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Bélgica entrega a Francia al yihadista Salah Abdeslam

Pieza clave en la matanza de noviembre en París, el presunto terrorista dice querer colaborar con la justicia

Imagen de Salah Abdeslam tomada antes de los atentados y difundida el pasado 13 de abril por un canal belga.Foto: reuters_live | Vídeo: AP | REUTERS-QUALITY
Carlos Yárnoz

Salah Abdeslam, responsable de la logística del comando yihadista que mató a 130 personas en París el pasado 13 de noviembre, ha sido extraditado este miércoles de Bélgica a Francia en medio de extraordinarias medidas de seguridad. “El décimo hombre”, como él mismo se definió, de aquel grupo terrorista que atacó la capital francesa y único superviviente, ha dicho a través de su abogado que colaborará con la justicia para explicar desde cómo se radicalizó hasta cómo se prepararon los ataques.

La Justicia francesa le ha imputado por asesinatos "de caracter terrorista", intento de  asesinato, posesión de armas, fabricación de explosivos y secuestro; todos ellos en relación con una organización terrorista, en referencia al autoproclamado Estado Islámico (ISIS). 

Detenido en Bruselas el pasado 18 de marzo en el barrio de Molenbeek, donde vivía y donde se ha detectado la presencia de numerosos islamistas radicales, Abdeslam ha sido trasladado a París a bordo de un helicóptero y acompañado de fuerzas especiales antiterroristas. El viaje se ha hecho “en condiciones de máxima seguridad”, ha dicho el ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas. El presunto terrorista estará en la cárcel en régimen de aislamiento y bajo la vigilancia de un equipo especial, dijo el ministro. Solo podrá salir de la celda una hora al día. Urvoas no precisó en qué prisión será encarcelado, pero varios medios coinciden en señalar que será la cárcel de Fleury-Mérogis, la más grande de Europa, a 30 kilómetros al sur de París.

Nacido en Bélgica hace 26 años pero con nacionalidad francesa, Abdeslam es acusado de “asesinatos terroristas y participación en actividades de grupos terroristas”. Los jueces parisinos prevén interrogarlo de inmediato. Asociaciones de víctimas exigen que sea juzgado “sin indulgencia”. Su testimonio puede ser clave para conocer la forma de actuar de las redes yihadistas en Europa.

Su abogado en Francia, Frank Berton, asegura que su defendido quiere colaborar “cuanto antes” con la justicia. Berton añade que el traslado ha sido "bastante rápido y sorprendente" y que él no fue advertido del mismo.

Abdeslam se radicalizó hace dos años. El año pasado viajó a Siria. A su vuelta en agosto fue identificado por la policía en Grecia. Fue el camino que hicieron la mayoría de participantes en los ataques de París. En sus preparativos, Abdeslam jugó el papel de responsable de logística: alquiló los coches usados por el comando, reservó habitaciones de hotel y trasladó a los dos hombres que se suicidaron junto al estadio de Francia.

Él mismo llevaba un chaleco explosivo. No lo activó y lo abandonó en la madrugada del 14 de noviembre en barrio parisino de Montrouge.En ese distrito estaba previsto ese día un atentado que no llegó a ocurrir. Es lo que figuraba en el comunicado en el que el Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés) se responsabilizaba de los ataques. Hasta ese barrio acudieron a buscar a Abdeslam dos amigos que viajaron desde Bélgica en la noche del 13 al 14. De regreso a Bruselas, fueron identificados por la policía francesa en la frontera, pero les permitieron seguir camino.

Uno de los suicidas de París fue Ibrahim Abdeslam, de 31 años, hermano de Salah. Murió en el restaurante Comptoir Voltaire. Salah ha podido ver las imágenes grabadas de la trágica muerte de su hermano. Las difundió la cadena francesa M6. El Consejo Superior del Audiovisual de Francia (CSA) ha abierto una investigación para determinar si la cadena sobrepasó la ética profesional. En el local no murió ninguno de los clientes presentes porque el chaleco explosivo no estalló totalmente.

Convertido en el hombre buscado de Europa, Salah Abdeslam se escondió en Molenbeek. Logró escapar varias veces al cerco policial. Incluso tras un tiroteo en el que murió un presunto yihadista. Finalmente, fue arrestado tras recibir ser herido de bala por la policía una semana antes de los atentados del pasado 22 de marzo en Bruselas. La policía aún investiga si el ahora extraditado tenía relación con los terroristas de la capital, una vez demostrado que, en efecto, hay conexiones entre las matanzas de París y Bruselas.

La entrega a Francia se produce a la semana siguiente de que España también entregara a los jueces parisinos a Antoine Denevi, detenido en Málaga y acusado de haber vendido al terrorista Amedy Coulibaly las armas que este utilizó en enero de 2015 para asesinar en París a una policía y cuatro clientes del Hiper Cacher de comida judía. Y un mes después de que la policía francesa detuviera a Reda Kriket, que escondía en casa cinco fusiles, siete pistolas y material para fabricar explosivos.

Kriket estaba conectado con Abdelhamid Abaaoud, considerado el cerebro de los ataques de París y muerto días después del atentado en Seine-Saint Denis. La policía sostiene que el arresto de Kriket evitó “un atentado inminente”. Otro dato que muestra que, si Salah Abdeslam acaba colaborando con la justicia, la policía obtendrá datos claves para desarticular grupos terroristas y abortar ataques.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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