Estados Unidos dice adiós al verano con el Día del Trabajo
El ‘Labor Day’ conmemora cada primer lunes de septiembre la primera manifestación por los derechos de los trabajadores
El verano no termina oficialmente hasta el 21 de septiembre, pero Estados Unidos lo despide hoy. Si el fin de semana de mayo que coincide con el Memorial Day abre la temporada de barbacoas, viajes a la playa y celebraciones al sol, este lunes de Labor Day pone el broche final a la temporada. La fecha es una de las 10 fiestas nacionales del país y está dedicada a los trabajadores estadounidenses, pero comenzó en realidad en el siglo XIX como una protesta por las condiciones laborales y los bajos salarios que fue impulsada por los primeros sindicatos del país.
“Cuando los trabajadores alzan su voz en defensa de salarios justos y de un empleo digno, están defendiendo la historia de América”, afirma el presidente Obama en una carta abierta a todos los trabajadores de EE UU que hoy celebran su día. “A comienzos del siglo pasado, se levantaron, marcharon y defendieron una semana de 40 horas laborales, el pago de horas extra, un salario mínimo y el derecho a organizarse para tener mejores salarios y beneficios. Sus victorias se convirtieron en los pilares de la clase media más sólida que nunca hemos conocido".
El mandatario demócrata afirma en su carta que si hoy estuviera buscando un trabajo que le permitiera proteger a su familia, “me uniría a un sindicato”. Estas organizaciones están hoy más implicadas en sectores como la educación y mucho menos en las fábricas donde comenzó el movimiento al que hacía referencia Obama.
Un 5 de septiembre de 1882
Ocurrió en Nueva York. Miles de trabajadores desafiaron a sus empresas y salieron a la calle para protestar contra jornadas laborales de doce horas, siete días a la semana, con escasas medidas de seguridad y que no distinguían en muchas ocasiones entre adultos y niños. A pesar de que el Departamento de Trabajo reconoce la posibilidad de que el movimiento hubiera empezado años antes, la manifestación organizada por el principal sindicato de la ciudad llamó la atención popular por el riesgo que asumieron sus participantes, que carecían de las protecciones actuales y podían perder su empleo si no se presentaban ese día a trabajar.
Así se celebró el primer “desfile” del Día del Trabajo en Estados Unidos y así comenzó el movimiento por los derechos de los trabajadores en el país, que aún tardaría varios años en empezar a dar frutos. Más de una década después de la primera manifestación, el gobierno hizo oficial la celebración de esta fecha en el primer lunes de septiembre.
Represión violenta
Una protesta contra los recortes salariales a los trabajadores de la empresa Pullman, dedicada a la fabricación de trenes en Chicago, se extendió de tal manera a otras regiones del país que el presidente Grover Cleveland ordenó que intervinieran las tropas federales. La represión dejó decenas de heridos y 13 muertos en la ciudad de Illinois, causando indignación entre los ciudadanos estadounidenses.
Cleveland no logró su reelección a la Casa Blanca y su reacción, junto con la mecha que encendieron los trabajadores de Pullman, contribuyó a renovar las fuerzas del movimiento sindical estadounidense. Era 1984 y para cuando llegó el cambio de siglo, la mayoría de los sectores laborales contaban con algún tipo de sindicato para organizar y representar los derechos de sus trabajadores.
El derecho a las vacaciones
Además de la regulación de los horarios laborales, los estadounidenses vieron reconocidos derechos como las vacaciones pagadas. Aunque difieren de otras naciones en cuanto al número de días y cómo disfrutan de ellos. El 41% de los trabajadores de EE UU no tomó ni un solo día de vacaciones a lo largo de 2015, según una encuesta reciente, y el 55% no agotó todos los días libres de los que disponía.
A pesar de que seis de cada diez trabajadores aseguran que sienten una falta de respaldo por parte de supervisores a la hora de tomarse tiempo libre, un tercio de ellos también afirma que a su regreso les esperaría “una montaña” de trabajo o que “nadie más puede hacer sus funciones”. El resultado, según la organización Proyecto Tiempo Libre, son pérdidas de 223.000 millones de dólares para la economía de EE UU por lo que los estadounidenses se habrían gastado durante las vacaciones. Un tercio de los trabajadores asegura también que no se puede permitir dejar de trabajar por cuestiones económicas.
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