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El GPS del camión indica que se hicieron maniobras extrañas antes del ataque

El transportista explica que el vehículo hizo movimientos extraños propios de alguien que aprende a conducir

El camión del atentado se encontraba desde el lunes por la mañana a unos tres kilómetros del mercadillo de Navidad. El transportista —primo del conductor víctima mortal de los disparos— está conmocionado.

Flores en memoria de las víctimas del atentado contra el mercadillo de Navidad.
Flores en memoria de las víctimas del atentado contra el mercadillo de Navidad. FABRIZIO BENSCH (REUTERS)

“Estoy horrorizado”, declaró Ariel Zurawski, propietario del camión que se dirigió el pasado lunes contra una multitud en Berlín, al diario Die Welt. “¿Cómo me voy a sentir después de ver la foto de mi primo muerto, de ver sus heridas, que demuestran que se defendió?” Zurawski no tiene mucho tiempo para conversar. No quiere entrar en los detalles sobre a qué heridas se refiere. La mujer del conductor asesinado se ha negado a identificar el cuerpo de su marido. Habría sido demasiado duro emocionalmente.

El empresario se enteró por la página de Facebook de la empresa de que algo había pasado. Alrededor de mediodía del mismo lunes había hablado con su conductor. Al parecer, en ese momento ya iba camino de Berlín. El camión articulado Scania había cargado en Turín (Italia) cuatro tubos cuadrangulares de acero de un fabricante italiano, encargados por ThyssenKrupp Schulte, S.L., que tiene su sede en Friedrich-Krause-Ufer. Y la fecha de entrega acordada era el 20 de diciembre; un día después del ataque que ha dejado al menos 12 muertos y medio centenar de heridos en la capital alemana.

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El camionero, Lukasz Robert U., nacido el 16 de febrero de 1979 en Polonia, llegó a las instalaciones de la empresa alemana el 19 de diciembre por la mañana donde debía hacer la entrega. “Debían de ser las 09.00 de la mañana”, relataba Gerhard Sperling, portavoz de ThyssenKrupp, al mismo diario. El conductor intentó hacer la entrega antes de lo previsto. “Pero por la mañana no pudo ser, porque había otros camiones descargando”. Sperling añade que, por lo que él sabía, acto seguido el conductor polaco había aparcado cerca del recinto. La distancia entre las instalaciones y la plaza Breitscheid es de unos cinco kilómetros. 

Movimientos extraños en el navegador

“Le dijeron [al camionero] que tenía que esperar hasta el martes y que podía quedarse delante de las oficinas. Se quedó muy desanimado, porque él quería volver con su familia. Si los alemanes hubiesen tenido un poco de buena voluntad, nada de esto habría pasado”, según dijo Zurawski en el rotativo polaco Gazeta Wyborcka.

El GPS del vehículo muestra que sucedió algo insólito: “A las 15:45, el navegador registró movimientos extraños. Alguien estuvo un rato conduciendo adelante y atrás. Un conductor experimentado no habría hecho algo así. Parecía como si alguien estuviese aprendiendo a manejar el camión”, cuenta Zurawski.

Al parecer, cuando habló por primera vez con su conductor, este le dijo: “¡Qué barrio más raro! Los únicos alemanes que se ven por aquí son los empleados de las oficinas”, y luego hizo referencia al trabajador de ThyssenKrupp. Después se fue a comer un kebab.

A las tres de la madrugada, Zurawski recibió la confirmación. La Policía le informó de la muerte de su primo. El conductor, la primera víctima del atentado de ayer, deja a su mujer y a un hijo de 17 años. “Lo quería mucho. Cuando hablamos por teléfono quedamos en vernos en Navidad”, recuerda Zurawski.

“Se veía claramente que se había resistido”, dice a continuación describiendo una foto de la policía, en la que antes había identificado a su primo. En la imagen solo se le veía la cara. "Estaba hinchada y ensangrentada”, explica. “Se veían heridas hechas con un objeto punzante”. Además, la policía comunicó a Zurawski que su primo presentaba heridas de bala. 

Traducción: Newsclips

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