Reino Unido estudia prohibir el acceso online a “prácticas sexuales no convencionales”
El Parlamento tramita una ley que obligaría a las webs a impedir ver desde suelo británico algunos actos legales, pero que estarían afectados por la censura
Los legisladores británicos se han vuelto a meter en el delicado campo de decidir qué prácticas sexuales, dentro de la legalidad, son aptas para el espectador mayor de edad y cuáles no. Un proyecto de ley que se está tramitando en el Parlamento prohibirá a los ciudadanos el acceso a sitios web que recojan “prácticas sexuales no convencionales”. Y he aquí el problema, denuncian los críticos: ¿con qué criterio se define, dentro de la legalidad, lo que es convencional?
Azotes que dejan marca. Actos que implican orina o menstruación. Eyaculación femenina (la masculina está permitida) o introducir más de cuatro dedos en cualquier orificio. Todas estas prácticas podrían verse afectadas por la censura, que quedaría en manos del BBFC, el organismo que desde los años 80 clasifica los vídeos para su alquiler o venta comercial y al que, desde el mes pasado, se le ha encomendado también la verificación de la clasificación por edades del contenido online.
La BBFC proporciona una lista no exhaustiva de prácticas sexuales prohibidas que no se aceptan en los DVD calificados para mayores de 18. Se trata de prácticas que los mayores de 16 años pueden realizar legalmente con consentimiento, y que en la mayoría de las democracias occidentales se pueden grabar, distribuir y ver.
Productores de cine porno y activistas han protestado por una medida que, a su juicio se inmiscuye en la vida sexual de las personas adultas
La medida, contenida en el proyecto de ley de economía digital que se encuentra en plena tramitación parlamentaria, obligaría a los proveedores de Internet a bloquear las páginas web que ofrecieran contenido no apto para el mercado del DVD comercial, según el citado regulador. No prohíbe a las webs alojar dicho material, pero sí mostrarlo a cualquiera en suelo británico.
Productores de cine porno y activistas han protestado por una medida que, a su juicio, discrimina y censura prácticas legales, y se inmiscuye en la vida sexual de las personas adultas. Hace dos años, el sector ya se puso en pie de guerra cuando se sometió la producción audiovisual pornográfica para Internet a la mucho más restrictiva legislación que rige la pornografía en DVD.
El proyecto de ley que se está tramitando incluye, además, medidas para reforzar la verificación de edad en el acceso a páginas web de adultos, y la ministra de cultura anunció el sábado pasado que el Gobierno introducirá una enmienda para incluir el poder de bloquear las webs que no cumplan. Esta medida también ha suscitado un peliagudo debate sobre la conveniencia de recolectar y gestionar información personal de los usuarios para demostrar que son mayores de 18. La base de datos de los gustos privados de los usuarios de porno online sería un jugoso tesoro para los hackers y otorgaría un peligroso poder a la empresa que la gestione.
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