Identificado el presunto cerebro de los atentados de París y Bruselas
El Gobierno belga y Amnistía Internacional lograron que Irak liberase al señalado como el coordinador de los ataques
El Gobierno belga, la Cruz Roja y Amnistía Internacional se movilizaron entre 2010 y 2012 hasta conseguir ese año que Osama Atar, nacido en Bélgica y encarcelado en Irak, fuera liberado y trasladado a Bruselas “por motivos humanitarios”. Sufría supuestamente un cáncer de riñón. Unos meses después, huyó a Siria y se enroló en las filas del Estado Islámico (ISIS en sus siglas en francés). Tres años más tarde, fue el organizador y coordinador de los ataques terroristas en París y Bruselas con 162 muertos en total, y de otros previstos en capitales europeas. Así lo creen los investigadores de los dos países.
La pasada primavera, el responsable francés del espionaje exterior, Bernard Bajolet, dijo en el Parlamento que creía saber la identidad del cerebro de los atentados. Era conocido por el alias de Abu Ahmed. Semanas después, varios medios belgas señalaron que, tras ese seudónimo se oculta Osama Atar, de 32 años, exvecino de Molenbeek, el barrio bruselense en el que se han concentrado decenas de islamistas radicales y del que salieron varios de los yihadistas que atacaron París y Bruselas.
Ahora, la policía francesa confirma que Atar es el principal responsable de los ataques conocido hasta ahora, aunque no descartan que pueda haber algún otro yihadista de más alto rango en el ISIS que hubiera dado la orden para cometer los atentados. Se basan en que la voz de Atar ha sido identificada en una grabación que incluía instrucciones para los atentados. La grabación estaba en un ordenador hallado en una papelera en Bruselas tras los ataques.
Asimismo, Osama Atar fue identificado en una fotografía mostrada al paquistaní Mohamed Usman y el argelino Adel Hadadi como el hombre que les había reclutado para atentar en Francia junto con otros dos hombres que acabaron suicidándose el 13 de noviembre junto al Estadio de Francia en París. El paquistaní y el argelino fueron detenidos en Grecia por llevar documentos falsos y no llegaron a tiempo para participar en los atentados.
Osama Atar había sido condenado a diez años de prisión por haberse introducido ilegalmente en el país. Fue encerrado en la cárcel de Camp Bucca, conocida como el Guantánamo iraquí. Allí coincidió con Abu Baker el Bagdadí, que se proclamó en junio de 2014 máxima autoridad del califato del ISIS.
Ahora, hay otros datos que le conectan con los ataques en Bruselas y París. Dos de sus primos, Khalid e Ibrahim El Bakraui, fueron los terroristas suicidas que atacaron en el metro y en el aeropuerto- de Bruselas en marzo pasado.
El presunto responsable de los ataques coincidió en una cárcel de Irak con el fundador del califato
Hasta la primavera pasada, la policía consideraba que el cerebro de los atentados de París había sido Abdelhamid Abaaoud, abatido a tiros por la policía en el barrio de Saint-Denis el 19 de noviembre, seis días después de los ataques terroristas en la capital francesa.
A punto de cumplirse el próximo domingo un año del peor ataque sufrido por París desde la II Guerra Mundial, los investigadores creen que aún existen numerosas lagunas sobre los participantes y la cadena de mando en los múltiples comandos participantes. El único superviviente de los ataques a la sala Bataclan y los bares y terrazas con un resultado de 130 muertos y cientos de heridos es Salah Abdeslam, de 28 años, detenido en Bruselas y entregado a Francia. Abdeslam, cuyo hermano Ibrahim se inmoló durante el ataque, permanece sumido en un mutismo absoluto ante los investigadores.
Su falta de colaboración con la justicia impide conocer detalles clave sobre lo ocurrido y sobre otros posibles atentados previstos por los yihadistas. En el ordenador encontrado en la papelera de Bruselas figuraban otros objetivos, como el barrio financiero de La Défense, en París, o el aeropuerto de Amsterdam.
De todos ellos es considerado ahora Osama Atar su inspirador. Imposible para muchos belgas olvidar aquella campaña que entre 2010 y 2012 movilizó a su Ejecutivo y a las principales organizaciones humanitarias para lograr su liberación en Irak. La familia de Atar convocaba y organizaba manifestaciones ante el Palacio de Justicia de Bruselas.
Más de 300 personas acudían para exigir el traslado desde Irak a su país de origen de aquel joven a quien todos consideraban un activista que había ido a Oriente Medio para ayudar a los más necesitados. La escena se repitió el 9 de octubre de 2010 y el Gobierno difundió una nota para decir que hacía todo lo que podía para ayudar a Atar. Todos creían a su abogado cuando rechazaba toda acusación de tráfico de armas.
Amnistía Internacional recuerda que “en ningún caso” pidió la libertad de Osama, sino que se limitó a solicitar “que tuviera acceso a un tratamiento adecuado”.
Fue una fiesta cuando, en septiembre de 2012, los organizadores de las movilizaciones lograron que Osama Atar aterrizara sano y salvo en Zaventen, el aeropuerto atacado en marzo pasado. Ahora, todo suena a una pesadilla más que a un engaño.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.