Carolina del Sur pone a prueba la fortaleza de Donald Trump
El magnate y Ted Cruz parten como favoritos en el Estado sureño conservador
Carolina del Sur, un Estado conservador y con una potente e influyente comunidad cristiana, pone este sábado a prueba la fortaleza de la candidatura de Donald Trump, el magnate neoyorquino que está rompiendo los esquemas de las élites republicanas de Estados Unidos y triturando teorías que hasta ahora se daban como certezas absolutas.
Donald Trump lidera las encuestas en este Estado sureño de 4,8 millones de habitantes, en el que, a diferencia de Iowa o New Hampshire, la minoría afroamericana tiene un peso importante (supone el 28% de la población).
Trump llega como favorito a las primarias después de haber acusado a George W. Bush de haber mentido con la guerra de Irak; de haber insultado de forma soez a su principal rival hasta el momento, el senador Ted Cruz; y de haber tenido un enfrentamiento con el papa Francisco, que acusó a Trump "de no ser cristiano" por su intención de levantar un muro en la frontera con México.
Todavía quedan muchas votaciones por delante, pero de imponerse en Carolina del Sur, Trump dará un paso para conseguir lo que parecía imposible hace unos meses: consolidarse como una opción seria, la principal, para ser el candidato republicano en las elecciones presidenciales de noviembre.
Si el favorito para las primarias de este sábado en Carolina del Sur es Trump, el segundo candidato con más opciones es Ted Cruz, otro nombre que irrita al aparato del Partido Republicano. Cruz, como ha hecho hasta el momento en su campaña para la nominación, está cultivando el voto de los evangélicos, una comunidad que también es muy potente en el Estado sureño, en el que abundan iglesias y centros universitarios baptistas, metodistas o presbiterianos. "Creo que este voto se va a dividir entre Trump y Cruz, con una pequeña ventaja para Cruz. El padre de Cruz es un pastor evangélico y creo que es más probable que esta comunidad vea a Cruz como uno de los suyos", añade Almeida.
Esta es precisamente uno de los elementos más llamativos de esta campaña presidencial, en la que Donald Trump es capaz de recolectar parte del voto evangélico pese a sus posiciones diferentes de la ortodoxia conservadora en algunas cuestiones morales.
A por el 'supermartes'
Trump llega a las primarias con el enfrentamiento aún muy reciente con el Papa, que le acusó de no ser cristiano. El magnate no se amilanó y respondió que es "vergonzoso" que un líder religioso cuestione las creencias de una persona. En cualquier caso, los católicos suponen solo el 7% de los creyentes en el Estado sureño.
Los demás candidatos que aún quedan en liza en la carrera republicana (Jeb Bush, Marco Rubio, John Kasich y Ben Carson) lucharán en Carolina del Sur por mantener vivas sus opciones para seguir compitiendo al menos hasta el famoso supermartes del 1 de marzo, cuando se celebrarán primarias en 12 Estados a la vez.
Bush, Rubio y Kasich representan lo más parecido al establishment republicano en una campaña en la que los electores están proyectando su enfado contra las élites.
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