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Francia ha expulsado a seis imanes radicales durante el mes de agosto

El Gobierno acelera el cierre de mezquitas y se manifiesta en contra de legislar contra el ‘burkini’

Gabriela Cañas
El ministro de Interior, Bernard Cazeneuve, el 24 de agosto en París.
El ministro de Interior, Bernard Cazeneuve, el 24 de agosto en París.PASCAL ROSSIGNOL (REUTERS)
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El Ejecutivo socialista francés ha expulsado del país, en lo que va de año, a 15 imanes por mantener un discurso radical. La medida de su decisión de acelerar la batalla contra el islamismo radical la ofrece el hecho de que seis de esas expulsiones se hayan realizado durante este mes de agosto. A ello se añade el cierre de 20 mezquitas en los últimos meses. El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, ha presentado este lunes la creación de la Fundación para el Islam de Francia a través de la cual pretende lograr que los imanes se formen en este país y las mezquitas se financien con fondos nacionales. La mayoría de los imanes son ahora extranjeros formados en el exterior.

Los atentados yihadistas que sufre Francia desde enero de 2015 tienen una consecuencia inmediata: interpelar a la comunidad musulmana francesa, el colectivo religioso más amplio (casi seis millones) del país después del católico. Tras los dos últimos ataques, el de Niza (14 de julio; 84 muertos) y el de Normandía (26 de julio; un cura degollado en la iglesia), el Gobierno ha acelerado el contraataque. “Les recuerdo que ningún otro Gobierno antes del nuestro ha cerrado una sola mezquita”, ha declarado Cazeneuve, responsable también de la laicidad en Francia, en una entrevista a La Croix publicada este lunes.

Desde que François Hollande accedió al Elíseo, a mediados de 2012, el Gobierno ha decretado más de 80 expulsiones. Quince de ellas se han materializado en 2016; seis en agosto. Los individuos afectados son extranjeros que mantienen discursos radicales dentro o fuera de las mezquitas. La férrea legislación en favor de la laicidad del Estado, que prohíbe, por ejemplo, la financiación estatal del culto, facilita el cierre de estos templos. La derecha exige ahora mayor firmeza y deplora que el Gobierno dé luz verde a nuevas mezquitas financiadas por países extranjeros, como es el caso de la mezquita En-Nour de Niza, financiada por Arabia Saudí.

Como política a largo plazo, el Gobierno insiste en crear instituciones que controlen, aun indirectamente, al islam francés. En 2003, siendo ministro del Interior Nicolas Sarkozy, el Estado constituyó el Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM), interlocutor oficial del colectivo. Hoy, Cazeneuve ha presentado en la sede del ministerio la Fundación para el Islam con la participación de miembros del CFCM.

El presidente de la nueva fundación será el varias veces ministro socialista Jean-Pierre Chevènement. La construcción de un islam francés compatible con los valores republicanos es, según Chevènement, “una causa nacional que debería reunir a la izquierda y a la derecha”, ha declarado el político de 77 años esta mañana a France Presse. Su nombramiento, evocado por Hollande a principios de agosto, ha suscitado críticas. “Son los musulmanes los que deberían gestionar sus asuntos”, dijo la senadora ecologista Esther Benbassa, que se preguntaba si no hay musulmanes a la altura para presidir la nueva fundación.

Esta fundación no podrá interferir en asuntos de culto, pero sí la asociación que se creará a iniciativa del ministerio, dirigida enteramente por representantes musulmanes y en la que el Estado no estará presente. Son piruetas para respetar la ley sin perder el control del fenómeno de radicalización. A través de esa asociación el Gobierno pretende "nacionalizar" al Islam fomentando la formación francesa de imanes y capellanes musulmanes y la búsqueda de "fuentes nacionales de financiación" para la construcción de mezquitas, como ha explicado por la tarde Cazeneuve en rueda de prensa este lunes.

Respecto a la polémica del burkini generada por su prohibición en una treintena de playas de Francia este verano, el ministro del Interior asegura que el Gobierno no legislará sobre el asunto. “Sería inconstitucional e ineficaz y, además, podría suscitar antagonismos y tensiones irreparables”, ha declarado Cazeneuve tres días después de que el Consejo de Estado suspendiera el pasado día 26 la prohibición de este bañador integral.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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