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El ‘Brexit’ desde Polonia

El Gobierno del PiS es contrario a un “superestado europeo”, pero no quiere la salida de Reino Unido

El primer ministro británico, David Cameron, y su homóloga polaca, Beata Szydlo, en Varsovia.
El primer ministro británico, David Cameron, y su homóloga polaca, Beata Szydlo, en Varsovia. K. PEMPEL (REUTERS)

Teniendo en cuenta lo mucho que Polonia se juega con la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), el debate sobre el tema en el país ha sido apagado y extremadamente pragmático. Solo se ha hablado de las ventajas para cientos de miles de trabajadores polacos en Reino Unido y un poco de la seguridad nacional polaca. Casi nadie ha hablado del futuro de la UE.

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Desde enero, el nuevo Gobierno conservador polaco está jugando a un complejo juego diplomático en torno a la salida de Reino Unido de la UE. Quiere una UE más débil y menos integrada que la actual. Los políticos de Ley y Justicia (PiS) se muestran abiertamente contrarios a un “superestado europeo”. Pero siguen queriendo que tanto Polonia como Reino Unido permanezcan en la UE, principalmente por la seguridad nacional, pero también por los beneficios económicos. A Varsovia le encantaría mantener el interminable flujo de euros que llega a la economía polaca desde Bruselas, y la salida de Reino Unido probablemente haría que este se redujese.

El nuevo Gobierno polaco también sueña con un eje euroescéptico Londres-Varsovia como contrapeso de Berlín y París, que están a favor de la integración. Las relaciones oficiales germanopolacas atraviesan actualmente su peor momento desde la caída del Muro de Berlín en 1989. El problema más espinoso de esta unión conservadora fue, naturalmente, el de las ayudas sociales a los inmigrantes polacos, que Cameron quería recortar durante sus negociaciones con Bruselas.

A principios de enero, el Gobierno polaco indicó torpemente que estaba abierto a negociar: estaba dispuesto a aceptar que se redujesen las ayudas a los polacos en Reino Unido a cambio del apoyo británico a un aumento de la presencia de la OTAN en Polonia.

“Somos conscientes de que el sistema de seguridad social británico es muy complejo y que es posible que no pueda soportarlo [el pago de prestaciones a trabajadores con bajos ingresos o las ayudas por hijos a los polacos]”, reconocía el ministro de Asuntos Exteriores, Witold Waszczykowski, en una entrevista con Reuters el 2 de enero. “Gran Bretaña podría apoyar nuestras expectativas relacionadas con la presencia militar aliada en territorio polaco”.

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Después del revuelo en los medios de comunicación polacos, el Gobierno se echó para atrás rápidamente, pero seguía queriendo que Cameron fuese su aliado en la UE frente a Francia y Alemania.

Waszczykowski se mostró muy abierto al respecto en el discurso que pronunció a finales de enero ante el Parlamento polaco sobre su política. “Un debate sobre el futuro de una Unión Europea asolada por las crisis es de capital importancia hoy en día; unas crisis provocadas por unos proyectos de integración no siempre realistas como el de la moneda común, el exceso de normativas y la gobernanza económica. (...) Deberíamos considerar que estas son las razones que causaron la crisis griega y que hicieron que Reino Unido cuestionase la idea de una unión cada vez más estrecha”, afirmó.

Cameron se reunió pocos días después, a principios de febrero, con Jarosław Kaczyński, el líder de Ley y Justicia, el partido en el Gobierno, y alcanzaron un acuerdo. Kaczyński aceptó la propuesta británica de no conceder prestaciones a trabajadores con bajos ingresos durante un máximo de cuatro años desde el momento en que los ciudadanos de la UE se trasladen a Gran Bretaña para trabajar. El político más influyente de Polonia declaró que se sentía satisfecho porque se preservaban totalmente los derechos de unos 600.000 polacos que ya trabajaban en Reino Unido.

“Polonia aquí ha (...) ganado realmente muchísimo: seguridad plena, por encima de todo, para los que están ahora en Gran Bretaña, pero también los que tienen hijos en Polonia seguirán recibiendo prestaciones; es posible que se ajusten, pero seguirán recibiéndolas en cualquier caso”, afirmaba Kaczyński. Más tarde, la primera ministra, Beata Szydlo, confirmó que “respaldaba totalmente” las propuestas de Cameron sobre mejorar la competitividad en la UE, eliminar la burocracia y otorgar más poder a los parlamentos nacionales.

No queda claro qué obtiene Kaczyński de Cameron, pero el acuerdo todavía se mantiene. “Apoyamos al primer ministro Cameron, y esa es la razón por la cual aceptamos concesiones de amplio alcance”, señaló Kaczyński en su discurso del 2 de mayo ante el Parlamento polaco.

La cumbre de la OTAN se celebrará en Varsovia en julio, después del referéndum sobre la salida de Reino Unido de la UE. Entonces veremos a qué se comprometió Cameron en su parte del acuerdo y si va a cumplir sus promesas.

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