Los moderados, al frente en la elección del grupo que elegirá al líder supremo iraní
Los primeros datos del voto para el Parlamento dejan en buen lugar a los pragmáticos
El presidente Hasan Rohaní y su aliado, el veterano político Ali Akbar Hachemí Rafsanyaní, han logrado los dos primeros puestos a la Asamblea de Expertos en Teherán. Según datos facilitados por el ministro del Interior, Abdolreza Rahmaní Fazlí, 33 millones de iraníes, el 60% del censo electoral, ejercieron su derecho al voto en los dobles comicios en los que también se eligió un nuevo Parlamento. Aunque el recuento todavía no ha concluido, en las grandes ciudades será necesaria una segunda vuelta para completar el legislativo.
La Asamblea de Expertos es un órgano propio del peculiar sistema político iraní en el que la representación popular se supedita al poder del velayat-e-faqih, o jurisconsulto religioso. Se trata de un foro de 88 clérigos cuya misión es nombrar, supervisar y en caso necesario destituir al líder supremo, la figura que tiene la última palabra en todas las cuestiones de seguridad nacional y política exterior. La Asamblea, que se elige cada ocho años y se reúne semestralmente, también tiene derecho de veto sobre las enmiendas constitucionales. Su renovación adquiere esta vez una mayor importancia dado que el actual líder, el ayatolá Ali Jameneí, tiene 76 años y aunque su salud es razonablemente buena, entra dentro lo posible que la Cámara tenga que a remplazarle.
De ahí la encarnizada competición entre moderados y ultraconservadores por controlar una Asamblea con la capacidad de marcar la evolución política de Irán durante la próxima generación. Rafsanyaní y Rohaní, que ya eran miembros de la Cámara anterior, se aseguraron los dos primeros escaños de los 16 en liza en Teherán. Los tres religiosos ultras más destacados, los ayatolás Yanatí, Yazdí y Mesbah, especialmente hostiles a cualquier reforma del sistema, tuvieron peor resultado. Yanatí y Yazdí quedaron en los puestos 11º y 15º, respectivamente, mientras que Mesbah, el mentor del expresidente Mahmud Ahmadineyad, no tuvo suficientes apoyos.
El veto del Consejo de Guardianes (un órgano no electo que supervisa las elecciones) a la mayoría de los candidatos reformistas y moderados a la Asamblea, obligó a esa alianza a incluir en su lista a algunos religiosos conservadores menos extremistas. Así, entre los diez primeros puestos, hay siete clérigos apoyados tanto por los conservadores como por los reformistas. Estos confían en obtener en torno a un 20 % de los escaños.
Sin mujeres
La Asamblea de Expertos no va a contar con ninguna mujer en sus escaños, ya que las 16 candidatas que quisieron presentarse fueron descalificadas por el Consejo de Guardianes. Aunque la Constitución iraní no prohíbe expresamente su participación, el requisito de tener experiencia en ley islámica constituye un obstáculo, dado que el islam no considera a las mujeres capacitadas para interpretar la ley (de ahí que tengan prohibido ser jueces). No obstante, una mujer, Monireh Gorji, fue miembro de la Asamblea que ratificó la Ley fundamental en 1979. Desde entonces, ninguna otra ha sido incluida.
Las autoridades confían en tener los resultados de la Asamblea de Expertos para el domingo por la noche. Los del Parlamento requerirán algún día más, debido a la complejidad del recuento. Casi cuatro mil candidatos compitieron finalmente por los 290 escaños en liza. El escrutinio es más laborioso en las grandes circunscripciones como Teherán, donde un total de 1.112 aspirantes se disputaban 30 puestos. Aun así, muchos candidatos tienen difícil superar el 25% nacional que la ley requiere para clasificarse en la primera vuelta. Fazlí dijo que la segunda será en el mes persa de Ordibehesht (que va del 21 de abril al 20 de mayo).
A pesar de las advertencias del Ministerio del Interior sobre la provisionalidad de los resultados, los medios iraníes ya daban por asignados algunos escaños, en especial en las circunscripciones más pequeñas. Según la agencia Mehr, de ellos 82 eran conservadores, 49 reformistas y 71 independientes. En estos últimos está la clave. Si la alianza de reformistas y moderados logra atraer a esos no afiliados, podrá superar a los ultras antioccidentales que desde 2004 han controlado el Parlamento.
De momento, tanto los portavoces oficiales como los periódicos celebran la elevada participación, aunque la cifra del 60 % es ligeramente inferior al 64,2 % que se registró las anteriores parlamentarias, en 2012. Tampoco en Teherán, donde el cierre de los colegios se retrasó cinco veces hasta cerca de la medianoche, los datos justifican tanta algarabía. Según el Ministerio del Interior, de los 8,5 millones de electores de la provincia, votaron 3,9 millones, un 45 % que se redujo a un 42 % en la capital (frente al 48 % en 2012).
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