El Gobierno de Túnez frena el matrimonio de una niña de 13 años con su violador
Tras una fuerte polémica, el Gobierno se compromete a enmendar el código legal para prohibir esta práctica
A veces es necesario que un juez se limite a aplicar una ley retrógrada, y que los medios de comunicación lo cubran ampliamente para que la sociedad tome conciencia de la aberración incluida en su ordenamiento jurídico. Esto es lo que ha sucedido en Túnez con el artículo 227 bis del código penal del país, que permite a un hombre adulto eludir una pena de cárcel por haber mantenido relaciones sexuales con una menor si se casa con él. El Gobierno ya se ha comprometido a enmendarlo rápidamente.
Recientemente, la cuestión ha entrado en el debate público en la región después de que el Gobierno turco diera marcha atrás a un proyecto de ley que pretendía validar esta práctica, mientras que el Líbano se dispone a ilegalizarla próximamente.
En Túnez, la espita del cambio llegó la semana pasada de la mano de una sentencia de un tribunal de la provincia de Kef autorizando la boda de una niña de 13 años encinta de un hombre adulto que es el hermano de su cuñado. “Las dos familias han pedido el matrimonio para evitar el escándalo”, se justificó en declaraciones a la agencia AFP el magistrado Chokri Mejri, que aseguró que la pequeña “no fue violada”. De acuerdo con el ya célebre artículo 227, el castigo por haber mantenido relaciones con una menor de 15 años sin haberla forzado es de seis años de cárcel, pero se puede evitar casándose con la víctima.
En cuestión de horas, la sentencia había encendido las redes sociales tunecinas. Apenas 48 horas después, decenas de personas se manifestaron frente al Parlamento tunecino para reclamar la derogación de la polémica provisión. “Revisad el artículo de la vergüenza” o “Él la violó una vez, la ley le permite hacerlo cada noche”, eran los mensajes de algunas de las pancartas que sostenían los asistentes, indignados por el hecho de que el juez considerara que una niña de 13 años puede dar su consentimiento a una relación sexual con un adulto, en lugar de describirlo como una “violación”.
El pasado viernes, el Gobierno reaccionó y no solo frenó la consumación del matrimonio de la niña de Kef, sino que se comprometió a modificar la ley penal a través de un procedimiento de urgencia para evitar en el futuro una sentencia parecida. “Después de consultarlo, hemos decidido presentar un proyecto de ley que incluye la enmienda del artículo 227 bis”, ha declaró el primer ministro Youssef Chahed a una radio tunecina. “Nuestro país no puede continuar teniendo como referencia leyes pasadas que no reflejan el espíritu de las leyes y las libertades”, agregó.
La polémica llega cuando el Parlamento tunecino se halla en la última fase de la tramitación de una ley integral contra la violencia de género, que sería la primera de esta naturaleza en toda la región. “Estamos trabajando en ello desde 2014. El último borrador, ya retocado por el Parlamento, elimina alguna de las provisiones más aberrantes, como la del matrimonio de una menor con su violador. Y por lo tanto es un avance, pero no va tan lejos como nos gustaría”, explica en su despacho Sanabena Ben Achour, la jurista y activista feminista que fue la encargada de elaborar el primer redactado de la futura ley.
Gracias a la aprobación en 1956 de un código de la familia avanzado para su época, Túnez está considerado como el país árabe pionero en la cuestión de los derechos de la mujer, si bien ello no ha evitado la supervivencia de algunas rémoras del pasado, como el artículo 227 bis.
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