", ha indicado el portavoz de Acnur: "Estas prácticas son simplemente inaceptables y deben detenerse".
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