Los animales portugueses han dejado de ser cosas
Una reforma legislativa promovida por un partido animalista termina con su consideración de bienes patrimoniales
Los animales portugueses no tendrán el estatuto de personas, como algunos animalistas pretendían, pero sí se crea una figura jurídica intermedia para que el animal no siga siendo tratado como una cosa. Así acaba de acordarlo la Asamblea de la República. A efectos de jurisprudencia, el paso dado va ser muy importante, pues el animal, al ser asimilado a un objeto, solo podía considerarse su pérdida, robo o daño como un perjuicio patrimonial, como si fuera el coche o el sofá de la casa.
El cambio legislativo en el Código Civil es una victoria del partido Personas, Animales, Naturaleza (PAN), que propuso la iniciativa pese a tener un solo diputado en la cámara portuguesa. “Hasta hoy, el derecho civil portugués solo regulaba las relación entre personas y entre personas y cosas”, explicó el diputado del PAN, André Silva. “La naturaleza objetiva y subjetiva del animal se igualaba a la de las cosas inertes. Ha sido posible crear una tercera figura jurídica, en el mismo nivel que las personas y las cosas, la figura del animal en cuanto a ser dotado de sensibilidad y objeto de relaciones jurídicas”.
Aparte de que aumentarán las indemnizaciones a los dueños que pierden a su animal querido, los jueces van a tener que decidir, en caso de conflictos en divorcios, el reparto de vacaciones y fines de semana de la mascota, pues, aunque tenga mayoría de edad, no tendrá voz ni voto.
El triunfo del PAN, con todo, no es total porque no consiguió que la cámara aprobara un aumento de las penas por daños a todos los animales. En 2014 se aprobó una ley de malos tratos con agujeros legales estrepitosos, como que no se considerara la muerte instantánea del animal. Es decir, golpear a un animal está castigado, pero pegarle un tiro no.
El PAN quiere ampliar el castigo por la muerte del animal y también a cualquier maltrato animal, ya sea salvaje, vagabundo o de ganadería, incluso los no intencionados. El gobernante partido socialista y el Bloco de Esquerda le dieron su voto, pero no así el PC y todo el centroderecha, que vieron ahí un riesgo de criminalizar a todo el sector ganadero. Un varazo a un buey, meterle espuelas al caballo o accidentes en el transporte de rebaños podría acarrear, según las modificaciones del PAN, multas a los ganaderos. “Si seguimos así, cualquier día la pena por maltratar a un animal va a ser superior al de maltratar a un persona”, explicó, para anunciar su voto negativo, el comunista António Filipe.
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