Un súper de Marsella sufre dos atracos a mano armada por trimestre y suma 25

“Sí, ha sido aquí. ¡25 veces! Ya no sabemos qué hacer”, cuenta por teléfono Remy Baron, el encargado del local. "De nada le ha servido hasta ahora poner más alertas, cuadruplicar el número de cámaras de seguridad o insistir ante la policía que sus empleados están aterrorizados. “Todos ellos”, dice, han sufrido ya algún asalto.

El último se registró hace dos semanas. Pasaban las 18.30 horas y faltaban 20 minutos para cerrar. En el vídeo de una de las cámaras de seguridad se observa a dos encapuchados armados con pistolas y un tercero con un fusil. Este último da un culatazo a un empleado. En menos de un minuto, los tres asaltantes huyen con la caja de recaudación del día.

“Estamos abandonados. Nadie hace nada por nosotros”, se queja Baron. Los lamentos tienen una base bien sólida. Solo en el último medio año han atracado en cuatro ocasiones su local, ubicado en el número 191 del camino de Gibbes.

El supermercado está situado al norte de la ciudad, en el distrito 14. Un barrio problemático cuyo alcalde es el senador Stéphan Ravier, del ultraderechista Frente Nacional, activista contra los migrantes pero callado ante este caso. Las antiguas casas de agricultores se mezclan con grandes bloques de viviendas, grandes avenidas con caminos vecinales asfaltados y franceses de pura de cepa con migrantes magrebíes.

La Prefectura de la zona se defiende al negar el abandono del que habla Baron. “Es un caso aislado y lo cierto es que la seguridad ha mejorado en la ciudad”, dice también por teléfono el portavoz de la Prefectura de Policía, Mathieu Duroselle. Varios agentes especializados han visitado el lugar para aconsejar a Baron cómo instalar nuevas medidas de seguridad y para modificar una vía de tráfico “por la que siempre huyen fácilmente los atracadores”, asegura Duroselle.

Pero hay datos escalofriantes sobre el tráfico de armas en la segunda potencia de la zona euro

La policía aporta estadísticas para demostrar que la situación en la ciudad mejora. Entre 2013 y 2015, han bajado un 45% los atracos a mano armada (401 frente a 221) y añade que se aclaran el 50% de los asaltos. Pero hay otros datos escalofriantes para una ciudad de la segunda potencia de la zona euro. Los agentes intervinieron en 2015 un total de 245 fusiles de asalto, muchos de ellos en manos de elementos de las mafias corsa y marsellesa.

Cada año la policía incauta unas 800 armas de fuego entre pistolas y fusiles, pero el provechoso tráfico ilegal no se detiene. En julio pasado fueron detenidos en Marsella nueve traficantes de armas dirigidos por un antiguo joyero apodado El Chino.

Los fusiles y pistolas proceden de los Balcanes. El fusil más preciado, el Kalashnikov, se compra en origen por 250 euros y se vende en Marsella por 2.500. La policía sospecha que El Chino había vendido en tres meses 300 armas en la ciudad.

El 1 de diciembre arrancó en toda Francia la operación anual para proteger con mayor intensidad las zonas comerciales durante las fiestas navideñas. En Marsella, los propietarios de tiendas agradecen especialmente la operación porque todos los días hay robos con armas en los locales.